Un grupo de investigadores del Conicet trabaja en la posibilidad de producir una línea de truchas arcoíris que puedan adaptarse al sostenido aumento de la temperatura que experimentan las aguas en los últimos años, como consecuencia del cambio climático.
Los especialistas investigan lo sucedido en el embalse Alicura, en la provincia de Río Negro, y los resultados que obtuvieron hasta el momento fueron publicados en la revista Aquaculture Reports.
Lo primero que hicieron los investigadores fue tomar individuos juveniles de una población de truchas arcoiris asilvestradas desde hace alrededor de 70 años en las aguas termales del arroyo Valcheta, en Río Negro, ya adaptados a aguas de altas temperaturas, y cultivarlos en el Centro de Salmonicultura Bariloche (CENSALBA ), ubicado en el embalse Alicura, pero no tuvieron éxito.
La segunda opción fue tratar de mejorar genéticamente los lotes de truchas, a partir de cruzar individuos criados en el CENSALBA con otros asilvestrados, tomados de las aguas calientes del Arroyo Valcheta.
Luego realizaron una serie de experimentos para poder determinar cómo la descendencia surgida de estos cruces se adaptaba a las altas temperaturas, ver qué temperatura preferían y cuáles eran sus niveles de tolerancia térmica.
Si bien los resultados obtenidos hasta ahora tienen un carácter exploratorio, resultan prometedores frente a la posibilidad de poder producir una línea de trucha arcoíris que consiga buenos rendimientos en altas temperaturas y poder mantener sostenible su cultivo en las aguas cada vez más calientes del embalse Alicura.