Este 12 de septiembre el Día de la Industria Naval estará teñido por la corrupción. El INIDEP (Instituto Nacional de Desarrollo e Investigación Pesquera), acaba de poner en marcha una licitación fraudulenta.
Se trata de la compra de un costosísimo barco de investigación pesquera con características idénticas a las del astillero español preferido por el INIDEP y para el que ya orientó dos compras navales recientes.
Un estudio para develar este escándalo demostró que en los últimos 22 años se construyeron 186 barcos de este tipo en el mundo. Pero lo notable es que, de los 98 astilleros constructores de esos barcos en 5 continentes, sólo uno de ellos logró cumplir con las quirúrgicamente precisas exigencias del INIDEP. Casualmente, fue el astillero gallego amigo de la casa y para quien ahora se sirve en bandeja este nuevo fraude.
En medio de una crisis terminal con niveles récord de endeudamiento y pobreza, el INIDEP endeuda aún más a los argentinos en 135 millones de dólares con el BID para realizar esta tercera compra de bajísima prioridad nacional. Accedemos así, ridículamente, al podio mundial de los países que compran más barcos de investigación, muy por encima de superpotencias pesqueras como Rusia, Noruega y China, por ejemplo.
Es siempre el mismo modus operandi, pero esta vez fortalecido en la impunidad de dos anteriores licitaciones idénticas y exitosísimamente fraudulentas para beneficiar al mismo, hace muy poco tiempo.
Es todo tan burdo que, a la prensa internacional acostumbrada ya a la corrupción argentina se le suma ahora el principal diario de Vigo. Desde El Faro festejan de antemano la osadía del INIDEP que, asumiendo que los argentinos somos estúpidos, solicita en esta nueva licitación, la construcción de un barco gemelo al que ya está construyendo su astillero vigués amigo, único aceptable proveedor naval de esa casa.
Como confesión de parte, desde la dirección del Instituto se reconoció que ellos designaron a profesionales del astillero español para el diseño y asesoramiento técnico de los barcos en cuestión. Se está armando el crimen perfecto. Por tercera vez. La industria naval, en su día, en nombre de la Argentina toda debe gritar: ¡BASTA!