Este domingo, celebramos en Argentina el Día de las Infancias, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el estado actual de las infancias en nuestro país y en cómo podemos contribuir de manera significativa a su bienestar.
Por eso, en este día quiero destacar la posibilidad de brindarle a los y las protagonistas la oportunidad de que puedan revivir la ilusión, la emoción y la alegría que les despierta esta fecha.
Estamos viviendo tiempos complejos. La situación económica y social ha impactado de manera significativa en la vida de muchas familias argentinas, y lamentablemente, las infancias son quienes sufren las consecuencias más profundas.
Según un Informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), conocido recientemente, en lo que va de 2024 el 70% de los niños y las niñas del país vive en situación de pobreza y el 30% bajo la pobreza extrema. Para dimensionar la problemática, 1,5 millón de chicos y chicas se saltea alguna comida durante el día porque sus padres y madres no cuentan con los recursos para comprar, asegura. Todo esto impacta severamente en su bienestar, exponiéndolos a mayores vulneraciones de sus derechos.
Esto es algo que no podemos ignorar y es precisamente lo que nos motiva a redoblar nuestros esfuerzos para revertir esta realidad. Por eso, los convoco a ofrecerles la posibilidad de creer en un futuro mejor.
Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina lo venimos haciendo desde hace años, en cada uno de los programas que implementamos en los distintos puntos del país donde intervenimos. Porque estamos convencidos de que cada niño y niña merece crecer en un entorno seguro, afectuoso y que promueva su desarrollo integral.
La ilusión de una infancia plena, donde el juego en familia, la risa y la seguridad emocional sean parte de su día a día, debe ser una prioridad de todos. Lo que realmente nutre el alma de un niño es la emoción y la alegría que despiertan momentos compartidos en familia y con seres queridos.
Es en esos instantes, jugando juntos, contando historias o simplemente riendo, donde se forjan recuerdos imborrables y se fortalece el vínculo afectivo. Como adultos, tenemos la enorme responsabilidad de construir un entorno donde puedan crecer seguros, felices y con la confianza de que sus derechos serán respetados.
Este Día de las Infancias, los y las invito a brindarles a nuestros niños y niñas un entorno de afecto, respeto y esperanza. Su futuro está en nuestras manos y como sociedad tenemos la responsabilidad de protegerlos, garantizando siempre el cumplimiento de sus derechos.
Solo así podremos construir una realidad más justa y equitativa donde puedan disfrutar plenamente de su infancia.