El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la implementación del “dólar PyME”.
Se trata deun incentivo en favor de las pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de aumentar las exportaciones.
En ese sentido, dijo que, desde el lunes, “las exportaciones PyMEs tienen el incentivo de ingreso contado con liquidación del 25%, para poder garantizar mayor volumen y flujo de ingreso y que, de alguna manera, se acelere el proceso de exportaciones argentinas”.
Al respecto, el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martín Rappallini, en diálogo exclusivo con Ser Industria señaló que “la medida del dólar Pyme ayuda”. Sin embargo, aclaró que la principal dificultad que afrontan las PyMEs se relaciona a la situación de las SIRAS.
Pérdida de confianza
Rappallini participó de la celebración del Día de la Industria, organizado por la Unión Industrial del Gran La Plata (UIGLP), en la Universidad Nacional.
“Hay muchas SIRAS que fueron reprogramadas. El problema es que la PyME tiene que cumplir los plazos de pagos a sus proveedores en el exterior. Si al llegar el momento del pago, lo reprograman, es el empresario quien pierde credibilidad ante el proveedor”, explicó el presidente de la UIPBA.
Señaló que es necesario “fijar un sistema de SIRAS que no se reprograme, que se cumpla la fecha de pago”. Asimismo, indicó que la deuda con los proveedores externos de las PyMEs es de US$ 38.000 millones.
“Los proveedores en el exterior no nos dieron más crédito”, alertó el dirigente. Expresó que las empresas han financiado el sostenimiento de la actividad económica y sobre todo industrial.
“Este crédito que tomamos, lo tenemos que cumplir. Defaultear las deudas privadas sería un gran problema”, sostuvo Rappallini. Agregó que esperan que, además del Dólar PyME, se vayan pagando las SIRAS y se facilite el acceso al MULC (Mercado Único Libre de Cambio).
En cuanto al sistema de las SIRAS, señaló que si se hubieran pagado en tiempo y forma sería, dentro del contexto macroeconómico argentino, una buena medida. “A principio de año tuvimos que presentar un plan de importaciones que servía para que el gobierno ordenara los fondos del Estado y del Banco Central, para que a medida que haya obligaciones, se pudieran pagar”.
No obstante, remarcó que “algo ha pasado internamente dentro de la secretaría de Comercio y el Banco Central, porque los dólares no están. Entonces empezamos con el CEF, con el cambio de los plazos de pagos, eso genera mucha incertidumbre. A veces es mejor que te digan que le pidas al proveedor 60 días más, a decirle te voy a pagar y no pagarle. Eso genera mucha incertidumbre y falta de confianza en los proveedores externos”.
Tensiones
El tipo de cambio y la inflación, son otras de las preocupaciones del mundo productivo. “Cuando estás con una inflación, del 2-3%, mirás para atrás, pero si estás con un 12-15%, no mirás tanto como te aumentaron los costos para atrás, sino que empezás a ver qué es lo que va a pasar en el futuro”.
“Esto es lo complicado, porque todo el mundo se empieza a cubrir y hace que la inflación se espiralice”, indicó.
Finalmente, Rappallini consideró que “el tema del financiamiento no es menor, porque el nivel de las tasas también está complicado.”