Facundo Ferray ganador del premio “Innovando el juego” a nivel nacional con Tierra Feudal, cuenta cómo recuperaron su lugar en la era de internet.
El creador del juego Tierra Feudal, que recién ganó el premio “Innovando el juego 2018” llevado a cabo por la organización “Geek Out” que cada año premia al juego de mesa nacional más destacado, cuyo premio consiste en la publicación del juego por la editorial Dragon Azul, parte de la gente de Geek Out. Por ahora el juego está en la etapa de testeo, en la cual se busca que distintas personas lo jueguen, para así modificar mecánicas que atrasen o hacen el juego, “demasiado denso, tonto o simple”, dice Ferray.
Facundo, que vino a estudiar Abogacía a La Plata desde Flores, fue diseñador gráfico e imprentero, ahora apunta llegar a mostrar Tierra Feudal, en la feria de juegos de Alemania, Spiel Essen, la más importante del mundo en lo que significa los juegos de mesa. Aún no puede confirmar su presencia por la devaluación constante del peso que dificulta planificar el presupuesto.
Si logra presentar su juego en la feria de la ciudad de Essen, cree que tiene muchas posibilidades que una empresa europea se lo edite. “Por las características que tiene, es un juego que cuaja bien en el segmento de juegos chicos, que son de caja pequeña, que usualmente solo requieren cartas, y cumple mucho con los estándares de los juegos europeos, no es de azar por ejemplo”, define Farray.
Pero ¿cómo en una época de aplicaciones e inmediatez están más vivos que nunca los juegos de mesa? Ferray explica el auge de los juegos, principalmente debido a los factores suerte y tiempo.
“En los 90, en Europa surgió una nueva corriente que pensó otra forma de juegos de mesa, que quitó del medio el peso dominante que tenía el azar, el tirar dados o sacar la carta justa; e introdujeron motores de juego que se centran en las decisiones de los jugadores que impulsan el juego. También la decisión de los diseñadores de hacer juegos que no duren más de dos horas y media. Ese acortamiento de la duración, le permitió a los juegos volver a la mesa de los adultos principalmente. Porque antes, un juego de mesa estaba disponible para jugarlo un fin de semana o si uno tenía mucho tiempo libre. Este cambio permitió jugarlos cualquier día de la semana, entre amigos juntarse a comer algo, jugar un juego y volverte a dormir a tu casa en horarios razonables”.
Argentina lúdica
En Argentina, a partir del 2009 hay un boom de creación de juegos de mesa, Facundo aproxima que se crearon unos 80 juegos de mesa, desde esa fecha hasta la actualidad. “Juegos de distintas complejidades, algunos clones de juegos extranjeros y otros juegos más originales, pero desde ese año hay un crecimiento sostenido de la creación de juegos de mesa en el país”.
También asegura que Argentina viene atrasada en la región, “Chile tiene una cultura de juegos más arraigada. De hecho Devir, que es la empresa de publicación de juegos en español más importante del mundo, está instalada en Chile desde hace muchos años y recién entro en Argentina. Hoy en día, hay dos juegos argentinos muy exitosos, que fueron editados en el exterior: Oni que es un juego de cartas que se editó en Estados Unidos y Días de radio, que es un juego narrativo que todos están en un radioteatro de los años 50, y que se editó en España”.
Como proyecto terminado, es su segundo juego, ya a los 14 años inventó un juego, que usaba un montón de tableros y que al tirar los dados tomabas decisiones avanzando por laberintos, “hoy en día no lo retomaría, mi situación como desarrollador de juego cambió muchísimo, porque al jugar, te da la posibilidad de implementar mecánicas más novedosas”, comenta Ferray.
Ahora mientras, espera terminar el proceso de testeo, donde cualquier persona está invitada a probar el juego, reflexiona sobre las tramas jurídicas que tendrá que atravesar Tierra Feudal una vez que esté por comercializarse, como las licencias si es que logra otras ediciones. También da otra explicación de porqué está época dorada de los juegos de mesa, “la situación de la mediación a través de pantallas para cualquier relación humana, tenía que tener algún momento de reacción y la evocación a lo analógico, al cara a cara”.