El último jueves el Mercado Común del Sur (Mercosur) cumplió 24 años desde su creación el 26 de marzo de 1991, cuando Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se unieron para conformar un bloque de integración regional que propiciara un espacio común para la generación de oportunidades comerciales y de inversiones, a través de la integración de las economías nacionales al mercado internacional.
El resultado de sus políticas han sido el establecimiento de múltiples acuerdos con países o grupos de países, otorgando, en algunos casos, carácter de Estados Asociados a algunas naciones suramericanas, que participan en actividades y reuniones del bloque y cuentan con preferencias comerciales con los Estados Partes, refiere la página del Mercosur.
Luego de diversas fases, se incorporaron a esta instancia Venezuela y Bolivia (aun en proceso de adhesión) para completar un territorio con 14.869.775 km2 de extensión y consolidar la quinta mayor economía del mundo.
Actualmente, la presidencia pro témpore del bloque pertenece a Brasil, desde diciembre de 2014, luego de estar a cargo de Argentina durante el último semestre.
El acto de traspaso se realizó durante la XLVII Cumbre Presidencial del organismo, que se desarrolló en el Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina de Paraná, Argentina, donde Jefes de Estado y representantes de los países miembros plenos y asociados destacaron la importancia de fortalecer la integración, con el propósito de fomentar aún más el desarrollo de los pueblos, con énfasis en la inclusión social.
La integración de los Pueblos fue y es posible. Hay puentes educativos, culturales, sociales, laborales, productivos y políticos que nos unen como venas abiertas de un mismo cuerpo continental con un mismo contenido humano.
El MERCOSUR sigue siendo nuestra plataforma de unión, nuestra forma de decir, nuestro mapa de desarrollo. Obreros, estudiantes, maestros y empresarios, la gente en definitiva, pobladores y actores todos de la NACIÓN MERCOSUR podemos, queremos y debemos ser los primeros en aprovecharnos de nuestras propias posibilidades, potencialidades y capacidades.
En éste marco, la Industria Naval Latinoamericana del Mercosur, en posición de dar y en actitud de hacer como parte de esa Nación integrada por todos sus ríos, sus mares y sus territorios comunmente soberanos, es una de las vías más creíbles y reales para generar más valor agregado, más producción, más educación, más trabajo, más inclusión y más soluciones. En definitiva, todos podemos construir más integración con dignidad y desarrollo con más Industria Naval.