El telescopio del proyecto Qubic es parte de una investigación conjunta entre 22 países, entre los que se encuentran Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina para entender los microsegundos posteriores al Big Bang, la explosión que dio origen al universo.
La tarea científica constituye un hito para la investigación en nuestro país, que fue seleccionado por sus condiciones climáticas y por la enorme capacidad de sus científicos. Forman parte del estudio el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Conicet y la provincia de Salta. La tarea despertó un fuerte interés en toda la comunidad científica global, que pone sus ojos sobre los datos que recopile y analice la Argentina.
Qubic es un singular telescopio de microondas que no trabajará con luz visible, sino con radiación que excede a la región de energía detectable por el ojo humano. Se trata, en su concepto tecnológico específico, de un interferómetro bolométrico desarrollado para encontrar, por primera vez en la radiación de fondo cósmico, el rastro de las ondas gravitacionales primordiales que tuvieron lugar tras la primera explosión del universo, hace 13.800 millones de años.
Rumbo a Salta Qubic es el primer instrumento en combinar dos de las tecnologías más utilizadas para la detección de radiación: la bolometrica y la interferometría, y se instalará en Alto Chorrillos, Salta. Se eligió esa provincia del norte por las condiciones de clima, de altura y de cielo de la zona. A su vez, Argentina cuenta con el personal técnico-científico calificado para llevar adelante este proyecto.
Detectar la radiación remanente del universo temprano, que tiene características específicas inequívocas, sería probar qué sucedió en los instantes posteriores al Big Bang con datos duros y ciencia básica fundamental. Así lo explicó Alberto Etchegoyen, director del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (Iteda) y representante argentino ante el comité internacional del proyecto Qubic.