Alumnos de Ingeniería Naval de la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires (UTN), lograron el primer puesto en la Competencia de diseño de buques de la Society of Naval Architects and Marine Engineers (SNAME), la organización de profesionales navales y marítimos más importante del mundo.
Los estudiantes Martin Jacoby, Nicolás Maslein, Ignacio Agustín Lozano y Federico Cascon, participaron de la competencia con un remolcador oceánico para plataformas petrolíferas que operan en el sur argentino: su función es provisionarlas, combatir incendios, posicionarlas, asistirlas, tendido de campo de anclas y combatir la contaminación, entre otras.
Esta fue la primera vez que la UTN Buenos Aires se presentó en la competencia aunque hace ya siete años, la Facultad se asoció a la SNAME, a través de un capítulo estudiantil, denominado Argentinean National Technological University (ANTU). La UTNBA tiene la única representación en Sudamérica.
“Fue la primera vez que participamos de un proyecto. Es una experiencia increíble con un resultado que no imaginábamos, -afirmó Lozano-. Lo que más nos costó fue la distribución del tiempo entre la cursada, el trabajo y el proyecto. La organización fue la clave”.
La entrega de premios se realizó en Houston, EEUU, sede de la SNAME MARITIME CONVENTION, en el mes de octubre. Durante la ceremonia, a la que pudieron asistir gracias a la ayuda de la Facultad, conocieron al resto de los competidores. “Participaron 10 universidades, y alrededor de 25 proyectos, -mencionó Jacoby-. Nos reconocieron como pioneros, ya que hay otras universidades, como las noruegas, que se presentan año a año y que no siempre logran entrar en la terna ganadora”.
“Corríamos con la desventaja del idioma, porque el proyecto debía presentarse en inglés, -agregó Cascon-. Y con el hecho de que los cuatro estudiamos y trabajamos, algo que no sucede en el resto de las universidades del mundo y que supone un mayor esfuerzo para que alcance el tiempo dedicado al desarrollo del proyecto”.
“En cuanto al nivel académico, y contra el propio prejuicio, nos sentimos a la par del resto de las universidades. Creíamos que iba a haber diferencia en ese sentido. Pero la verdadera diferencia está en los recursos, ya sea en programas informáticos o en la posibilidad de contar con un canal de ensayos para hacer pruebas y laboratorios”, indicaron los alumnos.
A la convocatoria inicial se presentó un segundo grupo de estudiantes, interesados en participar, que trabajó buena parte del año en un remolcador de puerto. Por una cuestión de tiempos, decidieron presentarse el próximo año. “Lo que hicimos no solo tiene repercusión en nosotros; tiene que ser un aporte para los que vengan, -aseguró Lozano-. Queremos fomentar la experiencia para que en los próximos años se presenten más proyectos; para que este tipo de iniciativas motiven la investigación entre los estudiantes”.