El secretario general de la Asociación de Capitanes y Patrones de Pesca, Capitán y Piloto de Pesca, Jorge Frías, aseguró que en 2019 será un año difícil desde lo económico y social, al tiempo que “lamentablemente quienes gobiernan y aquellos que nos gobernaron dedican mucho tiempo a echarse culpas y las soluciones no aparecen”.
El dirigente, autor del libro “Civilización y barbarie en el Mar Argentino” dialogó con serindustria.com.ar y entre otros temas, se refirió a la actualidad de la pesca en nuestro país.
Uno de los temas abordados fue la importancia que tiene para el sector la pesca de langostinos, sobre el cual sostuvo que “es muy positivo para la rentabilidad empresaria y la recaudación del estado, pero particularmente me preocupa que la abundancia de esta especie en los últimos años haya hecho perder el interés en otras muy importantes y eso hace daño al mercado”.
En ese sentido precisó que “las clases baja y media no consumen langostino, porque es un producto de calidad y alto costo, las empresas tienen mucha producción y gran parte de ella se exporta. Actualmente estamos arriba de las 200 mil toneladas entre congelado y fresco y creo que en algún momento esto va a desencadenar una crisis laboral en toda la familia pesquera”.
Al fundamentar su preocupación, agregó que “se dirigió toda la flota hacia un solo objetivo de pesca, pero se abandonó al resto de las especies y cuando el mercado se lesiona, cuesta mucho recuperarlo”.
En referencia a la situación salarial de los pescadores, señaló que “tenemos una lucha permanente porque hay tres empresas que manejan casi monopólicamente el sistema de producción. De alguna manera someten a los trabajadores, violando reglas laborales. Estas empresas manejan la Cámara más fuerte de la industria pesquera argentina”.
Específicamente dijo que “antes de cumplir los tres meses que otorgan estabilidad laboral al pescador lo hacen renunciar, para poder volver a embarcarse. Además, no son los que pagan los mejores salarios, ni lo efectivizan todo en blanco”.
No obstante, manifestó que “empresarios y estado se benefician con la suba del dólar, ya que se exporta el 95% de la producción. Nosotros no cobramos en esa moneda. Luego de una costosa lucha, conseguimos que el salario se ajuste de acuerdo al precio del dólar, de manera de que se pague con un sentido de mayor justicia”.
Consultado sobre los motivos de publicar el libro “Civilización y barbarie en el Mar Argentino”, Frías sostuvo que “me inspiró mi origen y fundamentalmente el naufragio que viví en 1989 cuando era marinero del Sherif 1°, donde perdí a mi hermano Víctor. Es una recopilación de lo vivido en 20 años de navegación, tomando mi propia experiencia y la de otros pescadores con los que compartí muchas horas en el mar”.
En el mismo contexto dijo que “lo que busco es la jerarquización de la actividad, que se mejore la formación de los que vienen detrás nuestro. Una de las ideas es que sea posible una educación civil, que la puede brindar la UTN, por ejemplo. Hasta ahora seguimos con un plan elaborado por el dictador Jorge Rafael Videla. No tengo nada contra la Armada, pero los cursos que brinda están atrasados tecnológicamente, ni siquiera se adecuó al STCW- F- 1995”.
Luego de indicar su preocupación por la falta de políticas nacionales para fomentar el consumo de pescado, celebró que se esté avanzando en medidas de seguridad para todos los embarcados, admitiendo que “aún queda mucho por hacer, estamos muy atrasados y no queremos perder más compañeros en el mar”.
Finalmente, Frías auguró un buen 2019 para los pescadores ya que “este año cerró con abundancia de langostinos y eso va a persistir unos años más”, pero adelantó que “Argentina va a vivir un año durísimo desde lo económico y social. Hay un desorden importante, donde lamentablemente quienes gobiernan y aquellos que nos gobernaron dedican mucho tiempo a echarse culpas y las soluciones no aparecen. El tiempo pasa, las excusas sobran y creo que llegó la hora de que la clase política trabaje seriamente”.