Con una extensa trayectoria en la gremial empresaria, Carlos Venier, actualmente encargado de las Rondas de Negocios de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), conoce al detalle los duros desafíos que enfrentan las PyMEs en todo el país.
En diálogo con Ser Industria Radio, el empresario señaló que las limitaciones al acceso a los dólares para importar insumos, crecen día a día y ponen en riesgo la continuidad de la producción del sector.
Pese a la vital importancia de las pequeñas y medianas empresas argentinas, con su reconocida capacidad para generar empleo genuino. Venier sorprendió al decir que “las PyMEs son ignoradas. Estamos en los discursos cuando los políticos asumen, pero después no se acuerdan de nosotros”.
¿Cómo atraviesan las PyMEs industriales esta nueva crisis?
El empresario PyME, desgraciadamente, sufre las consecuencias de la macroeconomía. Nos afecta muchísimo el tema de las importaciones. Algunos directamente no pueden importar sus materias primas, partes, piezas. La mayoría de la metalmecánica, que fabrica maquinaria, están pasando momentos difíciles. Las grandes empresas como las automotrices en algunos casos estuvieron paradas porque les faltaron las cubiertas y no pudieron seguir armando los autos. Esto se repite a lo largo y a lo ancho del país.
¿Esto se ha profundizado en los últimos meses?
En los últimos dos meses se empezaron a ejecutar los stocks y ahí empezaron a verse los grandes problemas, cuando no pudieron recomponerse. Después vino otro de los temas muy importante con la SIMI. El ministerio de Producción las entregaba, pero el Banco Central no entregaba los dólares para pagar y nos obligaban a pagar a 180 días. Una utopía realmente que una PyME argentina tenga un crédito en el exterior de 180 días, es decir prácticamente te decían que no. Nos ponían esta traba que fue desastrosa. Luego, cuando salieron distintos decretos diciendo que se pasaba a pagar con dólares propios, se distorsionaron los precios. porque el dólar empezó a valer cada vez más. Se disparó el valor, porque si había alguno que tenían la necesidad imperiosa de conseguir dólares tenía que ir al mercado paralelo. Hoy realmente hay un problema gravísimo por la falta de los insumos y los precios de referencia porque hasta el que tiene el producto no sabe cómo venderlo.
Se conjugan la falta de dólares, la presión sobre el blue, la suba de la inflación y las tasas de interés. ¿Cuáles son las consecuencias?
El 99% de las PyMEs trabajamos en el mercado interno y si exportamos no es más de un 10 o 15% de nuestra producción, que no significa nada últimamente. En los últimos 10 años las PyMEs hemos perdido todo el mercado exterior. Cuando la gente tiene la misma plata en el bolsillo y aparece una inflación del 5 o 7% mensual, consume menos y como nosotros dependemos de ese consumo estamos sufriendo un cóctel bastante difícil digerir. Es una pena porque hacía dos años que veníamos creciendo en la producción, trabajando bien, en distintos rubros y distintos lugares del país. Es cierto que había un problema de rentabilidad, pero la PyME lo que quiere es trabajar, después la rentabilidad es una cuestión que la podemos discutir. Pero lo peor que nos puede pasar es que no suene el teléfono y no haya pedidos, eso es lo que está pasando ahora. Hemos pasado la pandemia y mil vicisitudes, tenemos buena cintura, aparte las raíces puestas acá, la familia, nuestra gente, nuestros colaboradores y si no fuéramos optimistas no seríamos PyMEs, ni emprendedores.
¿Cómo funcionan las rondas de negocios de CAME?
Hace 17 años que las hacemos. Fuimos creciendo y antes de la pandemia llegamos a hacer 16 rondas anuales. Como PyMEs sabemos hacer muy bien nuestros productos, cómo manejarlos, pero uno de los problemas graves es cómo lo comercializamos. Eso nos cuesta mucho y por eso en CAME creamos esta herramienta. La comercialización es una cuestión de relación, hay que conocerse, verse y vemos que este programa de rondas de negocios es un sistema muy bueno para eso.
¿Las hacen en todo el país?
Sí, CAME tiene 1.400 cámaras adheridas y hacemos rondas de negocios en todo el país. Aseguramos una oportunidad para estar junto con otros empresarios que van para lo mismo y les aseguramos 10 entrevistas como mínimo a cada uno. Después es una cuestión propia de cada empresa. Hicimos la última hace unas semanas en San Nicolás. Juntamos ocho grandes empresas para el desarrollo de proveedores. El PyME se sienta con el comprador de una gran empresa, eso le resultaría casi imposible hacerlo solo y a su vez puede hacer negocios con otros pequeños y medianos empresarios. Las PyMEs necesitamos asociatividad, tanto en forma horizontal como vertical, porque podemos hacer distintos procesos cada uno y llegar a un producto final para poder satisfacer a un supermercado o un hipermercado. A los PyME nos cuesta mucho la sociedad, creo que está en un gen decir “soy autosuficiente” y este es un tema que tenemos que romper para crecer. Estas rondas de negocios, ahora que volvimos a la presencialidad, son fundamentales para darse la mano, mirarse a los ojos, mostrar el producto, tocarlo y generar más y mejores empleos. Es lo que tenemos que propender porque es un círculo muy virtuoso, ya que, como somos parte de este consumo interno, tenemos que seguir agrandando la torta.
Dentro de los problemas que enfrentan las PyMEs industriales, ¿cuánto influye el tema logístico?
En Argentina tenemos problemas logísticos muy importantes. Por ejemplo, en el Norte Grande, es un tema acuciante. A una empresa de Tucumán le cuesta muchísimo llegar con productos a Buenos Aires simplemente por el costo del traslado. Por eso estamos luchando muchísimo por el tren, que solucionaría gran parte del problema. Hay algunos que dicen “tenemos empresas de logística, de camiones…”. No estamos en contra de ellos, estamos trabajando juntos porque el camión para los 250 kilómetros a la redonda es necesario siempre, pero tenemos que hacer la combinación del ferrocarril con camión, bajar los costos del traslado. Lo hemos repetido infinidad de veces, pero el precio de enviar un contenedor de Mendoza a Buenos Aires sale exactamente lo mismo que desde Puerto Buenos Aires a China. Los costos internacionales han cambiado con la guerra y el covid, pero tenemos que fijarnos en nuestros costos. Debemos cambiar la matriz logística en Argentina porque estamos relegando muchísimo a las provincias del interior. La pandemia nos ha enseñado algo muy importante. Cuando entró en el AMBA ha hecho desabastecimiento, porque el 90% de la producción se hacía allí y el resto del país se quedó sin productos cuando la industria paró en el Gran Buenos Aires. Tenemos que propender a la industrialización de todo el país y el tema de la logística, del transporte, es fundamental para que eso ocurra.
La ley que implementó el gobierno para acercar los productos de las PyMEs a las góndolas de los supermercados, ¿sirve realmente?
Todo lo que está impuesto es muy difícil. Tenemos que lograr que las PyMEs crezcan y tengan la oportunidad de estar en la góndola por sí mismas, por peso propio. Conozco todo lo que es la producción de alimentos porque durante todos estos años hemos hecho muchas rondas de negocios con supermercados, pero no hipermercados. Hemos acercado una cantidad muy grande de productores que pueden abastecer a un pequeño grupo de supermercados con productos de primera calidad, hasta mejores que los de marca, pero no pueden abastecer a todos y a veces ni a una sola sucursal. Aparte, son leoninos en el tratamiento. Lo puedo decir, fui proveedor de un híper y en un momento determinado tuve que dejarlo, porque realmente ni siquiera pude recuperar la inversión realizada, menos obtener ganancias. Ni siquiera son comerciantes, son financistas e inmobiliarios, no es comercial el trabajo que hacen.
Más allá del optimismo propio de los PyMEs argentinos, ¿tuvieron posibilidad de dialogar con la nueva gestión del área económica para que atiendan la problemática que enfrentan?
La semana pasada estuvimos con el Vasco de Mendiguren y le planteamos estas cuestiones que las conoce perfectamente porque es una persona que tiene la permeabilidad suficiente para conocer todo lo que pasa en la industria. Simplemente queríamos conocer su visión. La situación es compleja, no nos dijo de que mañana va a solucionar todos los temas porque es imposible. Hay un problema fundamental. El BTU de gas que pagábamos 8 dólares se fue a 40. Desgraciadamente, con una producción extraordinaria de gas que podríamos vender, hoy no tenemos capacidad para transportarla. Entonces, la energía se llevó los pocos dólares que podíamos tener para la producción. Gobernar es determinar de qué forma gastamos o invertimos y el gobierno determinó que era mejor que no se les corte la luz ni el gas a todos, porque también podíamos tener la industria parada, sería mucho más grave que la falta de insumos. También la bajante de los ríos disminuyó la energía eléctrica producida por los diques. Tuvimos la suerte de que arreglamos con Brasil que nos ha vendido una cantidad importante de energía eléctrica y que Bolivia, con precio más o menos ajustado, nos suministró el gas que necesitábamos. El nuevo ministro de Economía no va a solucionar el tema de inmediato. Creemos que en dos o tres meses esta situación se regulariza, hay que tratar de aguantar hasta octubre, cuando haya que gastar tanto dinero en importar energía y esperemos que el gasoducto de Vaca Muerta a Salliqueló, esa obra que era necesaria hace más de diez años, se haga en el menor tiempo posible y que no andemos mirando tan políticamente las cosas. Nosotros abrimos nuestras persianas para trabajar todos los días y no estamos especulando con el dólar, nuestro capital es la materia prima y los productos que tenemos. Nunca miramos el dólar, pero desgraciadamente nos afecta.
