A lo largo del tiempo, la industria nacional atravesó diferentes etapas de transformación y logró sobrellevar momentos de crisis y estancamiento económico de la historia argentina. “La tecnología y la ciencia han permitido mejorar los procesos productivos y la logística de la mano de obra. La inversión a lo largo de la historia, en nuevas herramientas innovadoras y las modificaciones para mejor, en las cadenas productivas, hicieron que a pesar de los difíciles momentos atravesados y los que estamos viviendo, el sector industrial siga manteniendo un rol clave para el crecimiento económico de esta nación. La industria siempre fue y será sinónimo de soberanía”, afirma Silvio Zurzolo, presidente de la Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (ADIBA).
Por su parte, Camilo Alberto Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), agrega que “la industria argentina tuvo que soportar muchos momentos complicados. Sin embargo, siempre supo levantar cabeza para empujar la recuperación del país. El sector demuestra que se puede salir adelante y ponerse de pie. Es el momento de profundizar el camino de la recuperación, con la industria nacional como artífice y beneficiaria de la reactivación económica”.
Si bien la producción de la industria manufacturera PyME subió 1,7% interanual en julio en términos reales, y tuvo una retracción de 0,9% comparado con junio (según CAME), los meses de julio y agosto fueron muy complejos en la producción del sector industrial PyME. “La incertidumbre política y el reacomodamiento a partir del recambio de funcionarios en áreas clave de la producción, vuelven a enfrentar a la industria nacional a ciertas problemáticas que ya formaban parte de la coyuntura, como las demoras en el abastecimiento de insumos, falta de valores de referencia y subas de precios, entre otros”, comenta Kahale.
Zurzolo sostiene que “en un contexto global de tensiones de las cadenas de suministros y suba de las tasas de interés, la situación del mercado de cambios presiona sobre las cadenas de pago a proveedores y deriva en una consecuente caída de órdenes de compra. Estos factores también están impactando en las exportaciones y la generación de divisas genuinas. Otros elementos de incertidumbre están vinculados con la situación de la demanda agregada, a partir de la aceleración de la inflación, el encarecimiento del crédito y el consecuente impacto sobre el consumo y la inversión”.
La escalada inflacionaria, las restricciones cambiarias, la escasez de materia prima, la falta de crédito blando para el sector pyme industrial y la excesiva carga impositiva forman parte de un listado de pendiente que, en los últimos años, los sucesivos gobiernos nacionales y provinciales no supieron solucionar. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires, de acuerdo a datos relevados por el CEU para ADIBA, UIPBA y FEBA, durante abril de 2022, la producción industrial bonaerense se expandió +4,5% interanual. Estos últimos sondeos en la provincia muestran una suba de +3,8% con respecto al mismo período del pasado año 2021.
“Las PyMEs industriales bonaerenses vienen buceando entre alzas y bajas productivas, ya en el mes de junio las cámaras de empresarios advertían sobre un comportamiento heterogéneo del sector industrial. Definitivamente, hay una disminución del proceso de reactivación del proceso productivo que preocupa”, añade el titular de ADIBA.
Mientras las crisis suceden, el sector industrial y las PyMEs en particular, sigue siendo un pilar clave en el desarrollo y crecimiento económico y productivo nacional. A ello se suma lo acontecido en los últimos años, con una industria que vuelve a ser protagonista en la modernización de la economía, transformando sus procesos en el marco de la Industria 4.0, que brinda soluciones enfocadas en la interconectividad, la automatización y los datos en tiempo real.
Adaptar las empresas y sus procesos a la tecnología 4.0, trae consigo una serie de beneficios. Entre ellos se puede enumerar que mejora la productividad y eficiencia en el uso de recursos, genera información útil para la toma de decisiones en tiempo real y la planificación a mediano y largo plazo.
Además, permite la creación de nuevos productos y servicios que mejoren la experiencia de los usuarios a partir de esta información recolectada e integra de manera eficiente a todos los actores que intervienen en el proceso de fabricación.
“Todo está dado para que la industria recupere el terreno perdido en los últimos años, producto de malas decisiones políticas, y efectos de imponderables como la pandemia o la actual guerra en Ucrania. Somos optimistas porque sabemos del potencial de nuestra industria nacional, sabemos de la talla del talento argentino para adaptarse a los nuevos tiempos, y conocemos la capacidad de nuestros empresarios que siguen apostando e invirtiendo en el país. En el Día de la Industria, reivindiquemos más que nunca el rol clave de este sector en la recuperación de la economía argentina a lo largo de la historia”, concluye Zurzolo.
