La IV cumbre de mandatarios de América del Sur-Países Árabes (ASPA) concluyó hoy aquí con una valoración positiva de los vínculos entre ambas regiones, pero con asignaturas pendientes que intentarán dirimirse en Venezuela 2018.
Tras dos jornadas de discusiones, los jefes de Estado de los 22 países de la Liga Árabe y los 12 de la Unión de Naciones Suramericana (UNASUR) aprobaron la denominada Declaración de Riad, en la que se llamó a impulsar la cooperación política, económica, comercial, tecnológica y ambiental.
Presidentes, reyes, primeros ministros y otros jefes de delegaciones ratificaron el compromiso con los objetivos de la agenda post 2015 de la ONU sobre desarrollo sostenible, la lucha contra la desigualdad y la pobreza, además de dar particular importancia al aspecto de las inversiones.
Como en la mayoría de los discursos, los dignatarios expresaron preocupación por la propagación del terrorismo islamista en Medio Oriente y otras zonas del planeta, y urgieron a adoptar estrategias de concertación para combatir y derrotar todas las formas de extremismo.
En esa misma línea, el texto avalado por los 34 estados se pronunció contra los conflictos armados, particularmente los que sacuden a Siria, Yemen y Libia, pero con omisiones precisas -propio de su carácter diplomático y conciliador- a los países que alientan a los terroristas que allí combaten.
La cumbre ASPA saludó, sin embargo, iniciativas negociadoras regionales y de la ONU para acabar con más de cuatro años y medio de derramamiento de sangre en Siria, y propiciar la estabilidad en Iraq, escenario principal de las acciones terroristas del Estado Islámico, así como en Libia.
Guiado por el sentido de las discusiones de esta segunda y última jornada a puerta cerrada, árabes y sudamericanos expresaron absoluto respaldo a la causa del pueblo palestino y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo confiar en que dentro de tres años pueda hablarse de una solución duradera.
Maduro habló en la sesión de clausura en su condición de anfitrión de la V cumbre ASPA, prevista para realizarse en Venezuela en 2018. “Ojala en la cumbre 2018 tengamos un estado ampliamente reconocido y un pueblo palestino en el ejercicio de sus derechos”, expresó.
Además de asuntos de interés internacional, la cita de Riad se pronunció sobre la disputa entre Gran Bretaña y Argentina por las Islas Malvinas, las relaciones de países con organismos internacionales y los temas de deuda, así como el elemento petrolero y ambiental.
Los miembros del mecanismo birregional apoyaron las posiciones a favor de trabajar por combatir el cambio climático durante la próxima cumbre de París, y los latinoamericanos -en particular Venezuela, Ecuador y Uruguay, como presidente pro-témpore de la UNASUR- apelaron a elevar los precios del crudo.
La creación de un banco de inversiones del Sur, los retos de la Agenda 2030 de la ONU y la idea de crear una secretaría permanente del ASPA para encauzar y dar operatividad a sus esfuerzos y decisiones, quedan como tareas pendientes con la esperanza de haberlas materializado en Venezuela dentro de tres años.