La avicultura argentina proyecta aumentar su inserción en el mercado internacional

El presidente Ejecutivo de CAPIA analizó las perspectivas del sector en Ser Industria Radio.

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1 julio, 2024

Mañana, martes 2 de julio, se celebra el “Día Nacional de la Avicultura Argentina”, actividad de la que participan 900 granjas y genera más de 30.000 puestos de trabajo directos e indirectos.

En el marco de los fuertes cambios que atraviesa la economía nacional, el Presidente Ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), Javier Prida hizo un evaluó la actualidad del sector en Ser Industria Radio.

El empresario brindó detalles de la producción de este importante alimento y de las mejoras alcanzadas en base al desarrollo tecnológico, que van de la mano con el compromiso del cuidado animal. 

Asimismo, Prida hizo referencia a la intención de incrementar las exportaciones y anunció la creación de un Consorcio de Exportadores, junto al Banco ICBC y la Fundación Exportar. 

¿Cuántos productores hay en el sector? 

Con algún grado de importancia, son alrededor de 900 granjas. Estos los años, a medida que fuimos incorporando más tecnología, el sector es cada vez más dinámico y  exigente para estar a la vanguardia. En la producción de huevos, nuestra Cámara representa a todos los productores del país, tenemos 18 mil empleados directos y alrededor de 12 mil en forma indirecta. 

¿Cómo está la actividad? 

No podemos quejarnos. Hemos pasado momentos duros, desde marzo, abril de la pandemia en adelante, dos o tres meses fueron buenos. Tuvimos 13, 14 meses dificilísimos, durísimos. Pero poco a poco fuimos mejorando, el sector se fue adaptando a la situación y buscando los niveles de rentabilidad y producción con productos de excelencia para que lleguen a la mesa de los consumidores.

A pesar de ello, el producto no faltó en el mercado… 

Es verdad, no pasó lo del repelente hace unos meses o el alcohol en plena pandemia. Tuvimos algunos baches de producción, principalmente estacionales. Se dan siempre durante fines de enero, febrero y parte de marzo. Pero no es que falte la mercadería, se produce un poco menos. Eso generalmente hace que el valor del precio de comercialización se acomode un poco y después se mantiene muy estable hasta que reinicia el ciclo.  

¿En qué provincia están las granjas? 

La más productora de huevos es la provincia de Buenos Aires, con el 40%. Es algo que muchos no saben y sorprende cuando lo decimos. Entre Ríos produce el 27% y le siguen  Córdoba, la región NOA, Salta, Tucumán y Jujuy y Cuyo, con Mendoza y San Juan. Hay algunos polos productivos pequeños, como Allen en Río Negro, Chubut y cerca de la ciudad de Corrientes. 

¿El clima condiciona la crianza de las aves? 

Tenemos galpones inteligentes con climatización, estamos comprometidos con el bienestar animal. Nuestros lugares de producción son como grandes hoteles 5 estrellas para las gallinas, “all inclusive”. Tienen alimento y agua a discreción, un clima que todo el año oscila entre 24 y 25 grados, en el peor de los casos, 28. El animal se comporta mucho mejor, dispone de muchos más centímetros cuadrados de lo que solían dar las jaulas tradicionales. Son asistidos con más controles sanitarios, automáticamente se saca el  guano. Antiguamente el guano quedaba 3, 4, 6, 8 meses debajo de la jaula. Hoy se puede retirar todos los días. Todo es controlado con buen equipamiento. El clima dejó de ser una adversidad. Hay producción en la Siberia y en Arabia Saudita en el medio del desierto

¿Qué se necesita para producir?

Cuando viene una persona y nos dice que quiere invertir, le damos algunas variables. Lo más importante es tener energía eléctrica de red. Lo segundo, agua potable de buena calidad. Y en tercer lugar, buenos accesos al establecimiento. 

¿Cómo incide el desarrollo tecnológico en el sector? 

Tenemos muchísima tecnología. Hoy el 60% o dos tercios de la producción nacional, hace que la gallina ponga el huevo y llegue a la mesa del consumidor sin que lo toque el ser humano. Para nosotros es un desafío enorme, buscamos que el alimento llegue lo más sano y natural posible al consumidor. El huevo es un alimento tan noble, que si tuviera galladura, todo lo que contiene ahí adentro es suficiente para que nazca un pollo. Tiene todas las vitaminas menos la C. Es un producto sano, natural, envasado en origen, sin conservantes, sin aditivos, elegido por su cualidad y calidad nutricional. Tenemos que estar a la altura de la incorporación de tecnología que permite saber  qué cantidad de huevos sacó cada línea de extracción por día, cuánto en la semana, en el mes y en el año. Tenemos una cantidad de datos que antes carecíamos. Eso nos permite hacer mediciones, mensuras y tomar decisiones o corregir si estamos equivocados. Todo eso lo da la incorporación de tecnología. 

¿Puede monitorearse el proceso?

Está todo computarizado. Cada 30, 40 metros dentro de los galpones, hay termómetros que van informando la temperatura y dan alarmas. Generalmente los problemas se resuelven en el sistema inteligente del galpón, sin que actúe el ser humano, están preparados para hacerlo en forma automática. Después interviene la planta de clasificado y empaque. Se clasifica el huevo por sus aspectos externos, se separan los que llegan  sucios o rotos, también los fisurados hasta 100 micrones,  que no detecta el ojo humano. Estas máquinas sí lo ven. Los aptos se envasan por tamaño y peso. En el caso de los huevos marrones se pueden envasar por color de cáscara. Todo es posible por la tecnología que tenemos en nuestras plantas. 

¿Cuál es la incidencia con el mercado externo? 

Exportamos, tenemos más de 50 destinos abiertos. Hay un tema de competitividad. En 2010, se exportaba entre el 6 y 7% de la producción nacional. Hoy estamos debajo del 3%. Esto se debe a que, por un lado, el productor no tiene conducta exportadora. Los distintos gobiernos nos han inculcado más a preocuparnos y ocuparnos del mercado interno que del externo. Veíamos que otras cadenas no nos dejaban importar, había retenciones, había imposibilidades. Entonces eso ha hecho que la conducta exportadora del productor sea muy baja, en algunos casos nula. Hay gente que tiene un considerable tamaño productivo y jamás exportó una cáscara. Pero hay quienes tienen otra visión. Hace unos 20 días, junto al Banco ICBC y la Fundación Exportar, armamos un Consorcio de Exportadores y vamos a dar durante un año capacitación a cargo de estas dos entidades. La Cámara afrontará el 50% de los gastos. Convocamos a todos los productores y se anotaron solamente nueve, mientras más gente se sume será mejor. A los que participen se los va a capacitar, asistir, ayudar, para darles soporte y que empiecen a exportar. Vamos a trabajar en equipo para darle a todo ese maíz, esa soja que está transformada en huevo, mayor valor agregado mediante la exportación

¿Es factible acceder a nuevos mercados?

Argentina está en una situación difícil desde lo geográfico, muy compleja por la carga impositiva y los costos de logística. Son muy  diferentes a los que tiene, por ejemplo, Brasil. Mandar un contenedor desde Ribeirão Preto, que es una zona productiva de huevo, hacia el puerto de Santos, sale aproximadamente US$600, 700  por contenedor. Es el mismo flete que tendríamos de Mendoza al puerto de Buenos Aires, pero acá sale US$3.500. Entonces ya empezás con casi US$3.000  de diferencia por contenedor. Hay negocios que se cierran o no por 2 o 3%. Hoy, en un kilo de huevo en polvo, que vale aproximadamente 7 dólares, ya le estás cargando el 1,5% de logística y de puerto.  Ni te digo cuándo le metés el IVA, el costo financiero, la mano de obra. Tenemos un costo argentino muy elevado

¿Quiénes nos compran? 

Japón, Rusia y la Comunidad Europea. No, exportamos pollos. Si huevo en cáscara y ovoproductos. El huevo en cáscara se exporta a Chile. El año pasado, cuando tuvimos la influencia aviana, en febrero, nos cerraron el mercado. Lo abrieron hace 20 días, pero la norma no está publicada. Comunicaron que levantaban la prohibición, pero con eso no alcanza, el mercado sigue cerrado. También exportamos en cáscara a Emiratos Árabes, Israel. Hoy no lo estamos haciendo, pero si quisiéramos hacerlo podemos ir a Estados Unidos,  Namibia, Mozambique, Costa de Marfil, Nigeria, Angola y muchos países africanos. 

¿La ley Bases puede mejorar la perspectiva exportadora?

Creo que no nos queda otra que salir a buscar mercados externos. Generalmente al argentino, cualquiera sea su idiosincrasia, su franja etaria y nivel económico, le gusta comer carne bovina. Entonces, si ofrezco un churrasco o una porción de asado, contra un solomillo de cerdo, una bondiola, una pechuga de pollo o un cuarto trasero contra un huevo, lo primero que se va a elegir es el pedazo de carne roja, que puede ser también hasta una milanesa. A los argentinos nos gusta la carne de vaca, es la primera opción. Cuando no te da el bolsillo, ya te vas al cerdo o al pollo. Y cuando da menos, vas al huevo. En las encuestas que hacemos, un 30% lo elige por un motivo económico y un 70% por un tema saludable o versátil y económico. El año que viene, si la situación mejora, parte de ese 30% se puede perder. No porque desprecie al huevo, sino porque van a tener más plata en el bolsillo y aspiracionalmente van a preferir gastar esa plata en carne roja, pollo o cerdo. 

¿Así imaginan el 2025?

En principio, este análisis nos sube a otro escenario. Además, va a ser un año electoral y el gobierno va a hacer aunque sea una pequeña rebaja de las retenciones, va a empezar a darle al campo algo que todavía nadie le dio. Eso va a impactar en nuestros costos, no solo en los que producen leche, sino en los que hacen carne vacuna, porcina, etc. Si eso se da, vamos a tener un consumidor con más plata en el bolsillo y más costos productivos. Eso nos va a obligar a buscar mercados para sacar el excedente y ser más eficientes para solventar la diferencia de costo que vamos a tener. 

Será un año desafiante…

Veo un año muy complejo para el sector. Y agrego otro punto, que no es menor: la influenza aviaria. Para 2025 se pronostica un año seco y en esas condiciones las aves migratorias se desvían de sus rutas tradicionales y van a buscar lugares donde hay agua. Salen de lo que es la cordillera, pasan para este lado y se meten en la zona húmeda. La mayoría de las granjas en el país están en Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba, provincias llenas de humedales. Así que ojo, porque probablemente tengamos presencia de la enfermedad

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