Luiz Inácio Lula da Silva, juró por tercera vez como presidente de Brasil y de inmediato firmó trece decretos orientados a revisar medidas impulsadas por el gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro en materia de armas y medioambiente.
El flamante mandatario celebró la “victoria de la democracia” y sostuvo que “si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña”.
“El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y a la violencia responderemos con la Ley y sus más duras consecuencias”, dijo Lula en referencia al gobierno de Bolsonaro.
Agregó que “a lo largo de esta campaña electoral vi brillar la esperanza en los ojos de un pueblo que sufría, como consecuencia de la destrucción de políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación”.
Seguidamente, añadió que “se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a los trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno” y que “se ha demostrado que un representante de la clase trabajadora sí podría dialogar con la sociedad para promover el crecimiento económico de forma sostenible y en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados”.
Advirtió que “el diagnóstico que recibimos del Gabinete d Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública”.
Lula prometió ayudar a los que más necesitados. “Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan”.
Adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.
También enarboló como objetivo primordial lograr la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, además de estimular la reutilización de pastos degradados. Indicó que “Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica”.
“Crear, plantar y cosechar seguirá siendo nuestro objetivo. Lo que no podemos aceptar es que sea una tierra sin ley. No toleraremos la violencia contra los más pequeños, la deforestación y la degradación del medio ambiente”, agregó.
El mandatario confirmó la refundación del Ministerio de la Mujer “para demoler este castillo de desigualdad y prejuicios. Es inaceptable que las mujeres cobren menos que los hombres por el mismo trabajo. Es inaceptable que sean acosados impunemente en la calle y en el trabajo. Que sean víctimas de la violencia dentro y fuera del hogar”.
También se comprometió a motorizar la integración en América Latina para tener “un diálogo activo y altivo” con las otras regiones del mundo. Retomaremos la integración a partir del Mercosur, la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas”, dijo.
También garantizó que su Gobierno fortalecerá la cooperación con el foro BRICS, que Brasil integra junto con Rusia, India, China y Suráfrica y tenderá puentes con África y el mundo en desarrollo, sin descuidar sus relaciones con Estados Unidos o la Unión Europea (UE).