En Colombia, el régimen de zonas francas se destaca como el único régimen especial de excensión de tributos, proporcionando un marco general que permite a las empresas beneficiarse de incentivos fiscales y aduaneros. Andrea Galán, quien desde hace cuatro años es Gerente General de la Zona Franca de Pereira, contó a serindustria.com.ar que el país cuenta actualmente con más de 120 zonas francas en las que hay instaladas más de 1000 empresas.
La magister en Logística Integral, que cuenta con más de 15 años de experiencia en Comercio Exterior, remarcó que las zonas francas colombianas se dividen en uniempresariales, donde una sola empresa es declarada como zona franca y multiempresariales, que albergan diversas compañías en un mismo territorio.
Asimismo, indicó que la normativa exige ciertos requisitos mínimos para la declaración de una zona franca, como inversiones específicas y la generación de empleo. Esta flexibilidad permite que no solo grandes industrias, sino también sectores como el de la salud, incluyendo clínicas, puedan beneficiarse del régimen.
La Zona Franca de Pereira, que es completamente privada, alberga actualmente a 18 empresas, en igual cantidad internacionales y locales, en un área de 27 hectáreas. En el Eje Cafetero, la región donde se encuentra Pereira, hay dos zonas francas, siendo la otra ubicada en el departamento de Quindío.
La legislación que rige las zonas francas en Colombia fue sancionada en 2005. La de Pereira fue declarada en 2010 y recientemente se le concedió una prórroga por 30 años a partir de 2025. Este régimen ha demostrado ser un motor significativo para la economía colombiana, representando más del 4% del Producto Interno Bruto (PIB). La tendencia es al crecimiento, ya que las empresas, tanto locales como extranjeras, siguen expandiéndose y contribuyendo al desarrollo económico del país.
En cuatro años al frente de la Zona Franca de Pereira, ¿cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaste?
Para todas las zonas francas uno de los principales retos es poder alinear los intereses de los inversionistas extranjeros o locales con las políticas de gobierno, con los cambios normativos, con las regulaciones aduaneras, cambiarias y tributarias, que es lo que nos puede volver más o menos competitivos con respecto a otros países donde de pronto existe una verdadera flexibilización de los procesos. Nuestro régimen de comercio exterior a veces es complejo en el inicio para un inversionista, entonces es un reto bastante importante poderlo orientar y que comprenda que tiene unos beneficios muy importantes. Otro reto importante es el de la empleabilidad. En este momento, una de las megatendencias mundiales es que la rotación de personal es muy alta. Han cambiado las dinámicas de empleo con las que veníamos. Las personas querían estar mucho tiempo en el mismo trabajo, con estabilidad. Ahora a los millennials, centennials, los mueven otras cosas y tienen otras motivaciones, por eso es un reto constante estar en esa dinámica de empleabilidad porque las empresas que se instalan requieren volumen de personal. Por último, las zonas francas no podemos quedarnos rezagadas. Debemos contar con la infraestructura necesaria para estar a la vanguardia tecnológica respecto a las tendencias mundiales.
¿Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible es parte de esos desafíos?
Es otro reto importante. Creo que todas las empresas estamos apuntando, es a aportar a los ODS. Las zonas francas no somos ajenas a este fenómeno que realmente es un compromiso social y empresarial. Hay iniciativas apoyadas por la ONU para que en las zonas francas podamos ser parques ecoindustriales, es un reto que también las empresas que están ya constituidas dentro de zona franca puedan aportar con procesos de innovación, energía renovables, clasificación de residuos con aprovechamiento en un sistema circular. Desde nuestro lugar buscamos impulsar y motivar a esas nuevas compañías para que puedan alcanzar los objetivos, que no se vuelvan parte del paisaje sino que realmente hayan trabajos contundentes y que se puedan mostrar.
¿Qué significan las zonas francas para la economía de Colombia y también en particular para Pereira?
Para Colombia son la primera herramienta de atracción de inversión extranjera o relocalización de inversión. Para Pereira son un ancla para el desarrollo. En nuestro caso, somos generadores no solamente de inversión lo que redunda en impuestos, sino también en creación de empleo directo y encadenamientos productivos. Por lo tanto, las zonas francas son un oasis de productividad, legalidad, competitividad y desarrollo sostenible. Las exenciones y buenas prácticas que se generan en zona franca se trasladan al precio del producto. De esta forma, permite a la empresa ser más competitiva.
¿Qué se produce en zona franca Pereira?
Tenemos sectores económicos muy variados. Hay del agro, que es uno de los sectores industriales que más se está potenciando en este momento y de los que más hemos tenido intención de inversiones efectivas. Son empresas que se dedican a la exportación de fruta y a la extracción y exportación de aceite de aguacate. Otra actividad es la textil que fue de las que se iniciaron con la zona franca. Contamos con un cluster de empresas que desarrollan esa actividad. Colombia y particularmente esta zona, es muy fuerte en el tema textilero. Además, empresas de fabricación de canastillas plásticas para el sector de alimentos. Otra se dedica al siliconado de bandejas para panadería. El grupo Uma genera alrededor de 800 empleos y ensambla motocicletas. Además de empresas de servicios logísticos, construcción y apoyo a las instaladas.
¿Cómo impactó en Pereira en lo económico, social y laboral la zona franca?
Estamos en un corregimiento que se llama Caimalito, es una población vulnerable. Las fuentes de empleo eran mínimas, pero con la llegada de todas estas 18 empresas podemos decir que le damos toda la empleabilidad para la mano de obra disponible que hay. Actualmente la zona franca de Pereira genera alrededor de 2500 empleos entre directos e indirectos porque no solamente contamos con los que están contratados por la empresa, sino también esos proveedores que nos prestan servicios, es un encadenamiento y se va generando como todo ese marco de empleabilidad. Pero además, tenemos un programa de Responsabilidad Social Empresarial en el que trabajamos con la comunidad atacando los aspectos que han sido los más identificados en la comunidad: empleo, salud y medio ambiente. Esos ejes los trabajamos en apoyo con las instituciones gubernamentales de Pereira. Trabajamos con los niños de los colegios, con la comunidad para enseñarles a mantener limpias pequeñas cuencas hídricas, hacer limpiezas. A su vez, les enseñamos en el tema de empleo, cómo hacer una hoja de vida, cómo presentarse en una entrevista, cómo organizar su documentación. Algo muy importante es que educamos a la población para que esté lista para cuando las empresas necesiten la mano de obra. Tenemos un programa que en este momento se han llevado máquinas de coser al centro comunal del corregimiento para que las señoras se capaciten y estén listas para que puedan empezar a trabajar con las empresas de la zona franca.
¿Dentro de zona franca pueden desarrollar procesos productivos e ingresarlos al territorio nacional?
Se pueden ingresar al territorio nacional. Sin embargo quienes tienen más beneficios tributarios son los que exportan. Nuestro régimen establece que si se exporta el total de la producción se obtiene una disminución en renta de 15 puntos. Mientras que si la producción en zona franca se vende en el mercado interno, no hay ninguna diferenciación en comparación a una empresa que esté por fuera que tiene una renta del 35%. En este momento, las zonas francas estamos como impulsoras de las exportaciones.
¿Qué sucede si se exporta una parte de la producción y otra se vende en el mercado interno?
Tienen una renta diferenciada. Los ingresos provenientes de lo que exporten tendrán una renta del 20% y los ingresos por ventas locales tendrán una renta plana. Hay una diferenciación con respecto a los parques industriales que no tienen esa posibilidad. Además, las zonas francas también tienen flexibilidades aduaneras importantes para las compañías instaladas.
¿Pueden importar un insumo y no nacionalizarlo para luego exportarlo?
Exactamente. También al estar en zona franca los procesos para exportar son más flexibles porque aquí tenemos oficinas de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) que es la encargada de realizar las inspecciones y verificar.
¿Los gobiernos mantienen políticas para el desarrollo del régimen de zona franca?
Sí, a pesar de que hemos tenido diferentes miradas del gobierno hacia las zonas francas porque siempre están como un poco en el ojo del huracán porque son impuestos que deja de percibir. Sin embargo también existe un análisis más profundo donde si bien es cierto que hay exenciones de impuestos, también hay encadenamientos y atracción de inversiones muy importantes. Por eso son un instrumento que realmente amerita apoyarlo y que continúe. Hemos tenido cambios en los últimos años, se ha modificado por ejemplo lo de la renta mixta, algo que surgió con la última ley tributaria. En este momento, debemos ser conscientes de que las zonas francas impulsan las exportaciones.
¿Ofrecen otros beneficios fiscales y aduaneros?
Fiscales para las exportaciones, lo que ingresa zona franca no genera pago de aranceles, ni IVA. Lo que se exporta en ningún momento del proceso paga estos esos ítems. Mientras que si es para venta local, si se pagan, pero en el momento del ingreso al territorio nacional. Otra ventaja tiene que ver con que cuando las empresas se instalan en la zona franca y van a construir su planta productiva tienen una excensión de IVA y aranceles de los insumos, materias primas y todo lo que necesiten para su producción y construcción. Las máquinas que compran también ingresan sin pago de IVA y si son importadas sin pago de aranceles porque se consideran parte del proceso productivo. Flexibilidades aduaneras que son ventajas importantes para las empresas son que se puede traer mercancías a zona franca, mantenerlas y se pueden enviar a otra empresa que esté en Pereira o alrededores fuera de la zona franca, hacerla parte del proceso productivo y volverlo ingresar a zona franca terminar el producto y exportarlo. Eso permite que las empresas no tengan que tener toda la infraestructura y permite tercerizar generando proveedores y encadenamientos productivos. Así vamos moviendo la economía en la medida que se generen esos servicios.
¿El régimen se fue actualizando en consecuencia de las demandas de los mercados internacionales?
Sí, se ha ido actualizando porque hasta el año 2020 teníamos un régimen muy antiguo. Por ejemplo no permitían que las empresas tuvieran personas trabajando por fuera de la zona franca. Esto era porque hay un principio de exclusividad donde la empresa que esté en zona franca debe generar toda su actividad allí dentro. Después de la pandemia, nos dimos cuenta que el trabajo remoto era una tendencia. Actualmente el régimen avala ese tipo de empleabilidad, se ha ido modernizando y permitiendo que haya otros procesos que respondan a las necesidades empresariales.
¿Por qué es importante tener un régimen de zona franca?
Sin un régimen de zona franca no podríamos competir con otros países que sí lo tienen. Tampoco seríamos tan atractivos para la inversión extranjera. Hay que entender que cuando una empresa viene y decide dejar su capital en Colombia no solo es que más adelante vamos a generar impuestos, sino también que vamos a tener empleo directo y se va a mover la economía gracias la generación de más proveedores. Pero sobre todo, las empresas que se instalan en zona franca están dispuestas a aceptar y a promover buenas prácticas en todos los sentidos, desde la legalidad, el desarrollo sostenible, generación de empleo directo, procesos de innovación de tecnología, energías limpias, manejo de residuos. Son compañías que realmente vienen a aportarnos mucho a todo lo que se requiere en el país.
