En noviembre de 2017 ministros de economía y producción de 134 países se reunieron en Buenos Aires, donde se desarrolló la Undécima Cumbre de la Organización Mundial de Comercio. Allí quedó claro que entre los vectores de regirán en las décadas venideras se encuentran el emprededurismo, las mini Pymes y el e- commerce.
En Argentina, muchos jóvenes comprenden estos conceptos y ya recorren ese camino. Eduardo Marazzato, diseñador industrial y amante de los deportes náuticos, es uno de ellos. Luego de terminar sus estudios universitarios, viajó a Italia para trabajar en empresas dedicadas a la construcción de embarcaciones a vela.
Luego de tres años, regresó al país decidido a emprender su negocio. Gestionó ayuda financiera y dio origen a ZZATO, el pequeño astillero que fabrica los mejores veleros Optimist de América Latina, certificados por el máximo organismo internacional.
“Esta realización nació de una necesidad profesional y personal. Descubrí que había un nicho de mercado para explotar, por eso hice las capacitaciones y experiencias previas que me permitieron desarrollar el proyecto”, cuenta Marazzato en su taller ubicado dentro del puerto de Mar del Plata.
El Optimist es una embarcación de vela ligera, que es utilizado por niños y adolescentes de 6 a 15 años. Hay mucha demanda en el mundo y es un producto interesante desde el punto de vista comercial.
En un año y medio, ZZATO lleva vendidas 15 unidades y en la actualidad produce en series de cinco. “Nuestros barcos ya fueron probados en regatas con muy buenos resultados. Ejemplo de ello es el desempeño de Jero Lasquera, quien con una de nuestras unidades clasificó para el Sudamericano, el Mundial y tuvo muy buenos desempeños en el Argentino y la Semana Internacional de Mar del Plata”, señala Marazzato.
Asimismo, el diseñador explica que “aquí elaboramos todo, casco, timón y orsa en fibra de composite y luego agregamos los herrajes. Una vez terminada la tanda de construcción llegan inspectores de la Asociación Internacional de Optimist, que luego de minuciosas inspecciones nos otorgan los certificados de calidad”.
Tras resaltar que “todo se hace a pulmón”, el joven emprendedor destaca la labor de su asistente Cuti y anticipa que “seguimos perfeccionando este producto, pero no descartamos encarar otros de mayores dimensiones” e indica que “nos han comprado desde distintos puntos del país. También se interesaron desde el exterior, pero no hemos exportado porque quedan cuestiones administrativas y logísticas por resolver”.