La decisión de El Salvador de retirar el bitcoin como moneda de curso legal responde, principalmente, a presiones del FMI, pero la realidad es que la población salvadoreña no había adoptado masivamente a Bitcoin, además de que su volatilidad generaba cierta incertidumbre. Hay varias razones por las que el FMI busca restringir a Bitcoin como moneda de curso legal, pero las razones que siempre dieron es que puede usarse en ilícitos, que conlleva un riesgo macroeconómico y que permite financiar internacionalmente a organismos terroristas.
Sin dudas que esta vuelta atrás en la ley no es una buena noticia, aunque sirve de experiencia para aquellos países que quieran adoptarlo: de alguna manera sienta un precedente sobre cómo hacerlo de forma correcta. No creo que tenga implicancias directas en Argentina ya que no existe una ley similar, aunque sí puede usarse para diferentes transacciones.
Si bien había sido un paso importante en la historia de Bitcoin, debemos entender que El Salvador es una porción muy pequeña del total del mercado de esta criptomoneda, por lo que no creo que pueda llegar a tener un impacto muy significativo en el precio a corto plazo.
El valor de Bitcoin a largo plazo es prácticamente incalculable por sus propios fundamentos, que lo hacen la mejor forma de dinero posible, por lo que el impacto será aún menor.