El secretario General del Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval de la República Argentina (SAONSINRA), Juan Speroni, confirmó a Ser Industria el cierre del segundo tramo del acuerdo paritario con la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN).
El dirigente recordó que “en el primer tramo habíamos alcanzado un aumento del 70% y el miércoles, conforme a la petición formulada por el cuerpo paritario, se acordó un 40% más, constituyendo una paritaria interanual del 110%. Se buscó un equilibrio que le permita a los trabajadores vivir dignamente en el contexto inflacionario que atravesamos”.
Informó, además, que la asamblea sindical aprobó ayer la propuesta. La misma contempla cuatro pagos mensuales de 10%. El primero se percibirá en la segunda quincena de enero y los restantes en febrero, marzo y abril. “Los abogados están redactando las actas con las escalas salariales correspondientes, para presentarlas en el ministerio de Trabajo”, indicó.
¿Cómo se llegó al acuerdo?
Luego de debatir, en el marco de las dificultades que tiene el sector, se alcanzó este acuerdo que conforma a ambas partes. Se procuró dotar a los trabajadores de un instrumento esencial en esta etapa tan compleja que vive el país en términos económicos, donde la inflación generó un cuadro de situación bastante grave, en términos alimentarios y de las necesidades básicas. Quiero destacar que hubo una gran compresión de los directivos de ABIN, en particular de su presidenta, Sandra Cipolla, para encontrar el equilibrio justo que permitió resolver favorablemente esta paritaria. A nosotros nos queda pendiente el convenio 603, con la Cámara de Mar del Plata. Para ello tenemos cláusula de revisión y el 15 de febrero nos reuniremos para encontrar el punto de equilibrio razonablemente.
Es difícil lidiar con tanta suba de precios…
Los trabajadores tenemos dificultades, pero sabemos que también las tienen los empresarios. Después de muchas luchas se logró producir el cambio de la flota pesquera de nuestro país. Pero no nos olvidemos que los insumos básicos que requiere esta industria, en término de las construcciones, se deben importar y esto resulta complejo en la situación macroeconómica que sufre el país. Por eso capital y trabajo estamos juntos en la lucha por el mercado laboral y un salario que permita transitar la difícil etapa que estamos viviendo.
En 2022 se botó una buena cantidad de buques pesqueros…
Hicimos un esfuerzo conjunto las cámaras de la industria naval, las asociaciones de ingenieros navales, las cuatro organizaciones sindicales, junto al estado nacional, particularmente con el ministerio de Desarrollo Productivo. Entre todos, se constituyó la Mesa Económica Social de la Industria Naval que consiguió compromisos importantes, como cerrar el ingreso a los barcos importados. En ese marco hemos conseguido que astilleros como Contessi y SPI, tengan órdenes de construcción, pero, insisto, tenemos la dificultad del contexto económico. Si no se consiguen los insumos básicos, se genera un cuello de botella que hay que sortear rápidamente. También nos preocupa que haya sectores armatoriales pidiendo el ingreso de buques usados. En función de eso, tanto las cámaras de la actividad como la Federación de la Industria Naval y los sindicatos del sector, han dado una respuesta en término de que el ministerio de Desarrollo Productivo no permita el ingreso de barcos que podemos construir en el país.
¿Hay buen diálogo entre todos los sectores de la industria naval?
Armonizamos ideas a través del debate y la discusión con el criterio de buscar capital y trabajo. El horizonte debe permitirnos seguir la trazabilidad de construcciones de la industria naval argentina. Para ello tenemos que diseñar un dispositivo de autodefensa, tanto los empresarios como los trabajadores y el estado asociado, para potenciar al máximo una de las actividades del país que más trabajo genera. Recordemos que, en esta industria, por cada puesto directo que se crea, se desarrollan otros cuatro rápidamente. Tenemos un horizonte con propuestas, proyectos, pero necesitamos las decisiones del estado para que las construcciones navales se sigan desarrollando.
Se observa a los astilleros de Mar del Plata con mucha actividad. ¿Esto se replica en el resto del país?
Lo que sucede en Mar del Plata es muy bueno, pero después tenemos los astilleros que están a lo largo del Paraná, que enfrentan dificultades, como también los compañeros de Río Santiago y Tandanor. Estamos buscando un horizonte, en el contexto de las posibilidades que tiene el país, de desarrollar la industria naval pública y privada con previsibilidad. Para los astilleros del Paraná debemos encontrar el camino que permita el desarrollo de importantes unidades productivas que existen en Campana, Zárate, Ramallo, Villa Gobernador Gálvez y los astilleros públicos que mencioné. Con el estado nacional, hay que desarrollar un sistema de defensa tanto fluvial como marítimo, esencialmente en todo el trazado de la hidrovía, que está en debate a partir del final de la concesión después de 30 años. Ese vector importante, por donde se exporta el 90% de los productos argentinos, puede tener un derrame en el valor agregado, que es lo que necesitamos para poner en marcha esos astilleros que están trabajando en un 10% de sus posibilidades.
¿La industria naval generó nuevos empleos en 2022?
Hubo una inserción importante de trabajadores en términos de construcción. También generó la puesta en marcha de distintos modos de capacitación de soldadores, caldereros, electricistas, torneros, en asociación con el estado, el Consorcio Portuario de Mar del Plata y las cámaras de la actividad. Hemos encontrado un sendero que nos permitió formar trabajadores y trabajadoras, ya que se incorporaron muchas mujeres.
¿Hay buenas perspectivas para este año?
Sí, es algo totalmente positivo lo que vemos, pero, reitero, la preocupación pasa por las futuras construcciones que están en riesgo debido a las dificultades para acceder a insumos esenciales. Estamos solicitando al ministerio de Desarrollo Productivo, que convoque rápidamente a la Mesa sectorial de la actividad naval que fue considerada estratégica por el Estado Nacional, para armonizar los procedimientos y permitir que se trace una hoja de ruta. La industria naval está en condiciones, por sus recursos humanos técnicos y profesionales, de poner en marcha el aparato industrial público y privado del país.
¿Con qué expectativas siguen la posibilidad de la exploración offshore en las costas bonaerenses?
En este tema hay una sinergia entre todos los sectores de la actividad industrial, el movimiento obrero, la universidad, académicos, las cámaras de la industria naval, planteando con mucha claridad que el proyecto tiene que desarrollarse. Quedó demostrado en todos los estudios hechos, que no genera impacto negativo en el medio ambiente ni en la pesca. Es imprescindible avanzar, pero no sólo para la industria naval argentina, sino para todo el país. Porque el petróleo y el gas son recursos que están en crisis en el mundo. Argentina tiene la posibilidad, a partir del desarrollo del pozo Argerich y todo lo que puede venir después, de tener autoabastecimiento energético y exportar. Es un proyecto relevante, estratégico y fundamental para recuperar la soberanía energética.