El malestar por el retraso para la designación de autoridades en la Administración General de Puertos (AGP) y en la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, por parte del ministro de Transporte, Mario Meoni, comienza a hacerse sentir por parte de los empresarios y sindicatos.
En el caso de la AGP la desprolijidad llegó a un nivel inesperado, ya que hasta la fecha dos personas ocuparon la oficina del interventor, pero aún nadie fue oficializado. Primero fue Mario Goicoechea quien, a poco de asumir, según fuentes oficiales, recibió el veto del sindicalista Juan Carlos Schmid.
Luego de ese episodio, quien llegó a la avenida Ingeniero Huergo, fue el ex candidato a intendente de San Miguel, Franco La Porta, quien a través de sus redes sociales distribuyó fotos junto a Meoni, recorriendo las instalaciones de la AGP. Pero pasan los días y aún no se hizo oficial la designación del dirigente que, en las últimas semanas, enfrenta una fuerte presión de parte de los sindicatos, flexibles con el macrismo, que buscan quedarse con la caja que genera el sector.
Precisamente, los gremios que agrupa Schmid presionan para no perder poder y buscan quedarse con los dos cargos. Por eso hoy realizarán una reunión en la sede central de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), donde además pedirán que el Gobierno anule el llamado a licitación del nuevo Puerto de Buenos Aires.
Desde el entorno de Meoni, afirmaron que se están estudiando los pliegos y que la licitación no se hará en el marco previsto por la gestión anterior. Pero es cierto también que aún no han tomado decisiones concretas.
Esta situación plantea una incertidumbre que comienza a colmar la paciencia de algunos armadores que, a pesar de no ver con buenos ojos el paso de tres operadores a uno que tiene el proyecto, sostienen que cualquier obra mínima que se haga en el puerto, será un gran paso debido al histórico abandono que tiene el predio.
Pero los dardos no sólo apuntan al Gobierno de Alberto Fernández. Los empresarios también disparan contra la gestión del ex Presidente Mauricio Macri. “Fue todo muy desprolijo. Había un master plan programado que se fue demorando durante su administración, mientras fue perdiendo poder político y proyección para la renovación del mandato. Todo eso fue haciendo que el proyecto fuera perdiendo poder”, confiesan.
A este panorama se suma la falta de autoridades definitivamente nombradas en la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables y en la Administración General de Puertos. Queda claro que si no hay certeza de quienes son los funcionarios, mucho menos se puede saber cuál es el proyecto que van a encarar respecto al futuro de las terminales portuarias. “Tendría que haber una política de Estado en cuanto a este tipo de temas para que no suceda esto…es un proyecto al estilo argentino lamentablemente”, señaló con resignación un ejecutivo de una de las principales navieras que operan en el país.
Opuestos a la posición de los sindicatos, empresarios del sector sostienen que la idea de pasar a un sólo operador en Buenos Aires no era descabellada. “El proyecto tenía deficiencias mayores que esa. Habiendo un operador en Zárate, con Exolgan muy cerca y TecPlata, los armadores tendrían opciones”, precisan.
Aunque creen que lo ideal es que en Buenos Aires haya más de un operador, también reconocen que una Terminal de Cruceros es muy interesante. “Prefiero cruceros en el Puerto de Buenos Aires y la carga más descentralizada, no en el medio de la ciudad. Ahora hay un montón de rumores que hablan de variadas alternativas. Esta administración ya lleva más de dos meses en el poder y no nombró autoridades, por eso es poco serio hablar de que va a pasar con el puerto”, se quejó un empresario.
