El Gobierno brasileño de Dilma Rousseff decidió ayer restringir el ingreso de autos argentinos, en una clara represalia contra las trabas aduaneras que la administración de Cristina Fernández impuso a productos provenientes del Mercosur.
Brasil es el principal destino de las exportaciones automotrices de la Argentina, por lo que la medida podría desatar un duro cruce entre ambos países.
La administración brasileña suspendió la licencia automática para la importación de autos, un día después de enviar una carta a la ministra de Industria, Débora Giorgi, con una queja por las barreras aduaneras y un pedido para que sean levantadas este fin de semana.
“El Ministerio de Industria y Comercio adoptó, desde el martes, una licencia no automática para la importación de autos terminados”, informó una fuente oficial brasileña. La decisión de Brasil podría tener un fuerte impacto en la industria automotriz local, debido a que el 82,2 por ciento de los coches que exporta la Argentina van a parar al principal socio comercial del Mercosur.
Además, las exportaciones de autos representan para la Argentina el 39 por ciento del total de productos manufacturados colocados en Brasil.
Si bien Brasil no impedirá el ingreso de los coches argentinos en forma total, estableció un sistema de licencias no automáticas, por lo que el ingreso del producto puede ser autorizado en un plazo de hasta 60 días.
La medida se aplica a todos los países que venden autos terminados a Brasil, porque las reglas del comercio no autorizan licencias no automáticas para un solo origen
“A comienzos del año Argentina tenía 400 productos a los que aplicaba licencias no automáticas y las aumentó en 200. Las autoridades argentinas aseguraron que Brasil tendría un trato preferencial, y no se cumplió”, explicaron desde el Ministerio de Comercio brasileño. El ministro brasileño de Comercio e Industria, Fernando Pimentel, había enviado el martes último una carta a la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi, denunciando las barreras y pidiendo su levantamiento este fin de semana.
Pimentel dijo haber recibido denuncias de los exportadores brasileños indicando que Argentina se pasa del plazo de 60 días para conceder licencias no automáticas y pone restricciones a la liberación de mercancías en aduana.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil, detrás de China y Estados Unidos.
Los roces comerciales son intermitentes desde hace años, aunque recientemente había mejorado ese aspecto de la relación. Las exportaciones brasileñas a Argentina en 2010 sumaron históricos 18.522 millones de dólares, un 44,9% más que en 2009, y las importaciones alcanzaron los 14.434 millones de dólares, un 28 por ciento más respecto de 2009, también un récord.