Las ventas minoristas PyMEs aumentaron un 24% interanual (i.a.) en febrero, a precios constantes. aunque registraron una baja del 2,9% mensual desestacionalizada. Sin embargo, es importante señalar que esta mejora aún no logra compensar las fuertes caídas del año pasado, cuando las ventas retrocedieron 25,5% en febrero, acumulando un descenso del 27% en los dos primeros meses.
El impacto positivo de estrategias de ventas, como promociones y descuentos, impulsaron un movimiento distinto en muchos rubros y generaron un ambiente de mejores ventas. Rubros como librerías e indumentaria escolar se beneficiaron de la demanda previa al inicio del ciclo lectivo. Además, la adaptación del comercio a nuevos hábitos de consumo, con un aumento en las ventas online y facilidades de pago, contribuyó a sostener ventas en distintos segmentos.
“A pesar del incremento interanual en las ventas registrado en el último mes, el comercio enfrenta desafíos en los próximos períodos, donde la evolución del poder adquisitivo de los consumidores será un factor clave, dado que muchos encuestados señalaron una marcada priorización de gastos esenciales. La competencia informal sigue siendo un tema recurrente, con menciones al impacto del comercio en países limítrofes”, señala el informe de la Confederación Argentina de la en Mediana Empresa (CAME).

En este escenario, el aumento en los costos operativos y la evolución de los precios serán determinantes en la rentabilidad del sector, ya que, mientras algunos comercios mencionaron mantener importes para incentivar el consumo, otros advirtieron el aumento del gasto en su estructura. La capacidad de los negocios para adaptarse a las condiciones económicas y ajustar sus estrategias, será esencial para sostener el crecimiento logrado y mitigar posibles caídas en la demanda, especialmente en períodos de menor actividad.
Los datos surgen del Índice de Ventas Minoristas (IVM) PyMEs de CAME, realizado en base a un relevamiento mensual entre 1.209 comercios minoristas del país, entre el 1 y 7 de marzo.
Análisis sectorial
En febrero, los siete rubros relevados registraron subas i.a. en sus ventas. El mayor incremento se detectó en Perfumería (+33,1%), seguido por Alimentos y Bebidas (+33%) y Farmacia (+31,9%). En el acumulado del bimestre, lidera Alimentos y Bebidas con un aumento de +32,8%.
En la comparación intermensual desestacionalizada, todos los ramos presentaron variaciones negativas, siendo Calzado y Marroquinería el que tuvo el mayor descenso (-5,4%) escoltado por Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-4,3%).
Las ventas de Alimentos y bebidas subieron un 33% en la comparación i.a., acumulando un aumento del 32,8% en el primer bimestre del año. Sin embargo, en la comparación intermensual desestacionalizada, se registró una caída del 2,1%.

Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles incrementaron sus ventas en un 24% i.a., sumando un incremento del 28,9% para el bimestre. En el contraste intermensual desestacionalizado, se observó una disminución del 1,3%.
Por su parte, Calzado y marroquinería registró un crecimiento del 23% i.a. en las ventas acumulando un incremento del 21,4% para los primeros meses del año. Aunque, en el intermensual se midió una caída del 5,4%, la más pronunciada dentro del mes.
Farmacia mostró una mejora de ventas del 31,9% i.a. y lleva un alza del 25,9% en el primer bimestre del 2025. En tanto, en la comparación intermensual, registró un retroceso del 2,3%. En tanto, Perfumería tuvo una suba del 33,1% i.a. y acumula un incremento del 21,6% en 2025. La comparación intermensual declinó 1,9%.
Asimismo, Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción mostró una mejora del 28,3% i.a. y del 21,7% en el bimestre. Por su parte, en el contraste intermensual bajaron 4,3%. Finalmente, las ventas de Téxtil e indumentaria prosperaron un 5,1% i.a., acumulando un crecimiento del 15,8% en los primeros meses del año. De todos modos, en la comparación intermensual desestacionalizada, se observó una disminución del 3%.
Desafíos y oportunidades
El trabajo expresa que el comercio minorista “enfrenta una serie de desafíos que impactan directamente en su estabilidad y crecimiento. Uno de los principales problemas radica en la falta de ventas, mencionada por el 50,7% de los empresarios PyMEs como la mayor dificultad en la actualidad. A esto se le suman los altos costos de producción y logística, que afectan a casi un 30% de los encuestados, generando presión sobre los márgenes de rentabilidad”.
“Aunque en menor medida, el acceso al crédito también representa un obstáculo para el 8,6%, dificultando la posibilidad de sostener operaciones o realizar inversiones. En este contexto, desde algunos comercios expresaron problemas de cobranza, aunque con un impacto más reducido”, agrega.

Para hacer frente a este escenario, los comerciantes implementaron diversas estrategias en los últimos seis meses. La más frecuente fue la diversificación de productos, adoptada por el 37,7% de los sondeados, lo que indica una búsqueda activa por captar distintos segmentos de clientes y mejorar la rotación de mercadería.
Las dificultades económicas también se reflejan en el pago de salarios, especialmente en sectores como Textil e indumentaria, donde el 27,8% de los comercios tuvo inconvenientes para cumplir con esta obligación. Desde otros sectores, como Ferretería y materiales de construcción (19,6%) y Alimentos y bebidas (17,5%), también manifestaron problemas, en parte debido a la caída de ventas y el aumento en los costos.
En contraste, rubros como Perfumería y Farmacia muestran menores complicaciones en este aspecto, con valores por debajo del 7%. Esto sugiere que ciertos segmentos consiguieron mantener cierta estabilidad, mientras que otros aún enfrentan desafíos estructurales más marcados.
Ante este panorama, los comerciantes consideran que la principal medida que el gobierno podría implementar en el corto plazo para mejorar la situación del sector es la reducción de impuestos, con un 71,5% de menciones. En comparación, otras políticas como el estímulo a la demanda interna (8,8%) o la simplificación burocrática (8,3%) aparecen como opciones secundarias, aunque aún relevantes. También se mencionan incentivos para la contratación de personal (6%) y modificaciones en el esquema laboral (3,6%), aunque con menor peso en las respuestas. Esto deja en claro que la carga fiscal es el factor que más preocupa a los empresarios PyMEs y que cualquier alivio en este sentido podría tener un impacto significativo en la recuperación del sector.
Situación actual y futura
El informe expresa que “el panorama actual de las PyMEs comerciales en Argentina refleja un escenario de estabilidad moderada con diferencias marcadas según el sector. Mientras que un 27% de los negocios reporta mejoras en su situación económica respecto al año anterior, la mayoría (56%) señala que su actividad se mantiene sin grandes cambios. En algunos rubros, como Calzado y marroquinería, Perfumería y Textil e indumentaria, el porcentaje de empresas que percibe mejoras es superior al promedio, lo que sugiere una leve recuperación en estos sectores. No obstante, otros ramos, como Ferretería y materiales eléctricos, muestran un balance más dividido, con un 23% de empresas que indican haber empeorado su situación“.
De cara al futuro, las expectativas del sector comercial son mayoritariamente optimistas. Un 57% de las comerciantes espera que su situación económica mejore en el próximo año, destacándose rubros como Perfumería y Textil e indumentaria, donde más del 60% de los encuestados confía en una evolución favorable. En cambio, Farmacias y Ferreterías presentan una perspectiva más conservadora, con un porcentaje menor de negocios que anticipan una mejoría significativa. A nivel país, el 53% de los empresarios sondeados también espera un contexto más favorable en el próximo año, aunque persisten dudas en sectores específicos donde la incertidumbre económica sigue siendo un factor determinante.
Desde el punto de vista regional, las percepciones varían considerablemente. Provincias como Chaco, Formosa y Río Negro exhiben un alto porcentaje de empresas que consideran haber mejorado en comparación con el año anterior, con cifras que superan ampliamente el promedio nacional. En contraste, en distritos como La Rioja y Santa Cruz, la proporción de empresas que reportan una caída en su actividad es más alta, reflejando desafíos particulares en esas regiones. A pesar de estos contrastes, las expectativas a futuro son positivas en la mayoría de las provincias, con centros como Mendoza y Salta liderando las proyecciones optimistas sobre la evolución económica del país y del sector comercial en general.
En cuanto a la posibilidad de inversión, la prudencia sigue predominando entre los comerciantes. Solo un 18% considera que es un buen momento para ampliar su empresa, mientras que el 57% descarta esa posibilidad en el corto plazo. La cautela es especialmente visible en distritos como CABA y Buenos Aires, donde la mayoría de los sondeados prefieren esperar antes de realizar nuevas inversiones. De todos modos, en provincias como Río Negro y Tucumán, la proporción de quienes consideran viable ampliar su PyME es considerablemente mayor, lo que indica que en ciertos mercados aún hay margen para el crecimiento.