En la última semana, los funcionarios del Gobierno nacional no ocultaron su optimismo frente a sus proclamados logros en las variables macroeconómicas. La inflación parece estabilizarse y proyectan que rompa la barrera del 3% en la medición de octubre; el riesgo país ha disminuido y los dólares blue y financieros se mantienen relativamente controlados.
Sin embargo, para la mayoría de los argentinos, estos anuncios no logran aliviar una realidad apremiante: el ajuste económico sigue afectando la vida diaria y persiste la sensación de tener “los bolsillos vacíos”.
Para entender mejor este complejo escenario, Ser Industria Radio tomó contacto con Elena Alonso, economista, docente universitaria e integrante de Emerald Capital. Además, es autora del libro “Tu mejor inversión”, de reciente publicación.
Durante la entrevista, Alonso brindó un análisis detallado sobre las últimas medidas económicas y sus efectos en los ciudadanos y el sector productivo.
La economista explicó que las recientes decisiones, como la reducción de la tasa de interés y la estabilidad del dólar buscan estimular el sistema productivo. A su vez, refirió que el blanqueo de capitales, que se extendió hasta el 8 de noviembre, tiene como objetivo atraer dólares que permanezcan en la economía y no regresen a lugares como cajas de seguridad. En su análisis, señaló que para consolidar estos avances es crucial que las personas y empresas encuentren incentivos para reinvertir en el sistema productivo.
“Con un dólar en calma y una tasa de interés en descenso, el gobierno está dando señales positivas para que el dinero circule en la economía productiva,” dijo Alonso. Sin embargo, advirtió que si bien estos indicadores muestran mejoras, el poder adquisitivo de los salarios sigue retrasado. Aunque la inflación desacelera, todavía afecta los ingresos de las familias. “Estamos mejor que a principios de año, pero falta un tramo para que los salarios se ajusten a los niveles de gasto actuales”, agregó.
El ajuste en los hogares
Uno de los puntos críticos para la mayoría de los argentinos ha sido el encarecimiento de los servicios y bienes esenciales, como los alimentos, la luz, el gas y los combustibles. Estos ajustes, según Alonso, “achican el margen de decisión sobre cómo distribuir los ingresos” impactando fuertemente a la clase media y a aquellos que dependen de ingresos fijos. En esta coyuntura, muchas familias se ven obligadas a reducir costos mediante estrategias como renegociar servicios o eliminar gastos no esenciales.
Este ajuste también afecta a las empresas. Según Alonso, los empresarios deben adaptarse a un flujo de caja más volátil y a la necesidad de recurrir a asesoramiento financiero para optimizar sus decisiones y mantener la competitividad. Para ello, muchas empresas han implementado el llamado “presupuesto cero”, donde cada gasto requiere aprobación gerencial para mejorar la eficiencia y evitar despidos.
La experta también abordó los desafíos para el sector industrial, que enfrenta la alternativa de importar o ampliar sus capacidades de producción, una decisión que depende de variables entre las que se destaca la demanda proyectada de sus productos. Con las tasas en baja, señaló, endeudarse en pesos o dólares en el país puede ser una opción atractiva. No obstante, advirtió que, dado que el arbitraje de tasas (la práctica de endeudarse a tasas bajas para invertir en instrumentos de mayor rendimiento) ya no es viable en este contexto, el capital financiero debe orientarse hacia proyectos productivos para que la economía argentina crezca de manera sostenible.
Asimismo, Alonso subrayó la importancia de que el mercado de capitales tenga un rol activo y significativo en el financiamiento de empresas, como sucede en países desarrollados. “Cuando una empresa emite una obligación negociable, los inversores que compran esos títulos apoyan directamente el crecimiento de la empresa, promoviendo la generación de empleo y la producción”, afirmó.
Estabilidad cambiaria
Consultada sobre la sostenibilidad del dólar en los valores actuales, la economista consideró que es posible, aunque señaló que para mantener esta estabilidad es necesario mejorar la productividad. Subrayó la importancia de reducir el tamaño del Estado y controlar el gasto público, de modo que disminuya la presión tributaria sobre los ciudadanos y las empresas. “Un Estado menos costoso permitirá una menor carga impositiva y dará mayor competitividad al sector productivo argentino”, aseguró.
Finalmente, la economista hizo referencia a la reciente publicación de su libro, “Tu mejor inversión”, que busca acercar herramientas de educación financiera a familias y empresas. A través de conceptos sencillos, enseña a construir fondos de emergencia, planificar un retiro y manejar las finanzas cotidianas, tanto a nivel personal como familiar. “El orden en las finanzas es la mejor inversión que una persona puede hacer”, concluyó.
