El presidente de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), Guillermo Siro, realizó un balance de 2024 en términos económicos, poniendo el foco en las dificultades que enfrentaron las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Consideró que el año estuvo marcado por la recesión, el cierre de empresas y una fuerte caída del poder adquisitivo.
Sobre el último punto, describió que “el aumento de las tarifas de los servicios privatizados y monopólicos fue muy superior a la inflación. Es el único sector que cobra primero e invierte después. Las facturas aumentaron cinco o seis veces, entonces el trabajador primero utiliza sus recursos para pagar la luz, el gas, el agua. el transporte, los impuestos, después come y en algunos casos compra algo. Así, la recesión es inevitable y el problema es que todos tenemos a los mismos clientes“.
Siro dialogó con serindustria.com.ar, al término de la reunión realizada por CEPBA para cerrar el año. El encuentro se realizó en la ciudad de La Plata, precisamente en las instalaciones del Grupo Anacleto, donde se presentaron dos casos de la incorporación de nuevas tecnologías a los procesos productivos en las PyMEs. Entre los asistentes se destacaron las presencias de Martín López Armengol, presidente de la Universidad Nacional de La Plata y del empresario Carlos Anacleto, anfitrión principal.
El peso del estado
El dirigente empresarial valoró el freno a la espiral inflacionaria, pero señaló que este año hubo “una significativa transferencia de recursos hacia empresas privatizadas y monopólicas, beneficiarias de los aumentos tarifarios. Esta factor generó una dinámica que afecta tanto a los consumidores como a las empresas”.
Identificó al aumento de costos y la falta de una reforma impositiva como las principales trabas para el sector productivo. “La presión tributaria es confiscatoria. No hay equilibrio entre lo que nos cobran Nación, provincia y municipios. La provincia de Buenos Aires aumentó impuestos y los municipios crearon nuevas tasas. A su vez, la Nación subió su recaudación a través del aumento de las tarifas de servicios públicos“, explicó.
Agregó que “las PyMEs y el sector productivo vemos un techo cada vez está más bajo porque cuesta repuntar la actividad económica y el consumo ha caído, pero los gastos corrientes y no corrientes se han incrementado. A eso se suma una alta inflación en dólares que nos dejó muy caros para todo el mundo afectando la competitividad en el mercado local e internacional“.
Asimismo, hizo un llamado al gobierno nacional para “igualar la cancha“. Agregó que “con una presión tributaria superior al 50%, es imposible que nuestra producción compita con el resto del mundo. Si no se devalúa, se deben bajar los precios de la economía reduciendo impuestos y costos laborales”, afirmó. También planteó la necesidad de una reforma tributaria integral, una reforma laboral y un pacto fiscal para evitar el ahogo financiero del sector productivo.
Expectativas
El presidente de CEPBA expresó que la apertura de importaciones “no preocupa a las PyMEs si se garantiza la igualdad de condiciones. Necesitamos reformas para que producir y generar trabajo sea viable, rentable y que permita la planificación de planes de inversión a 20 años. No estamos en contra de la libre competencia, pero hoy competimos con una presión fiscal del 52% contra países que incluso subsidian sus exportaciones. Así, no es posible”.
Señaló que “los sectores que se recuperaron y mejorado su posición, se vinculan a las actividades extractivas como la minería, el petróleo, el agro, básicamente la producción primaria“. También criticó la falta de incentivos para reinversiones locales y admitió que “hay sectores, como el textil entre otros, que prefieren comprar propiedades en Miami antes que apostar por tecnología e innovación en Argentina. Ahora tienen que competir y quizás sea el momento de vender esos departamentos e invertir en tecnología”.
Precisó que actualmente “un producto industrial que se exporta tiene dentro del precio FOB un 20% de impuestos internos, directos e indirectos, eso no es lógico. Los países no exportan impuestos, solamente los cobra el receptor de la mercadería”.
Desafíos
De cara al próximo año, Siro estimó que es importante “la baja de la inflación, pero es fundamental administrar bien los recursos del estado para empezar a disminuir la presión tributaria a los que pagamos y cobrarle a los que no pagan”.
También pidió medidas concretas para recuperar la capacidad de compra de los trabajadores y garantizar un marco fiscal y laboral estable. “Para sobrevivir y crecer necesitamos una menor presión tributaria, combatir la informalidad y sobre todo, una planificación a largo plazo que permita inversiones sostenibles“, añadió.
Finalmente, refirió que en Argentina, “las cargas sociales y las leyes laborales, hacen que un trabajador tenga un costo de 130% más de lo que percibe de bolsillo. Además debemos tomar previsiones ante la industria del juicio, la ley de ART y otras que incrementan el costo. Al empleador, pagar un salario de 1.000.000 de pesos, le cuesta 2.300.000 y es uno de los motivos por los que hay trabajadores debajo de la línea de pobreza. Sin dudas, la presión tributaria muchas veces nos saca del mercado”.