Hace algunos meses, durante una entrevista al actor Robert Downey Jr., le plantearon que, a través de la inteligencia artificial, la famosa casa de cómics podría utilizar su imagen después de fallecido para volver a recrear a Tony Stark, personaje emblemático que consolidó su fama y que es parte del Universo Marvel. El artista, sin titubeos, respondió que aún muerto sus abogados seguirían dando batalla para que esto no ocurriera.
Poniendo en la palestra este tipo de situaciones que la inteligencia artificial nos presentará en los próximos años, donde lo ético será relativo, es importante que empecemos a regular el uso adecuado de la IA para que no cruce los límites permitidos, que implican la afectación de las personas, sobre todo después de su muerte.
En América Latina, la inteligencia artificial está aún en una etapa incipiente tanto en su regulación como en su aplicación; sin embargo, conforme vaya avanzando generará un gran impacto en las estructuras de los Estados, en la forma de vida de los ciudadanos y en el enfoque de las industrias. Esta transformación digital será como un tsunami que poco a poco irá mojando la orilla hasta convertirla en una nueva realidad.
Escasa regulación
Al ritmo que avanza la masificación de la tecnología, en nuestra región el impacto llegará en los próximos años, no solo a nivel macro, sino directamente a las personas y a sus empleos. ¿Qué podríamos hacer frente a esta situación?
En el Perú ya tenemos una ley que busca iniciar la regulación de la Inteligencia Artificial: la Ley N° 31814, que promueve el uso de la IA en favor de la mejora del país.
A diferencia de otros países, Perú es uno de los primeros en la región en tomar conciencia de que se requiere diseñar una arquitectura legal adecuada que vaya escalando en grado e importancia para resguardar los derechos de los ciudadanos.
Acciones claves para seguir avanzando en adecuarnos a la IA
Para poder adecuar nuestra realidad a la inteligencia artificial en nuestra región, es importante que los países tomen en cuenta los nuevos retos a los que vamos a enfrentarnos.
En el Perú, quien trabaja arduamente como articulador de las políticas, estrategias y medidas que se deben tomar es la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, una autoridad técnico-administrativa que a nivel nacional dirige, evalúa y supervisa las acciones en torno a la inteligencia artificial en el país y otras tecnologías emergentes.
Lo que debe seguir a continuación es una adaptación normativa, capacitación, masificación y democratización de la tecnología, así como formación en la materia y apertura de espacios de debates entre la sociedad civil, los colegios profesionales y otros estamentos de la nación.
Esto no solo puede darse a nivel de Perú, sino en toda la región, ya que la IA será la próxima revolución que vivirá la humanidad.