Una de las actividades industriales que despierta mayores posibilidades de desarrollo e inversión en nuestro país es la vinculada con la energía y los hidrocarburos. En la vorágine del ajuste, la lucha contra la inflación y la búsqueda del equilibrio fiscal, la importancia del sector fue reconocida por el Presidente Milei.
En búsqueda de conocer la mirada directa del empresariado, Ser Industria Radio dialogó con Leonardo Brkusic, Director Ejecutivo del Grupo Argentino de Proveedores Petroleros (GAPP).
Al respecto, el ejecutivo hizo un repaso por la cadena de valor y destacó la cantidad de empleos de calidad que generan. Asimismo, valoró las expectativas que despiertan Vaca Muerta, la exploración offshore y Palermo Aike y advirtió sobre los alcances del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).
¿Cuál es el alcance de la tarea que desempeñan los proveedores petroleros?
Eete sector genera más empleo que las mismas petroleras. El GAPP nuclea a 190 empresas de 14 provincias y genera más de 35.000 puestos de trabajo directos. La cadena de valor, en una estimación que hicimos en conjunto con el Observatorio para la Industrialización del Gas y el Petróleo en Argentina, cámaras industriales, los cluster de Córdoba y Mar del Plata, suma más de 120.000 empleos indirectos. La industria petrolera per se, las operadoras y demás, no llegan a ese número en su conjunto. Esta industria es virtuosa, no solamente porque genera empleos industriales de alto valor agregado sino porque además impulsa el desarrollo territorial, no sólo en las zonas donde se realiza la actividad petrolera.
Abarcan un amplio espectro…
Estas empresas crean empleos de alto valor agregado, están altamente calificadas, invierten en certificación, equipamiento y son un nido para seguir desarrollando el talento argentino. Contratan ingenieros y generan un germen empresario, porque a partir de las personas que salen de las operadoras, se conforman nuevas empresas. Nosotros lo vemos como un eslabón muy fuerte. A veces hay que trabajar mucho en adquirir una concepción de cadena de valor. No tanto en la industrialización del gas en una planta petroquímica, sino en lo que generan la fabricación de equipamiento, de software, de servicios de ingeniería, servicios de construcción, textiles, metalúrgicos, bombas, tubos, válvulas, etcétera. Hay un universo oculto pero muy rico.
El Presidente abrió mucha expectativa sobre la actividad. ¿Comparten esa visión?
Sí. Vaca Muerta, inequívocamente es un motor para el país. El GAPP ya tiene 20 años de trabajo y en 2011, 2012, cuando surgieron las primeras conversaciones, decíamos “esto tiene el potencial para cambiar la Argentina”. Sin dudas se puede generar un salto exponencial en la producción de gas y petróleo. No solamente en Vaca Muerta. Las expectativas también están puestas en el offshore, con la inminente perforación del Pozo Argerich, a 300 kilómetros de la costa bonaerense y las exploraciones en recursos no convencionales, en Palermo Aike, provincia de Santa Cruz. Desde nuestro rol relacionado a esta cadena de valor, vemos que generaría un gran impacto, no solamente en estas cuencas. Las zonas petroleras están caracterizadas por tener empresas que proveen servicios y la fabricación de equipamiento es más de los polos industriales tradicionales del país, como provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza… Son proyectos de suma relevancia, porque no solamente tienen que ver con la producción del gas, sino también con el transporte, como la actividad que podemos ver en el Gasoducto Néstor Kirchner, en las plantas de tratamiento, las plantas de compresión de gas, de bombeo… YPF está desarrollando un proyecto llamado Vaca Muerta Sur, un tendido de ductos y un hub terminal para la exportación de crudos en Río Negro. Son proyectos de gran magnitud, que generan mucho empleo en términos de las obras y los servicios y sobre todo de desarrollo en otras partes del país.
¿Estas acciones involucran a muchas empresas?
Cuando se habla de un gasoducto, estamos más familiarizados, con un tubo de los que fabrica Tenaris, planta de Siderca en Campanas. Pero detrás de eso hay válvulas, bombas, trampas para scrapper, sistemas de gestión, obras de instrumentación, de electrificación, electromontaje de tableros, transformadores… El universo es muy vasto y todo eso se fabrica en el país. Ahora estamos en las discusiones que se dan en los términos de la ley Bases que incluye el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Está bien incentivar los proyectos, pero ese régimen, lamentablemente, no incluye el desarrollo de la cadena de tecnología argentina para dar soporte a esos equipos. Ahí entraremos en el viejo dilema del derrame o el desarrollo. Somos industriales y creemos, como había en el apartado de la ley de GNL, que trabajamos con el Observatorio del Gas y el Petróleo, que se deben incluir concepciones de valor agregado nacional. Así ha sucedido en Noruega, Brasil, Arabia Saudita y otros mercados, donde se privilegia el fomento de la producción local de tecnología relacionada a estos grandes proyectos.
Si se abrieran totalmente las importaciones, ¿el sector nacional podría competir?
Entendemos los incentivos fiscales que le dan a los beneficiarios del RIGI, porque más allá del posicionamiento ideológico de cada uno, si no hay inversiones, no hay trabajo para nadie. Es como discutir de a dónde van los dólares que generan actividad. Si esas inversiones no suceden, esos dólares no existen. Entonces, es otra negociación distinta, la de qué va a pasar con las regalías, los dólares, dónde quedan… Lo que nosotros creemos es que en el RIGI, algunos artículos en particular disponen de la exención arancelaria para la importación de insumos o de equipamiento para los beneficiarios. Hay una cuestión engañosa. Si cualquier operadora petrolera beneficiaria del programa importa una planta de tratamiento de gas, estará exenta de aranceles. Pero si puede fabricarla una empresa local, va a tener que pagar derechos de importación por los elementos que tenga que integrar para su construcción. Ahí se termina generando, supongo que involuntariamente, una competencia desleal, porque la producción nacional va a estar penalizada respecto a la del exterior. Ni siquiera estamos hablando de competir mano a mano.
¿Eso puede modificarse?
Creemos que sí. Hemos hecho gestiones con los distintos bloques en el Congreso. Entiendo que la Unión Industrial Argentina (UIA), está haciendo algún reclamo, no con toda la energía que creemos que debería tener. Otras cámaras como ADIMRA, hacen gestiones propias. Desde las entidades industriales esto se puso sobre la mesa. Creemos que la discusión a veces no es 100% clara de qué es lo que quiere lograr el Poder Ejecutivo Nacional en las negociaciones con las provincias. Entendemos que esta semana también fue bastante vertiginosa en esos términos y el proyecto de Ley fue al recinto. Estamos esperanzados con que los legisladores entiendan que hay que privilegiar el trabajo y la industria nacional, tanto como los proyectos de inversión, porque tienen que suceder.
Es una cuestión clave…
Para toda la sociedad argentina puede cambiar la realidad del país a futuro, siempre y cuando se haga con una mirada al desarrollo local. Petróleo tenemos. Ahora, si lo transformamos en una actividad extractivista y no privilegiamos el desarrollo local, ahí es lo que he comentado al principio, el derrame versus el desarrollo. Hay una oportunidad exponencial de generar tecnología en el país que después también puede exportarse. Es un sector de industriales que proveen equipamiento para la industria energética, en particular hidrocarburos, que tiene un alto perfil exportador. Son productos de alto valor agregado que generan empleos calificados. Después entramos en la discusión de cuando alguna operadora, con total justeza, hace una comparativa de precios. A veces la comparativa debería estar atada también a qué proyecto de país queremos, porque a veces competimos con importaciones de países que tienen materias primas diferenciales. Por ejemplo, acá el acero tiene un precio distinto al que se paga en Brasil, ni hablar en Asia. Hay una diferencia sustancial al comparar precio por precio un producto hecho en Argentina respecto a un producto hecho en Asia. A veces estamos penalizados en eso. Así que, esa penalización me parece que tendría que estar considerada, sobre todo pensando en que la parte del equipamiento no es la mayor del costo de una inversión petrolera. La parte de los servicios, se lleva aproximadamente el 80% del costo del desarrollo de un proyecto. El equipamiento, entre tubos y el resto, es menos del 10%. Ahí hay una decisión más estratégica que económica.
El gobierno no hará obra pública. ¿El sector privado desarrollará infraestructura de transporte?
Tiene que ver con las condiciones. Las operadoras del sector del gas y el petróleo son mayoritariamente locales. YPF, Panamerican, Pluspetrol…Son empresas conceptualmente dirigidas por argentinos. Salvo Vista está fondeada desde el exterior, pero se puede considerar que todas son nacionales y lideran el sector. Creo que están esperando un poco las definiciones, qué va a pasar con el RIGI y las operadoras. Como grandes empresas, están buscando la mayor apertura del petróleo, pero creo que si el negocio lo amerita y las condiciones son adecuadas, pueden hacerlo porque ya lo han hecho. Una de las empresas que está a cargo del transporte, se llama Oldelval, Oleoductos del Valle, una articulación de distintas operadoras petroleras. YPF participa con un poco más del 30%. Pero hay otras operadoras que son socias de ese oleoducto. Ahora están trabajando en un proyecto muy importante, se llama Duplicar, para ampliar la capacidad de transporte del petróleo que se extrae de Vaca Muerta y exportarlo en la terminal de Oiltanking en Puerto Rosales, cerca de Bahía Blanca.
¿La decisión de YPF de desprenderse de yacimientos maduros permitirá el nacimiento de nuevas empresas?
La estructura general de YPF hace inviable para la empresa, que sea rentable operar esos yacimientos. Entendemos que todos los compromisos y obligaciones que tiene la operación de esos yacimientos van a pasar a otros. Pero tampoco creo que sea una manera súper sencilla de hacer esa transferencia, porque lo que está pendiente de evaluación es el costo de esos compromisos, contratos y demás. Hay que considerar que van a pasar de las manos de una empresa del tamaño de YPF a otra mucho más chica y asumir los compromisos y obligaciones que YPF había adquirido. En caso que no logren ubicarlos en alguna otra contraparte, será revertido a la provincia que tendrá que evaluar el costo de los pasivos ambientales y todas esas cuestiones, También entendemos que hay que analizar profundamente cuáles son los números y los drivers de operar ese tipo de yacimientos maduros que no tienen la productividad de otros. Revitalizarían un montón de yacimientos donde YPF no invierte y lo mismo pasa con otras operadoras. Panamerican está transfiriendo progresivamente un aumento de inversiones mayor proporcionalmente en Neuquén, en desmedro de Comodoro Rivadavia, por ejemplo. Todas esas áreas maduras se van viendo penalizadas porque, lógicamente, la rentabilidad es mucho mayor en Vaca Muerta.
¿Argentina puede ser importante en el mercado internacional?
Es relativo ponerle un rótulo. Lo que puedo decir es que en nuestra micro habrá un cambio sustancial. En términos de generación de divisas, al país le va a venir muy bien tener un contrapeso a los dólares que genera el agro. También los van a generar la energía, la minería con el litio y en una corrida un poquito más larga los potenciales proyectos de cobre. Que el país tenga dos o tres fuentes de divisas de magnitud para el tamaño de nuestra economía, es más que importante en términos relativos. Obviamente no vamos a llegar a los niveles ni de Arabia Saudita, Estados Unidos o Rusia. Con eso tenemos que estar más que contentos. No creo que lleguemos a ser una potencia en petróleo, pero para nosotros va a ser un aumento más que significativo y muy beneficioso para el país.