El último día del año vencerán las cuotas y autorizaciones de pesca de merluza y otras especies en el Mar Argentino y hasta la fecha desde los organismos del estado nacional competentes, no se ha informado sobre lo que sucederá con la actividad a partir del 1 de enero de 2025.

La cuotificación fue establecida a partir de la sanción de la Ley 24.922/1998, aunque se implementó en 2009 a través del otorgamiento de las llamadas Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC) a los distintos buques pesqueros.

La incertidumbre no sólo afecta al sector, sino también a toda la actividad industrial, especialmente la relacionada a la construcción naval. Esta situación, que suma gravedad con el correr de los días, fue uno de los motivos por los que Ser Industria Radio dialogó con Domingo Contessi, presidente del “Astillero Federico Contessi”, establecido en el puerto de Mar del Plata,

Desde la ciudad donde se concentra la mayor parte de la pesca, el empresario fijó posición y también hizo referencia a la botadura del buque “Leonilda”, obra  número 150 de la empresa, que se realizará el domingo 8 de diciembre. 

¿Cómo vive Mar del Plata la indefinición en torno a las CITC? 

Con mucha preocupación y una visión que no pasa solamente por las cuotas, sino que es un problema general de la consideración del gobierno sobre la pesca. Creo que el tema de las cuotas responde a un desconocimiento y tenemos que sentarnos con las autoridades para hacer que el sector vuelva a ser viable. Estamos en una coyuntura de crisis muy grande, sin diálogo y con una incertidumbre terrible. Se dice que van a aumentar drásticamente los Derechos Únicos de Extracción. Somos el único sector exportador al que, con un tipo de cambio poco competitivo, se está pensando aumentar impuestos en lugar de bajarlos. Es un panorama muy complejo. 

¿Hay diálogo con los funcionarios de Pesca? 

Tenemos diálogo con el subsecretario de Pesca, pero evidentemente esto excede su ámbito. Solamente se reunió una cámara de siete empresas con el Secretario Juan Pazo hace tres, cuatro meses. Todas las cámaras hemos pedido audiencias, con los ministros Federico Sturzenegger y Luis Caputo, con el mismo Pazo pero lamentablemente no tuvimos ninguna recepción… 

¿Temen que se abra la pesca, como pretendía la ley Bases original?  

Eso no está ahora sobre la mesa de manera formal, pero el sector no está tranquilo. Lo que más nos preocupa es no dialogar ni poder expresar nuestras posturas y plantear nuestra situación a las autoridades. Nuestro sector no es prebendario, no le roba a los argentinos, tampoco es competitivo. Contrariamente a lo que se pretendió instalar, es el sector pesquero que más paga en el mundo por el acceso al recurso. Damos por descontado que, de parte del gobierno, hay buena fe. Pero también pensamos que hay mucho prejuicio y eso puede ser muy dañino para una industria de la cual dependen tantas personas. Lo único que pretendemos es dialogar, que se reciba a las PyMEs,  se las escuche, se entiendan sus argumentos, antes de tomar las decisiones. 

¿Hay tanto desconocimiento de la actividad? 

Creo que sí y lamentablemente, pese a nuestras invitaciones cursadas, no logramos que el ministro Sturzenegger se acerque a Mar del Plata y al Sur, para que nos conozca. Seguimos creyendo que hay buena fe del gobierno, estamos convencidos que este es el rumbo adecuado, que hay que ordenar la macroeconomía. Nos duele esta situación de un tipo de cambio no competitivo, pero lo aceptamos en el marco del entendimiento que es el costo que hay que pagar para ordenar la economía y que estos planes de ajuste suelen tener estas variables recurrentemente. Nos pasó en los 90 y en otras épocas, pero no podemos aceptar que nos castiguen y tomen medidas inadecuadas por no escucharnos. 

¿Puede abrirse la pesca al libre mercado?  

La pesca es un sector muy regulado, no solamente en Argentina sino en todas partes del mundo, porque estamos operando sobre un recurso renovable. Si se deja pescar sin controles, sin zonas de veda, sin cuotas, termina como en otras partes del mundo o en Argentina en los 90: con sobrepesca,  una crisis general, la gente en la calle,  fábricas cerradas,  desempleo y el recurso que tarda décadas en recuperarse.  Las regulaciones existen en todas partes del mundo y en los países más liberales. Nosotros decimos que hay que  mirarse en el espejo de los países más liberales como Islandia, Nueva Zelanda, Australia, Inglaterra… Miremos lo que hace el mundo, no lo que hicieron países que no tienen industria pesquera. Si nos comparamos con Namibia, seguramente se van a tomar decisiones incorrectas para la pesca argentina que tiene más de 150 años de historia y una industria ya instalada. 

¿Cuánta gente emplea el sector? 

En forma directa somos más de 46.000 personas, en forma indirecta muchos más. Pero además de las personas es una actividad muy importante para las ciudades costeras como Mar del Plata, Necochea, Puerto Deseado, Puerto Madryn, Rawson… En esos lugares la industria es realmente muy importante para las economías regionales. 

¿Cuánto cuesta pescar y cuál es el aporte al estado?

Tenemos un impuesto o tasa, el Derecho Único de Extracción, teóricamente para financiar los gastos de funcionamiento del sector, que es bajo. Pero no es lo único, hay muchísimos impuestos. Tenemos ingresos brutos, ganancias, bienes personales, impuesto al cheque… También le pagamos a los inspectores, los observadores, las tasas del SENASA, del servicio portuario, de Prefectura…. Estos están completamente duplicados y muchas veces nos toca hasta pagar las campañas de pesca. Como si eso fuera poco, somos el único país pesquero que paga Derecho de Exportación. En los últimos 20 años la pesca aportó al fisco más de US$ 2.300 millones solamente por este tributo. Si nos comparan con otros países que tienen regalías pesqueras, solamente trece tienen Derechos Únicos o Cánones de Extracción como el nuestro. Entre todos ellos estamos en la mitad de la tabla. pero si agregamos el DEx, somos por lejos el país que más paga. Lo más grave es que competimos con países que subsidian a sus industrias pesqueras. Si comparamos a la pesca con el petróleo, donde sí las regalías son mucho más fuertes, nos equivocamos de cabo a rabo porque no son industrias iguales. Una   explota un recurso no renovable y nosotros hacemos la explotación de un recurso renovable. Las estructuras de costos y los márgenes de rentabilidad son totalmente distintos. De hecho, hoy la pesca, en muchos sectores, no tiene rentabilidad. Un barco fresquero que sale a pescar merluza, factura $ 75 millones y tiene gastos por 85, 90 millones. Esa es la foto actual. Si en ese contexto el canon que hoy es de $500 mil por viaje aumenta a $4 millones,  lo único que se está haciendo es agravar la crisis. Es grave que no se entienda ni podamos explicarlo. 

¿Qué expectativas tienen de que se resuelva positivamente? 

La expectativa más grande es tratar de sentarnos con las autoridades y explicar nuestra actividad, dar esa batalla cultural, dejar de poner la pesca en una situación que no merece. Se la ha acusado de prebendaria, corrupta y muchas cosas inmerecidas. La pesca tiene virtudes muy grandes, un entramado PyME enorme. Son más de 200 empresas exportadoras, algo que no sucede en el campo, por ejemplo, donde el chacarero, el empresario agrícola, muchas veces le vende a un acopiador o a una cerealera que es la que exporta. Acá exporta el propio empresario, el que tiene su planta pesquera y da trabajo. Nos da mucha bronca que no podamos explicarlo y que todo se esté poniendo en riesgo. Ojalá podamos entablar un diálogo productivo, que nos escuchen y llegar a una solución favorable para todos los argentinos. La pesca argentina no merece desaparecer ni estar en riesgo. Las inversiones de la pesca argentina no merecen ser puestas en duda, merecen ser consolidadas, multiplicadas. 

¿Impacta sobe la construcción naval? 

Totalmente. Ahora el rumor es que, en vez de renovarse la cuotificación por 15 años, se va a hacer una provisoria por un año. Con ésto, el astillero va a estar parado por un año, por lo menos en el segmento de flota merlucera. ¿Quién va a construir un barco por un año, si es lo que dura la construcción? ¿Quién va a construir un barco sin saber si después va a poder acceder a un permiso de pesca? Una medida así paralizaría nuestra industria. La pesca posiblemente siga funcionando pero a la industria naval le ponen un palo en la rueda y eso es gravísimo. 

Es llamativo porque se toman medidas a largo plazo como el RIGI… 

Sí, da la sensación de que somos un sector denostado, castigado. Se está pensando cómo aliviar la carga fiscal y mejorar la competitividad de todas las economías regionales,  pero en el caso de la pesca se está pensando cómo hacerla aún menos competitiva. Insisto, creo que no  es por maldad, sino por desconocimiento y eso tenemos que aclararlo urgente. 

En pocos días habrá una botadura histórica… 

Hay que hacer una aclaración, porque alguien puede pensar “se quejan, pero construyen barcos”… Este barco se empezó a planificar hace un año y medio. En este sector las inversiones son de largo plazo, se planifican con mucha antelación. Por otro lado, este barco, el Leonilda, no va orientado al caladero de merluzas, sino al de langostinos en aguas provinciales del Chubut. Dicho ésto, queremos que, más allá del contexto, la botadura 150 sea una fiesta  porque la historia de nuestra empresa lo merece y el número es realmente significativo.

 ¿Hay más buques en construcción?

Tenemos otro, también para el puerto de Rawson y uno más en construcción. El vaso medio vacío es que ya es el segundo barco que movemos y cada vez que movíamos uno empezábamos otra quilla. Esta vez no hemos podido empezar nuevas quillas, estamos negociando algunas situaciones.. Hablé con un cliente que tiene el motor comprado, los guinches encargados, quiere empezar el barco y me decía “no me animo ahora”. Es lógico, ¿cómo se va a animar si no sabe si le van a asignar las cuotas o va a tener rentabilidad? Realmente estoy mucho más preocupado por el futuro de mis clientes que el del astillero.