La salida del río está taponada por islas y bancos de arena y tiende a agravarse. El efecto más palpable se percibe en la navegación zonal, tanto relacionado a lo deportivo, como al turismo náutico, ya que no pueden ingresar cruceros, veleros y buques. En tanto, el riesgo mayor es de lluvias, ya que esa obstrucción podría afectar el normal escurrimiento en caso de crecidas.
Un trabajo publicado por El Diario de Gualeguaychú, fruto de la colaboración de los locales Gustavo Rivas y Arturo Zubillaga, entre otros, advierte sobre la preocupante situación en la desembocadura del río local y la necesidad de realizar un dragado urgente y efectivo.
La localización del problema es en la antigua ensenada Bellaco-Ñandubaysal; donde a principios del siglo pasado se construyó una doble escollera de piedra para posibilitar la entrada y navegación de los barcos. Denominada “barra del Gualeguaychú”, este sector recibía un dragado periódico. No obstante, según documentan los pobladores locales, desde hace veinticinco años que este tipo de trabajos se han abandonado.
Además, la naturaleza ha operado cambios en el sector: el banco “La Inés” se consolidó y ahora es una isla de 3,5 km, que además tiene una lonja subacuática que se ha prolongado peligrosamente y hoy atraviesa el canal de acceso reduciendo su profundidad casi a cero. Agrava el panorama, la existencia contigua de otro banco en formación del lado argentino frente al Bellaco; y otro más del lado uruguayo frente a “Las cañas”, que, en otros 20, “será otra isla más de tierra firme”, dicen los locales conocedores del comportamiento del río. Finalmente, además de la prolongación del banco La Inés hay otro tapón al finalizar las escolleras.
Estas situaciones llevan a que la salida del río Gualeguaychú se encuentre actualmente taponada y con tendencia a agravarse. El efecto más palpable se percibe en la navegación zonal, tanto relacionado a lo deportivo, como al turismo náutico.
Este verano, un solo velero pudo salir para participar en la tradicional regata binacional llamada “de carnaval”. En cuanto al turismo, una de las franjas más apetecidas del rubro, por su alto poder adquisitivo, ya no es posible el ingreso de cruceros, veleros y buques de pasajeros; por lo que están eligiendo otros lugares cercanos, tanto del lado argentino como oriental.
Finalmente, el mayor peligro potencial es ante una eventual crecida del río, ya que la obstrucción en la salida podría afectar el normal escurrimiento.
Para los especialistas, la solución a este problema viene de la mano con una ampliación del canal de ingreso al Gualeguaychú y la realización de estudios especializados para evaluar la posibilidad de prolongar las escolleras, y/o construir otras en lugares críticos, numeran en la nota publicada por El Día.