El Secretario General de Sindicato Argentino de Obreros Navales (S.A.O.N) Juan Speroni, manifestó su preocupación por la licitación que llevó adelante la empresa estatal Enarsa -que depende del Ministerio que conduce Juan José Arangure- para importar remolcadores para los barcos de gas licuado que arriban a los puertos de Bahía Blanca y Escobar. Por esa razón mañana -miércoles 14 de septiembre- a partir de las 10 de la mañana- marcharán al Congreso de la Nación.
“El gobierno, con el pretexto de bajar costos, está queriendo importar remolcadores aprobando una asociación empresaria entre un operador local -Meridian- que no tiene ese tipo de barcazas y un operador global como es Maersk. Esto destruye total y absolutamente la posibilidad de una industria, que justamente uno de los nichos más importantes que tenía era la construcción de estas unidades. Si las decisiones políticas vienen por la importación de unidades usadas, la industria naval no tiene solución”, indicó Speroni.
Por esa razón, el sindicalista anunció que mañana -miércoles 14 de septiembre- a las 10hs. concentraran en Belgrano y 9 de Julio para marchar al Congreso de la Nación y llevar las inquietudes de los trabajadores navales y de las cámaras empresariales del sector a los legisladores.
Como muchos integrantes del sector, Speroni concuerda que la falta de políticas a largo plazo es el principal problema para el desarrollo del sector: “hace treinta años que se vienen tomando decisiones en función de la urgencia, de la emergencia, nosotros necesitamos de una planificación y un apoyo del Estado, como pasa en los principales países”, y agregó que “aspiramos y estamos convencidos de que los remolcadores que hacen falta en el país puede hacerse en los astilleros argentinos.
Speroni participó y destacó el bautismo del remolcador Querandí, construido por el Astillero SPI, lo calificó como un “hecho trascendente” y una demostración de que en Argentina “se pueden desarrollar en tiempo, con la mejor calidad y tecnología esas embarcaciones”.
“Nosotros queremos que la autoridades reflexionen, que vean esta unidad construida en Mar del Plata, con mano de obra local, con ingeniería, con técnicos del país. Donde los salarios y los impuestos quedan en el mercado interno. Cuando se importa un barco usado justamente lo que se está comprando son impuestos y mano de obra extranjera”, agregó Speroni.
Además, el dirigente del SAON destacó las características del Querandí “esta embarcación es de primer nivel, donde el astillero que lo hizo se ha especializado en este tipo de unidades, sin lugar a duda este remolcador es de los mejores que se construyen en el mundo”.
Para finalizar, Speroni habló sobre la actualidad de los obreros navales: “estamos preocupados, porque astilleros importantes que tenían ordenes de construcción las están terminando y si no hay nuevos contratos lo que va a pasar es que estos compañeros van a quedar en la calle. La organización tiene que resistir para no perder un solo puesto de trabajo en la industria naval argentina”.