La presidenta de la Cámara de Empresas Petro- Energéticas de la República Argentina (CEPERA), Bárbara Camilletti, Gerenta Comercial de Tisico S.A., analizó el potencial que el sector tiene en el país y el papel fundamental del gas en la transición energética global.

Asimismo, destacó la importancia de las PyMEs nacionales y la necesidad de políticas que incentiven su participación en el desarrollo local. La licenciada en Comunicación Social, Máster en Comercialización y Comunicación Publicitaria, resaltó el compromiso de la Cámara con la capacitación y el desarrollo de sus miembros para mantener la competitividad y eficiencia del sector.

Además se refirió a su experiencia en un sector tradicionalmente dominado género masculino, afirmando que la diversidad en los equipos de trabajo es clave para la innovación y la resolución de problemas. Pese a los desafíos, ve con optimismo el creciente ingreso de mujeres a la industria, impulsado por políticas inclusivas.

¿Qué tipo de empresas nuclea CEPERA?

Nuestra Cámara tiene alcance nacional y agrupa a compañías proveedoras de servicios que trabajan para YPF bajo el convenio colectivo que tenemos firmado junto con SUPeH. El factor que reúne a las empresas es un mismo cliente y el encuadre gremial. Las actividades que desempeñan estas empresas son de las más variadas. Tenemos la parte de mantenimiento de plantas industriales, diversas especialidades como mecánica, metalúrgica, instrumentación, electricidad, montajes industriales, trabajo de laboratorio, limpieza industrial y equipamiento. Después hay un grupo de servicios conexos a la industria, como mantenimiento de espacios verdes, corte de pasto, limpieza de oficinas, logística, es un abanico muy amplio de prestaciones. Por eso nuestro convenio tiene 320 funciones, ya que agrupa a empresas muy diversas en cuanto a especialidad.

¿Cómo nació la cámara?

Fue creada en 2015 y uno de sus objetivos principales es la conformación de este Convenio Colectivo de Trabajo que nuclea a todas las empresas proveedoras de servicios dentro de YPF que trabajan con este encuadre. Anteriormente, YPF y la organización gremial tenía alrededor de 100 convenios pero se simplificó en uno solo, ahorrando un montón de tiempo y trabajo a la gestión diaria. Pero también simplifica que haya un sólo interlocutor, porque CEPERA es un canal de comunicación y gestión unificado hacia YPF y el sindicato con respecto a todas las empresas. Gran parte de nuestra actividad tiene que ver con el área de relaciones laborales y el funcionamiento de este convenio, ya que somos firmantes de actas salariales con la parte gremial, tanto de los aumentos paritarios como de cualquier otra modificación de la normativa o de beneficios para los trabajadores. Tenemos una gran responsabilidad porque firmamos actas en nombre de muchísimas empresas que después deben cumplirse en tiempo y forma.

¿Algunas de las empresas surgieron tras la privatización de
YPF?

Las empresas fundadoras de CEPERA nacieron como emprendimientos laborales en los años 1991 y 1992 con la privatización de YPF. Cuando se reestructura la compañía, un grupo de trabajadores del área de mantenimiento fueron despedidos. Gracias a una gestión y un acuerdo entre el SUPeH, YPF y el ministerio de Trabajo, los ex trabajadores se agrupan por especialidad y forman emprendimientos laborales. YPF los contrata por dos o tres años y parte de esas empresas aún siguen vivas después de 30 años, aportando al país. Tenemos 80 empresas asociadas a nivel nacional, que dan trabajo a alrededor de 10.000 personas.

¿En qué provincias están esas empresas?

La mayor cantidad se concentra, en la provincia de Buenos Aires, en Berisso y Ensenada. Principalmente vinculadas al Polo Petroquímico. Otra zona importante es Mendoza,
en la refinería Luján de Cuyo. Después, Entre Ríos, Córdoba y Neuquén.

¿A la par del crecimiento de la industria energética se suman nuevos socios?

Sí. La mayoría trabaja en refinería, otra parte también en yacimientos. En refinería la cantidad de contratos se van manteniendo, porque es algo fijo, pase lo que pase, tienen que estar en constante funcionamiento y el mantenimiento es fundamental porque una planta debe estar en condiciones, más por una cuestión de seguridad. Desde el comienzo muchas empresas usaban el convenio. Las que se fueron asociando fueron creciendo con el tiempo porque para utilizar el convenio no necesitan estar asociado a CEPERA.

¿Cómo ves la evolución de la actividad petrolera en Argentina?

La evolución del sector petrolero en Argentina genera muchas expectativas. Cualquier unidad productiva, sea un yacimiento, ductos, plantas industriales, genera una cadena de valor muy importante. Entran todos los proveedores de la industria entre los que estamos nosotros. Menciono esto de la cadena de valor porque somos un rubro que genera muchísimas fuentes laborales. Nuestros servicios los brinda personas, hay mucho trabajo manual, técnico. El 80% de nuestros costos operativos son sueldos y a su vez se suma que generamos mucho consumo a industrias y comercios de los territorios donde nos desarrollamos. Es un sector que consume ropa de trabajo, elementos de seguridad, ferretería, equipamiento, vehículos… En las localidades donde nos desarrollamos, generamos un circuito comercial muy positivo y valorable.

¿Vaca Muerta cambió la mirada del sector hidrocarburos?

Sí, es muy importante. Me acuerdo de cuando recién arrancaba. Ahora es un panorama absolutamente distinto y uno ve cómo se fueron transformando el lugar y el movimiento que genera. Son servicios super especializados y directos de la industria, pero hay un montón de actividades conexas a la industria, como la medicina laboral, limpieza de oficinas, viandas, muchísimo movimiento. Por supuesto s muy positivo para las empresas que formamos parte del sector.

¿Van acompañando esos desarrollos?

Cada unidad productiva, sean la explotación de un yacimiento, algún tendido de gasoducto o una planta industrial, necesita de nuestras empresas, tanto cuando se construye como después para mantener su funcionamiento. Estamos en un momento especial, por el aumento de la población, además porque el nivel de vida que llevamos cada vez requiere más electricidad, la inteligencia artificial va creciendo a pasos agigantados y el mundo necesita cada vez más energía. El gas va a ocupar un rol fundamental en la transición energética porque contamina mucho menos que el carbón. Las renovables, si bien van en aumento, sabemos que ni en el corto ni el mediano plazo podrán satisfacer toda la necesidad energética. En Argentina, tenemos petróleo y gas para muchos años. El recurso natural no se puede construir. , así que es cuestión de desarrollarlo, valorarlo y aprovecharlo para el desarrollo nacional.

¿Cómo impacta este crecimiento en la demanda laboral?

Los proyectos de gas requieren inversiones para el desarrollo de distintas obras. Una de ellas es la planta para almacenar y transportar en buques. Después seguramente se requieran gasoductos y algunas otras plantas de tratamiento. Todo ese movimiento de obra y de unidades productivas genera trabajo para todo tipo de proveedores. Lo que brindamos en una refinería tranquilamente se puede trasladar, porque las plantas tienen tanques, piping, instrumentos, cuando uno tiene la especialización puede trasladar la experiencia. Tenemos más de 30 años de trabajo en los polos petroquímicos y los que están en el rubro petrolero saben que es distinto brindar cualquier tipo de servicio dentro de una planta que afuera. Todos esos proyectos son alentadores, no solamente para el rubro sino para el país. Por eso es tan importante que también sean pensados para el desarrollo local y se tengan en cuenta a las PyMEs nacionales. Esta bien que haya incentivos para que vengan grandes inversiones de empresas, nacionales y extranjeras, pero no deben perjudicar el desarrollo de las PyMEs que están instaladas desde hace años, aportan al país y generan trabajo genuino para los argentinos.

¿La Cámara brinda capacitaciones?

Sí, trabajamos para brindar a las empresas herramientas de gestión y eficiencia para convertirlos en mejores proveedores, enfocados al ámbito empresarial. Las próximas charlas están enfocadas a mejorar las inversiones, mantener la utilidad, ante situaciones de devaluación e inflación. Somos empresas que tenemos que invertir mucho en equipamiento, vehículos… El dinero tiene que rendir como para que en cinco años se pueda invertir en lo necesario para seguir funcionando. Estamos enfocados en propuestas bancarias y ya dialogamos con el Banco Nación, el Provincia, el Supervielle. A veces las empresas están con un banco hace muchísimos años y les cuesta o no tienen tiempo de ver cuáles son las opciones
que ofrecen otros, así que la idea es acercarles esa información y que en una hora
puedan tener un panorama general de lo que ofrecen los otros bancos. Después, la capacitación más técnica, lo que hemos ofrecido al SUPRH Ensenada son las instalaciones de las empresas para que las personas hagan las prácticas Tenemos talleres con equipamientos, grúas y personal muy capacitado, porque algunos hace más de 30 años que se especializan en algunos oficios.

¿Cómo te sentís al frente de un sector mayoritariamente masculino?

Hace ya bastantes años que estoy en el rubro. Somos la primera cámara en el sector
que preside una mujer y también soy la única mujer en la comisión directiva simplemente por el hecho de que los fundadores de esta cámara son personas que eran ex YPF y que formaron estos emprendimientos. En el caso de mi empresa, mi padre era el titular y falleció, por eso la represento. La integración y la diversidad siempre son factores positivos y contribuyen muchísimo a los equipos de trabajo. Para las discusiones, encontrar la salida a un problema, la creatividad, la innovación. La diversidad de miradas contribuye muchísimo y no solamente la de género, porque a veces se focaliza en eso, pero vale para las edades, nacionalidades…

¿Se van sumando más mujeres a la industria?

Sí, porque se van desarrollando distintas políticas de integración. Hoy vas a la refinería y tenés operadoras y técnicas en seguridad, pero el porcentaje es muy bajo en comparación a otros rubros. Es un rubro que viene de muchos años en el que por su naturaleza eran la mayoría hombres, hasta hace poco prácticamente todos lo eran. Es un cambio que no se va a dar de un día para el otro, lleva un proceso.