Se cerraron los primeros contratos para la exportación de distintos cortes de pollo a la Federación Rusa, a partir del veto comercial que aquel gobierno dispuso a varios de sus tradicionales proveedores.
El presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, explicó que “ya se cerraron muchas operaciones a partir del 7 de agosto -fecha en que el presidente ruso Vladimir Putin cerró las compras de Estados Unidos y Europa- y la llegada de los primeros embarques es una cuestión de días”.
“Junto con Brasil -líder regional del sector- la Argentina puede satisfacer una demanda muy importante que se abre del mercado ruso, aunque esperamos que rápidamente se pueda poner a tono con los valores internacionales de estos productos”, precisó el directivo de CEPA.
Si bien el mercado ruso no permite el ingreso de pollo entero y es motivo de negociaciones, la demanda del consumidor es del cuarto trasero, parte de la pechuga, alas y menudencias, trozado que significa un pequeño valor agregado y mano de obra agregada.
De esta manera, el sector busca un equilibrio entre los mercados de exportación con demandas diferenciadas, como ocurre con los consumidores del sudeste asiático que compran casi con exclusividad el ala entera trozada.
El CEPA estima que 2014 terminará con un récord de producción de 2,1 millones de toneladas de carne aviar, de exportaciones en torno a los 700 millones de dólares y un consumo interno de 45,400 kilos per cápita/año, el mayor de la serie histórica.