En todo el mundo, la propagación del COVID-19 pone contra las cuerdas a todas las sociedades. En este contexto, hay quienes piensan que sin salud no hay economía y otros que consideran que es peor el remedio que la enfermedad, y defienden a rajatabla el presente y futuro de la economía y los mercados.
Este contrapunto se da en un contexto en el que, en mayor o menor medida, todo el mundo está atravesando una crisis sanitaria y económica sin precedentes. Y claramente no tiene sentido.
Todos estamos en el mismo barco y el COVID-19 no hace distinción de clases o zona geográfica. Un poco más o un poco menos, todos los sectores de la sociedad, en todo el mundo, está amenazado por este virus que no deja margen para tomar decisiones equivocadas.
La salud es prioridad, ya que sin ella no se puede desarrollar una vida normal, ni planificar un futuro personal o de una sociedad a mediano o largo plazo. Mucho menos los destinos de un país.
Las medidas que tomó el Gobierno Nacional, desde un primer momento, son las correctas. Los países que no actuaron de la manera, o que lo hicieron tarde, han registrado miles de muertes y contagios.
Pero también es verdad que la economía es importante y que el futuro cercano encuentra a las pymes en una situación desesperante. Los últimos indicadores de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), registrados en tiempo de cuarentena, así lo demuestran:
- Sólo el 10% de las MiPyMEs está completamente operativo.
- Sólo el 16% de ellas podrá afrontar los costos de salarios y gastos operativos del mes de abril sin la ayuda del Gobierno, y el 6% de las empresas está considerando cerrar sus puertas.
- El costo de la inactividad de este segmento empresarial se estima en 115 millones de dólares diarios, y la pérdida de empleo a causa de potenciales cierres de empresas en 190 mil puestos de trabajo.
- Se podrían perder 415 mil puestos adicionales si parte de las empresas que no logran afrontar los salarios y gastos fijos de abril (aún con ayuda del Gobierno) se achica o directamente cierra.
- Por cada día de aislamiento preventivo en marzo, el comercio minorista perdió ventas por $10.360 millones.
- Sólo el 24% de los negocios pudo cubrir la totalidad de sus cheques durante el mes de marzo.
- El 74% de las pymes cree que una vez finalizada la cuarentena tardarán más de cinco meses en volver a la normalidad.
- En lo que va de cuarentena ya cerraron 56.000 kioscos en todo el país.
- Sólo el 40% de los 90.000 kioscos continúa trabajando, pero con ventas que se desplomaron en un 60%.
La inyección de oxígeno con el DNU 332/2020 – Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción-, no es ni será suficiente para acompañar a los empleadores ante el impacto económico que están sufriendo.
No hay un tiempo estimado ni determinado para la duración real de la cuarentena –ahora administrada-. Hasta el momento, el sector pyme viene acompañando con esfuerzo las medidas oficiales, porque entendemos que son necesarias para preservar la salud de trabajadores, de sus familiares y de toda la comunidad.
Pero también sabemos que la situación que atraviesa el sector, sin excepción de rubros (Comercio, Industria, Construcción, Emprendedores, etc.), es muy complicada. Estamos tocando fondo.
Por eso, desde FEBA solicitamos a las autoridades la extensión del paquete de ayuda para las pymes: es necesario ampliar la capacidad de crédito hacia este sector a tasa cero y agilizar la aprobación de los mismos por parte del sector bancario. Hay muchas trabas burocráticas que están impidiendo avanzar rápidamente. Mientras tanto, las pymes están al borde de la muerte.
Si queremos que las pymes sigan de pie cuando esta situación sea superada y la actividad económica retome cierta normalidad, necesitamos un esquema de auxilio a 120 días como mínimo: moratorias por falta de pagos, condonación de ciertos impuestos, créditos a tasa cero, entre otros.
Desde FEBA seguimos acompañando al sector para evitar que caiga en un pozo sin salida. Somos el canal de comunicación de las pymes ante el gobierno provincial, y continuaremos señalando las problemáticas del sector. Al mismo tiempo, nos quedaremos en casa, cuidándonos y cuidando a los demás.
*Por Camilo Alberto Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA).