Emilio Bustamante, director de TC2, propone un nuevo paradigma para el puerto de Mar del Plata. A partir de una importante inversión del sector privado, busca convertirlo en un centro de operaciones multimodal, sin excluir a la tradicional actividad pesquera.
Nació en Neuquén pero la actividad bancaria de su padre lo hizo conocer distintas puntos de la Argentina antes de llegar a la ciudad feliz, donde formó su familia, hizo sus estudios universitarios y se involucró decididamente en el comercio exterior y la vida portuaria. Actualmente, además de ser uno de los directores de TC2 (terminal de contenedores), integra la conducción del puerto de Mar del Plata y avanza con el sueño de poner en actividad a una nueva terminal que se denominaría TC3.
Desde su oficina ubicada en el corazón portuario marplatense, observa lo que acontece en la banquina, el movimiento de los pesqueros y dispara: “no podemos quejarnos, pero tengo la seguridad de que podemos generar muchos puestos de trabajo y por eso impulsamos un cambio que beneficiará a toda la ciudad. Queremos un puerto productivo con el mayor movimiento posible”.
Pregunta: ¿Cuál es el presente del puerto?
Respuesta: Estamos en un momento muy particular. Este puerto fue creado hace 100 años, se desarrolló en función del pescado fresco y en los últimos 20 años la actividad cambió. Los buques dejan de ser fresqueros, ya no se manda el pescado a las plantas de fileteado. La flota se está reconvirtiendo para ser congeladora. Van a pescar al sur y llegan con el producto terminado, no generan trabajo en tierra. No van por la merluza, sino por langostino, que está a buen precio. Se estima que más de 20 mil personas perdieron sus trabajos y eso pegó fuerte en la ciudad.
P: ¿En qué consiste el plan para revertir esta tendencia?
R: Hace 20 años comenzamos a trabajar con contenedores y nuestra propuesta es que este puerto se convierta en multimodal, a partir de una nueva terminal llamada TC3. Sin excluir la pesca, que es muy importante y aporta al PBI 1.700 millones de dólares al año. De esa cifra el 60% se genera desde acá, pero no lo aporta a la ciudad.
P: Igualmente ustedes tienen trabajo…
R: Si, reitero que no podemos quejarnos. Estamos al límite de la capacidad, exportamos productos pesqueros pero queremos que salgan otros productos de la región. Lo que planteamos es una inversión importante y el sector privado puede hacerla. Hemos viajado, vimos máquinas, estudiamos otros puertos y hablamos con gente especializada.
P: ¿Hay muchos productos para exportar?
R: En la zona hay más de 200 empresas que exportan a través de Buenos Aires o por camiones. Gastan en logística dos veces de lo que costaría hacerlo por barco. Una sola firma de acá exporta por la Capital la misma cantidad que sacamos con toda la pesca. Otra de las empresas mueve 20 mil camiones anuales para llevar papas a Brasil, cuando podríamos mandar la carga por acá. El año pasado sacamos 50 contenedores de miel y desde Buenos Aires salieron 3500, todos producidos acá. Frutas, verduras, productos de laboratorio, jabones, aceites, harina de pescado, semillas, cereales y hasta electrónica, se producen acá y van a Centroamérica. Tenemos que subirlos a los barcos por este puerto y así generar muchísimos recursos y puestos de trabajo.
P: ¿Qué falta para lograrlo?
R: Decisión política. El puerto tiene un Consorcio pero depende del gobierno de la Provincia, que tiene que autorizarnos. Pero creo que no han comprendido la dimensión del proyecto. No tienen que poner ni un peso. Tenemos un desarrollo al norte de la Terminal 2 que podríamos ofrecer a las empresas, tiene mayor calado. Además construiríamos una terminal tipo Exolgan, con muelle propio y servicios con grúa y portagrúa. Creemos que va a explotar con operaciones de exportación e importación.
P: ¿Hay navieras interesadas?
R: Sí, nosotros ya trabajamos con Maersk y MSC y tratando de que venga Hamburg Sud, a todas las interesa esta propuesta, que por ahora espera respuesta. Este puerto tiene una gran potencialidad, pero le falta logística y es lo que queremos aportarle. Hay que afrontar los desafíos con decisión. Como estamos, sólo pueden invertir empresas pesqueras y a la vez, se torna improductivo si los barcos quedan estacionados y salen poco a pescar. No queremos creer que nuestro puerto quede condenado. Sabemos que los empresarios pesqueros quieren al país, compran buques nacionales, los apoyamos, pero si sumamos otros operadores le daremos al puerto un nuevo impulso que beneficiará a toda la ciudad.
“No necesitamos plata del gobierno”
Alberto Ovejero, socio de Bustamante, es santiagueño, estibador y con amplia trayectoria en el cooperativismo. Con voz firme señala que “se necesita generar trabajo en el puerto, hay muchos desocupados. Nosotros no nos quedamos de brazos cruzados, buscamos empresas que trabajen acá. La realidad es que el 60% de la flota pesquera está parada. En unos días se termina el calamar y no va a haber demanda de empleo. Por eso estamos preocupados, procurando desarrollar otras acciones. No necesitamos plata del gobierno, pero sí que nos escuchen y nos den espacio físico”.
Ovejero agregó que “hay que hacer una inversión de 30 millones de dólares. Nos llaman desde China y otros países dispuestos a hacerla. Mientras tanto, con las herramientas que tenemos, buscamos operadores y los motivamos para que carguen y descarguen acá. Les ofrecemos beneficios y vienen porque además saben que la estiba de Mar del Plata es la más rápida y eficiente del país”.