Emprendedores de Tandil se unen por el desarrollo del Turismo Rural

30 abril, 2015
El grupo “Turismo Rural Tandil”, formado en enero 2015, está integrado por emprendimientos de Gardey, Fulton, Cuatro Esquinas, La Porteña y Vela. El objetivo es generar una oferta complementaria de turismo en Tandil y darles protagonismo a los pueblos rurales.

Desde enero 2015 un grupo de emprendedores trabaja en forma asociativa en el marco del programa Cambio Rural II de INTA, con la finalidad de poner en valor la riqueza productiva, natural y cultural de los alrededores de Tandil y fortalecer una oferta de Turismo Rural en Tandil.

El grupo “Turismo Rural Tandil”, formado en enero 2015, está integrado por emprendimientos de Gardey, Fulton, Cuatro Esquinas, La Porteña y Vela, que ofrecen alojamiento, gastronomía y productos regionales. El objetivo es trabajar en la propuesta de circuitos alternativos y complementarios a la oferta turística clásica.

Según María Elena Valdez, promotora asesora del grupo, el objetivo es generar una oferta complementaria de turismo en Tandil y darles protagonismo a los pueblos rurales que tienen un alto valor histórico y patrimonial.

“Estar agrupados enriquece y permite ver cosas que uno solo no ve, surgen ideas y todo parece más sencillo”, resume Liliana, una de las integrantes del grupo.

Particularidades

En el paraje La Porteña, a siete kilómetros de Tandil, los visitantes pueden encontrase con una casa construida bajo las pautas de la permacultura, que es amigable con el ambiente y apunta a un estilo de vida más conectado con la naturaleza. “Apuntamos a que el visitante recupere el vínculo atávico con la naturaleza al experimentar el silencio, la vida sencilla y el entorno silvestre”, describió en el suplemento de Turismo de Pagina 12 Jorge Spivak, dueño de las cabañas Kurache.

En Fulton, a 26 kilómetros de Tandil, un grupo de mujeres lleva a delante un emprendimiento de fábrica de Alfajores, que tienen la cualidad de ser cuadrados. Asimismo, en este paraje se encuentra el Almacén Adela que es el centro social del lugar donde se puede comer, jugar a las cartas y disfrutar de algún espectáculo musical.

Por su parte, en Vela se ofrece un paseo por su balneario, tomar una copa en el Bar de Tito (donde Osvaldo Soriano escribió gran parte de No habrá más penas ni olvido), recorrer la estación de tren y visitar el Museo Histórico y de Ciencias Naturales, donde se describe la ocupación aborigen durante los siglos XVII, XVIII y XIX, así como la expansión araucana desde Chile.