El presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto
Domenech informó que el SENASA envió a la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA) el informe considerando al país libre de influenza aviar .
La novedad se conoció 162 días después de detectarse el primer caso en aves comerciales en Argentina. y aproximadamente a 50 días del último brote que se presentó, sin que se registraran nuevos casos.
“Es una excelente noticia. La OMSA, que es la entidad ante la cual se hizo la
denuncia cuando se dio el primer caso, en el curso aproximado de 15 días, deberá
informarle al resto del mundo que Argentina vuelve a ser un país libre de influenza
aviar.”, señalo el dirigente.
Continuarán los controles por influenza aviar
Asimismo, Domenech remarcó que “no obstante, el SENASA y el sector privado
continuarán con todas las tareas sanitarias que posibilitaron el control de la expansión
del virus. A su vez, desde el sector privado se trabajará para profundizar la trazabilidad
y la bioseguridad en las granjas con la intención de evitar ante un posible rebrote que
este virus ingrese a las áreas comerciales.
La recuperación del estatus sanitario “Libre de influenza aviar” da un respaldo
internacional a la forma en que se ha manejado la crisis y el tiempo en que se logró la erradicación del virus de las áreas comerciales. Aunque desde la actividad comercial parece muy largo, desde lo sanitario se hizo en tiempo y forma. Con gran dinámica y velocidad, por el momento, se ha permitido el control.
Actualmente, todo el sector avícola está trabajando con los destinos de exportación para
restablecer las relaciones comerciales.
Reconocimiento
Por último, el presidente de CEPA expresó que “desde el sector privado felicitamos y
agradecemos a todas las áreas del SENASA que han mostrado tanto empeño, apoyo y
dedicación en el logro de este resultado exitoso.
Destacó el acompañamiento que tuvieron para con el sector, el secretario de Agricultura y el ministro de Economía, asignando las partidas necesarias para indemnizar a aquellos productores a los cuales les fue necesario sacrificar todas las aves. “Incluso la disponibilidad de huevos fértiles o huevos comerciales para que no salieran de la granja, limitando la expansión del virus”, concluyó.