Por Camilo Urquizu- Cambios en el mercado laboral han invertido cinco trabajos que solían pagar bien, reduciendo los salarios y dejando a millones de trabajadores argentinos debajo del promedio salarial. Aquí una mirada más profunda de las fuerzas que los derribaron.

Hasta 1970, Argentina supo tener fuentes laborales vinculadas a la industria, como mecánico, torneros, almacenista, y agricultores y ganaderos que tenían una cosa en común: no requerían estudios superiores. Estas carreras solían proporcionar a los trabajadores con menos educación un camino hacia la clase media, pero ya no.

Hoy en día no sólo los salarios de esos trabajos se deprecian en hasta casi un 70% sino que ya no existen esos empleos que podían lograr que una persona que solo cuenta con estudios escolares logre cierta movilidad social. Para acceder a un trabajo que permita una mejor calidad de vida es necesario contar con conocimientos que requieren saberes que se obtienen con mayores niveles de preparación. Actualmente, los trabajos mejores remunerados están en áreas como seguros de salud y finanzas, que requieren conocimiento y entrenamiento adicional.

“El almacenamiento y la distribución alguna vez fueron trabajos de mayor calificación con un buen salario, pero la paga se ha reducido, a pesar de que el trabajo aún requiere una gran cantidad de esfuerzo”, reconoce un ex trabajador de una fábrica bonaerense de electrodomésticos.

Kevin Castillo del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN) fue consultado por serindustria.com.ar acerca de las causas de la destrucción de estos trabajos. “Con los cambios en los modos de producción, el pasaje del fordismo al post-fordismo, donde se comienza a relocalizar la producción a nivel mundial y la globalización tiene como consecuencias la reducción de costos de transporte y comunicaciones que permite una planificación para las grandes empresas, donde pueden seleccionar cuales son los países donde menor costo laboral existe para realizar la producción y poder exportarla al resto del mundo”.

A nivel mundial, en los primeros años de la década del 70 surgen las cadenas globales de valor, la producción de un bien particular atraviesa varias etapas, entre ellas la de diseño y de planificación de negocios, la producción en sí, después marketing y servicios de post-venta.”Nosotros como país, entramos en la etapa intermedia que es la fabricación, los demás países a medida que se van desarrollando pasan de la etapa de industrial a la etapa de conocimiento, a dedicarse a servicios o a la planificación de la producción y las multinacionales delegan la producción a los países donde los salarios son más bajos, la mayoría de ellos en Asia”, explica Castillo.

Desde 1943 los salarios registrados y de calidad tuvieron un 60% de alza hasta 1973. Esto se debió en parte a una fuerte expansión industrial posible por un incremento en la renta diferencial de la tierra gracias al boom de demanda y precios agropecuarios durante la Segunda Guerra Mundial y los primeros años de la posguerra. A partir de mediados de los 70 con la Dictadura se instala un gobierno neoliberal en donde priman las finanzas por sobre la producción industrial. Se prioriza el mercado externo explicando la destrucción del mercado interno a partir de una política regresiva de distribución del ingreso, estimular las transferencias hacia el sector financiero y abaratar los costos (salarios) para exportar.

El segundo golpe a los asalariados argentinos se da en la década de los 90, durante los gobiernos menemistas y el surgimiento de las leyes de flexibilidad laboral. En 1991, la Ley del Empleo que generaba condiciones más laxas para las indemnizaciones por despidos y entregaba un nuevo marco para las contrataciones: con mayor flexibilidad y mayor grado de precariedad. “El discurso era que la flexibilidad laboral iba a permitir generar aumentos de empleos, porque el empresario de esa manera iba a gozar de más incentivos para contratar cuando fuera necesario, ya que no había dificultades para despedir y podía contratar por la jornada de hora que necesitaba pagando el salario que le convenía”, comenta el integrante de OPEN.

Empleos con buenas expectativas pero con matices

Hay algunos empleos que gozan de altos salarios como por ejemplo la explotación de minas y canteras, pero solo emplea al 1,3% de la población por tratarse de zonas geográficas en parte desoladas y además son considerados riesgosos e insalubres. Pero supo mantener esos altos ingresos durante 40 años. Con salarios que llegan a los $73.782

El caso del suministro de electricidad, gas y agua, no representan el 1,21% del empleo formal, aunque se requiere cierta calificación. El servicio de cable no entra en esa cifra. Su salario es de $53.512.

El sector de Intermediación Financiera, que creció vertiginosamente desde la Dictadura e incluye tanto el sector banquero, como seguros de salud, paga $43.005.

El sector de la construcción, emplea mucha gente, es el quinto sector que más empleo genera pero paga salarios muy por debajo del promedio, $17.277.

Antes reyes hoy peones

El sector agroexportador que antes relacionado con la manufactura de alimentos, los frigoríficos tienden a pagar mucho menos que hasta hace 15 años. Trabajos en fábricas de queso y en las de conservas de frutas y verduras o en las plantas de envasado se paga relativamente bien, pero estas industrias disminuyeron además que se trasladaron a locaciones más chicas en zonas menos favorables para los sindicatos.

Además de haber aumentado el trabajo informal, especialmente en la agricultura, que junto al ganadero no llega al 5% del empleo total generado y es a su vez el que tiene el segundo salario más bajo en promedio de los otros sectores, apenas $14.221.

El salario más bajo es el relacionado a hotelería y restaurantes, $14.019. El trabajo que siempre gozó de una buena remuneración es el sector de la pesca, aunque en nuestro país está muy poco desarrollado en comparación con el vecino Chile por ejemplo, teniendo en cuenta la potencialidad de espacio marítimo para planificar una pesca altamente sustentable y constante. Este sector paga $36.686.

Avances a medias

Desde el kirchnerismo se recuperó en parte la industria manufacturera, pese a 25 años de golpes a esta industria, y hoy paga $28.233. Aunque la tasa de desempleo bajó un 50% desde 2003, el trabajo informal creció duramente durante la década de los gobiernos kirchneristas. Uno de las grandes aciertos señalados por Castillo, es que se encontraron ciertos nichos de producción en los cuáles Argentina puede competir, caso INVAP, que participa en la construcción física de satélites y centrales nucleares.

Lo que en ese nicho, la tecnología favoreció fuertemente al desarrollo de ese sector, con la inclusión de ingenieros argentinos capacitados, en otros hizo retroceder el progreso, como el caso de reparadores de electrodomésticos, donde los clientes están presionando a los técnicos por el surgimiento de una ética de reparación “hágalo usted mismo”, habilitado en gran parte por Youtube. Un diverso grupo cada vez más grande de personas están tomando las reparaciones por sus propias manos, viendo videos “cómo hacer tal cosa” y comprando los repuestos online. Y cuando no pueden arreglarlos por su cuenta, prefieren simplemente comprar uno de los electrodomésticos nuevos y relativamente baratos en vez de llamar al reparador.

Por su lado, el trabajo de mecánico que era el trabajo por excelencia para la persona que no tenía educación superior integre la clase media, ahora paga salarios bajos.