Las criptomonedas ya se convirtieron en una alternativa para países y ciudades que buscan salvar sus sistemas financieros o simplemente simplificar las transacciones diarias de sus habitantes.
En diciembre del año pasado, la República de las Islas Marshall, que cuenta con una población de acerca 86.000 habitantes y que se independizó de Estados Unidos en 1986, ubicada en el océano Pacífico, enfrentaba un aislamiento financiero y necesitaba, desesperadamente, un plan para salir de esa situación. Incluso hubo un debate para una moción de remover a su presidente, Hilda Heine, del poder.
La propuesta de crear una moneda digital basada en blockchain, que fue aprobada por el parlamento de la isla, tiene el soporte de la plataforma digital Neema – una compañía que usa monedas digitales para ofrecer servicios financieros a poblaciones no bancarizadas en países en vías de desarrollo-, que aseguró costeará el desarrollo del proyecto. De esta manera, sería, junto a la criptomoneda venezolana, el Petro.
La moneda que se llamará SOV (por soberano), piensa tener un valor de $us 50, con lo que el Estado pretende emitir 24 millones de SOVs, de las cuáles las Islas Marshall obtendrían la mitad. El país planea vender la mitad de sus monedas de manera inmediata, si la proyección es correcta, reuniría $us 300 millones. Para eso, espera que el nivel de oferentes sean atraído por el respaldo del país.
Otro gran problema que solucionaría esta nueva moneda, es la dependencia extrema hacia los bancos y que desde que la represión de los Estados Unidos contra el lavado de dinero ha hecho más arriesgado y menos rentable para los bancos internacionales trabajar con pequeñas naciones como las Marshalls, solo un banco opera en las islas, el First Hawaiian Bank, que además avisó que planea cerrar su lazo con las islas, aunque acordó retrasar su decisión, mientras el país busca por reemplazantes. Los funcionarios locales, piensan que con la nueva moneda, los marshaleses no serían más ‘rehenes’ de los bancos para sacar o ingresar dinero de la isla.
Los desarrolladores, avisaron que lanzarán oficialmente las SOVs, cuando las partes interesadas estén convencidas que los riesgos hayan sido mitigados. Para esto, Neema, trabajó unos protocolos ‘anti lavado de dinero’, este diseño requerirá que todos los poseedores de SOV registren su identidad, lo que avisan, hará el SOV inutilizable para el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. Por su parte, las Islas Marshall reivindicaron su soberanía y rechazaron las objeciones del Fondo Monetario Internacional, sobre el lanzamiento de su moneda.
Otras regiones que empezarán a usar blockchain para sus próximas monedas digitales, son Calgary en Canadá que en breve lanzará el Calgary Digital Dollar, que será una alternativa al dólar canadiense. El objetivo tiene menos presiones que el de las Islas Marshall ya que busca agilizar y sofisticar las transacciones diarias de los calgarianos.
Dubai, es uno de los países que más está cerca de ser el primer gobierno del mundo en usar la tecnología blockchain. Una vez que que esté funcionando, podría ser usada por los ciudadanos locales para pagar facturas, bienes y servicios. La ciudad de Berkley, en California, realizará una oferta inicial de su moneda digital, pero en vez de hacerlo a los agentes de bolsa y especuladores, van a vender pequeñas denominaciones de tokens (que a diferencia de una criptomoneda, tiene más usos que solo un medio de pago, ya que puede representar cualquier activo fungible y negociable) directamente a los ciudadanos, dejando a los intermediarios afuera y haciendo más barato y conveniente para los compradores.
Suecia, Rusia, Irán y Tailandia, son países que están explorando activamente la emisión de criptomonedas nacionales, la mayoría de las cuales se encuentran en etapas de propuesta y desarrollo.