La inflación alta y los altos costos del crédito, sumados a la intensa presión tributaria, llevan indefectiblemente a la caída de los ingresos y el consumo. Como consecuencia de ello, el cierre de Pymes, el crecimiento del desempleo y los más que alarmantes índices de pobreza, no pueden ser una sorpresa para quienes seguimos el ritmo de la economía, desde la observación cotidiana y la lectura de los fríos números de los analistas públicos y privados.
Quizás como producto de tantas décadas de frustraciones y bibliotecas de discursos con promesas incumplidas emanados desde los niveles de decisión política pero también del sector privado, la sociedad argentina se encuentra incómoda dentro del laberinto que supo generar. Pareciera una versión criolla de la Torre de Babel, donde cada uno quiere imponer su solución sin escuchar al otro, ignorando que muchas veces las ideas que se proponen son las mismas que fracasaron en más de una ocasión.
El escenario actual requiere de una vez y para siempre la unidad de los esfuerzos de todos los sectores que tienen que ser orientados a la producción, el trabajo como gran ordenador social y la justa distribución de los recursos con políticas inclusivas.
El Puerto La Plata es un lugar estratégico desde el cual se puede establecer un modelo de desarrollo que modifique la curva decreciente que en materia de ocupación afecta a la Región, la Provincia de Buenos Aires y a toda la Argentina. Es de fácil acceso para las embarcaciones, ágil en su operatividad, cuenta con la terminal de contenedores más moderna del país (TecPlata), accesos viales y tendido de ramal ferroviario. Cómo si esto fuera poco, en su entorno se encuentra la primera Zona Franca de Argentina. Y a ello se deben sumar el conocimiento a partir del aporte de la Universidad y el Astillero Río Santiago, tal como fue propuesto durante las exposiciones. Estos factores componen un hub logístico óptimo para la generación de empleo y el desarrollo del comercio exterior.
Desde Ser Industria y la Facultad Regional La Plata de la UTN, impulsamos la Primera “Jornada Puerto La Plata: oportunidades y desafíos”, persuadidos de que la mayoría de las personas e instituciones que convocáramos, entenderían el mensaje. La oportunidad de reunirnos sin restricciones para dialogar, estrechar vínculos y planear un proyecto común. El desafío de que no quede sólo en palabras ni frases políticamente correctas.
No disertaron todas las personalidades que invitamos, sino los que se entendieron el real significado de la convocatoria. Allí radica el éxito de este encuentro. Hablamos de 30 expositores, representantes de PLP, TecPlata, Zona Franca, Prefectura Naval, Aduana. Empresas que ya operan desde la terminal de contenedores como YPF y Petrocuyo; otras interesadas en hacerlo; dirigentes sindicales y políticos; tres de las cuatro Universidades de La Plata; especialistas en logística, industria naval, navieras, tecnología, cámaras de comercio internacionales, diplomáticos extranjeros y los máximos referentes de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires y la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires.
Fue una jornada histórica que alimenta la esperanza. Se congregaron más de 400 participantes y quedó registrado el primer paso de un sendero que habremos de recorrer sumando también a los que no asistieron a esta cita, para poner realmente de pie, con trabajo, producción y trabajo genuino, a la Región. Hemos aprovechado la oportunidad de escucharnos, expresarnos y buscar coincidencias. Nos queda por delante el desafío de plasmar en hechos lo que en conjunto debemos asumir como propio, si queremos dejar de lado la frustración, la queja y el aluvión de indicadores negativos que nos abruman.
Por Ser Industria.