En un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad, el transporte marítimo y los puertos enfrentan grandes desafíos y oportunidades. Martín Rousseaux, director general de Rousseaux Sustainable Solutions, abordó en la 6ta. Jornada del Hub Logístico Puerto La Plata las tendencias globales en combustibles alternativos marinos y el concepto de “puertos verdes“, destacando cómo la innovación tecnológica y la colaboración internacional están reconfigurando este sector clave de la economía mundial.
El transporte marítimo es responsable de cerca del 90% del comercio mundial, lo que lo convierte en un sector estratégico para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Durante su exposición en el evento que se llevó a cabo en Puerto La Plata, el experto remarcó que “la Organización Marítima Internacional (OMI) trabaja activamente en estos objetivos, a través de la Prefectura Naval a nivel local y busca integrar a actores clave como los puertos, las cadenas logísticas y las prácticas de navegación, para mejorar la sostenibilidad del sector”.
Entre los ODS más relevantes para el transporte marítimo, Rousseaux destaca el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), el 13 (Acción por el Clima) y el 17 (Alianzas para lograr los objetivos). “Es fundamental que los países más desarrollados compartan tecnología con aquellos en vías de desarrollo. El cambio climático es un desafío global que requiere cooperación y esfuerzos conjuntos”, añadió en la jornada organizada por Ser Industria y la UTN Regional La Plata.
Puertos verdes
El concepto se basa en integrar prácticas sostenibles en todas las operaciones portuarias. “Un puerto verde debe garantizar que la energía que consume provenga de fuentes renovables y que el impacto en la comunidad circundante sea positivo. Esto incluye desde la calidad del aire y el agua, hasta la gestión de residuos y la reducción del ruido”, explicó Rousseaux.
Europa lidera esta transformación con regulaciones como el Emission Trading System, que obliga a las empresas a operar bajo límites estrictos de emisiones. Además, tecnologías como el Onshore Power Supply (OPS) están cambiando las reglas del juego.
“A partir de 2030, los buques deberán conectarse a la red eléctrica local al atracar, en lugar de mantener sus generadores auxiliares encendidos. Esto es crucial porque muchos puertos están rodeados de comunidades que sufren por la contaminación”, afirmó el especialista.
La industria marítima avanza hacia la neutralidad de carbono en 2050, un objetivo que implica el abandono gradual de los combustibles fósiles. Rousseaux menciona alternativas como el amoníaco y el metanol “verdes”, producidos con energías renovables y el gas licuado eléctrico, que tienen el potencial de reducir drásticamente las emisiones de carbono.
Sin embargo, advierte que la sostenibilidad de estos combustibles también depende de cómo se produzcan. “Por ejemplo, el hidrógeno puede ser una solución limpia o muy contaminante, dependiendo de si se genera con carbón o con energías renovables. Es necesario medir toda la cadena, desde la producción hasta el uso”, consideró.
Para el ingeniero argentino, que trabaja en muchos puertos de Latinoamérica, esta transición no solo es una obligación ambiental, sino también una oportunidad económica para países como el nuestro. Al respecto destacó el enorme potencial para producir combustibles alternativos gracias a nuestras energías renovables, como la solar y la eólica. En ese sentido, Argentina podría convertirse en un exportador clave de estos combustibles hacia mercados que los demandan, como Europa.
Innovación y ciberseguridad
La modernización de los puertos también está impulsada por la digitalización y la automatización, con la llegada de puertos y buques autónomos. No obstante, Rousseaux advierte sobre los riesgos asociados a la ciberseguridad, por eso remarcó que “los puertos y buques autónomos deben operar en entornos ciberseguros. Un ataque puede paralizar una operación entera o comprometer datos críticos”.
En un ejemplo concreto, mencionó que tuvieron un caso en el que un tripulante, al conectarse con su teléfono a la red del buque, descargó un malware que encriptó toda la red de la empresa. Esto demuestra lo vulnerable que puede ser la industria si no se implementan medidas adecuadas de ciberseguridad.
Logística e impacto climático
El cambio climático también afecta la logística marítima. Rousseaux señaló los problemas recientes en la hidrovía Paraná-Paraguay. “El bajo nivel del río ha obligado a las empresas a utilizar el doble de energía para transportar la misma carga. Esto incrementa los costos logísticos y refuerza la importancia de adoptar prácticas más sostenibles”, explicó.
La transición hacia un transporte marítimo sostenible es más que una tendencia; es una necesidad. “No podemos permitirnos un aumento de temperatura global superior a 1.5°C. Eso sería irreversible”, enfatizó Rousseaux.
Con regulaciones internacionales, innovación tecnológica y colaboración entre países, la industria marítima tiene la oportunidad de liderar un cambio significativo hacia un futuro más sostenible y responsable. “Argentina no puede quedarse atrás en esta transformación global. Es momento de actuar y aprovechar las oportunidades que tenemos”, concluyó.