Hace 25 años Sandra Cipolla comenzó a trabajar en el sector naval donde desarrolló una carrera hasta convertirse en presidente del Astilleros SPI, uno de los más importantes del país y miembro de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN). Cuando ingresó eran 15 personas, hoy son casi 400. Nacida en Mar del Plata, logró destacarse en un ámbito laboral en el que predomina el género masculino.
La industria naval pesada está catalogada como un trabajo para hombres. ¿Por qué decidiste incursionar en ese ámbito?
Desde muy joven trabajo en el Astilleros SPI, ingresé en la década del 90. Es verdad que no es un trabajo común para las mujeres, pero poco a poco vamos ganando nuestro espacio. Siempre me desempeñé en el ámbito portuario, en pesqueras, conserveras y me sorprendía la rapidez con que esas empresas quebraban. No llegaba a comprender qué era lo que pasaba. Como proyecto de vida no estaba dispuesta, con todo respeto por supuesto, a vender celulares o trabajar en una AFJP, que era lo que se ofrecía en esos años. Siempre tuve con una conciencia muy amplia de lo que era defender la industria nacional.
En tus primeros años ¿cómo era el trato con los hombres que trabajaban en el sector?
Cuando entre en el astillero éramos 15 personas. Yo, la única mujer. Mi primer trabajo fue en Recursos Humanos. En una pequeña oficina de personal liquidábamos sueldos. Por lo tanto tenía que controlar los horarios, llegar más temprano, solucionar problemas de la gente, etc. En la industria pesquera me costó un poquito más pero siempre fui resolviendo los inconvenientes. En realidad es que nunca dejé de respetar mucho a cada persona, a los clientes, al trabajador, a los proveedores… por lo tanto recibí el mismo trato. No fue fácil pero tampoco imposible.
¿Cómo era en ese entonces la Industria Naval?
En la década de los 90, los astilleros formaban parte de una industria totalmente desprotegida, arrasada, pero con un valor al trabajo, al compromiso. El equipo de SPI era muy pequeño, me hizo darme cuenta que tenía que ver más allá de las aspiraciones personales y por lo tanto me comprometi con esta industria y ya llevo 25 años desarrollándome en el sector.
¿Por qué socialmente al empresario en Argentina se lo ve de forma negativa?
Creo que se debe a que los argentinos en general, no solo los empresarios, somos confusos. Hay empresarios que estamos muy comprometidos con nuestro trabajo y otros que son más especulativos, que están buscando crisis para su crecimiento. Desde mi apreciación personal, desde las empresas en las que he estado, el sector empresario es muy bueno seimpre que se comprometa a generar empleo. Se trata de ir más allá de la renta. Obviamente queremos ganar dinero, pero a su vez debemos generar trabajo digno, inversiones. En el último tiempo esto no ha sido valorado suficientemente. Los buenos empresarios tenemos que dar a conocer nuestras actividades, tenemos que hacer que nos escuchen. Especialmente los que somos Pymes, ya que somos parte fundamental de la rueda productiva. En el mercado de las empresas es fácil visualizar a quienes son corruptos y quienes no lo son.
¿Como fue el 2015 para el sector?
Fue un año complicado. El tema de las elecciones paralizó las inversiones. Desde octubre a esta fecha, la construcción en la Industria Naval se ha parado. No quiere decir que se haya caído, simplemente se ha paralizado porque se está esperando las decisiones que tome el nuevo gobierno.
SPI ya va a tener 30 años y desde sus inicios todos los años ha crecido, a veces tres escalones, en otras medio escalón. Ya sea en reparaciones, construcciones, ingeniería o trabajos de metalmecánica.
¿Qué opinás de las medidas económicas del Gobierno Nacional?
El levantamiento del cepo era necesario. Había un ahogo con el tipo de cambio que necesitaba salir de esta especie de burbuja que a la industria no le hacía bien. Esperamos más medidas porque con eso solo no alcanza. Tenemos que lograr que haya crédito a tasas razonables para la inversión. Nuestra industria es pesada, por lo tanto necesita grandes inversiones. Hay que actuar ante la presión financiera que los bancos están realizando sobre las Pymes por la falta de regulación del Banco Central ante el aumento de las tasas interés.
¿Qué expectativas para año próximo?
Yo soy austeramente optimista. Tengo que ser optimista y trabajar para que sigamos creciendo. Las expectativas son buenas, estamos esperando que se reactiven las grandes inversiones que pueden darnos sustentabilidad y que por ahora se encuentran paradas.