El aceite de oliva representa apenas un 2% del consumo mundial de aceites comestibles. Sin embargo, su relevancia ha ido en aumento, con un crecimiento promedio anual del 6% en el valor de las importaciones globales en la última década.

Actualmente, 42 países producen aceite de oliva, con un 87% de la producción mundial concentrada en la región del Mar Mediterráneo. Los principales productores son los países de la Unión Europea (UE), que representan el 55% de la producción global. España lidera con el 29% de este total, mientras que Grecia y Turquía experimentan un crecimiento significativo.

América contribuye con solo un 2% de la producción mundial y Argentina, aunque pequeña en escala, representa el 1% del total. En los últimos cuatro años, la producción global cayó un 17% interanual, afectando especialmente a los países de la UE (-34%) debido a una disminución en la producción española.

Por otro lado, los países no miembros de la UE dentro del Consejo Oleícola Internacional (COI) aumentaron su participación en un 49% interanual y los países fuera del COI en un 20%.

Comercio internacional

Las importaciones globales de aceite de oliva crecen a una tasa anual promedio de 2,3% en volumen. Estados Unidos lidera como el mayor importador mundial, acaparando el 34% del mercado, seguido de España con un 10%. Cerca del 48% de las exportaciones de los principales productores tienen como destino Estados Unidos.

Argentina enfrenta un desafío en la diversificación de mercados, ya que el 80% de sus exportaciones están concentradas en Brasil y Estados Unidos. Sin embargo, existe un potencial significativo para ampliar su alcance hacia mercados con complementariedad comercial.

Se espera que la UE siga siendo el principal consumidor dentro de los países COI, representando el 71% del consumo total del grupo. Sin embargo, países como Argelia, Líbano, Jordania y Arabia Saudita serán los únicos con tasas positivas de crecimiento en esta categoría. En los países no miembros del COI, Estados Unidos continuará liderando con el 14% del consumo total, mientras que mercados emergentes como Suiza, China, Australia, Rusia, Canadá, México y Japón mostrarán los mayores incrementos en la demanda.

El comercio internacional estará influenciado por cambios en los hábitos de consumo y campañas de promoción en mercados no tradicionales. Se proyecta un aumento de la oferta gracias a mejores condiciones de producción y nuevas plantaciones en países no productores. Mercados como China, Japón y Arabia Saudita liderarán el crecimiento de la demanda, mientras que en Estados Unidos y Brasil, la ausencia de producción interna sustancial seguirá impulsando las importaciones.

Tendencias de consumo

El consumidor moderno valora cada vez más aspectos relacionados con la salud, la sostenibilidad y la autenticidad del producto. La preferencia por aceites de oliva vírgenes extra está en auge. Se proyecta que este segmento alcance un valor de aproximadamente UA$ 1.800 millones para 2026.

Los atributos más valorados incluyen:

• Método de producción y certificación: Preferencia por productos orgánicos y de origen ético.
• Sabor y calidad: Los aceites aromatizados y premium están ganando terreno, especialmente en mercados gourmet.
• Packaging: Envases de vidrio son percibidos como distintivos de calidad.

En mercados emergentes, el crecimiento del consumo de aceites vegetales, incluido el de oliva, estará vinculado al aumento poblacional y al turismo global. La producción moderna de alimentos y la industria cosmética premium también representan oportunidades de expansión.

Situación en Argentina

Argentina es el principal productor y exportador de la región, con una producción concentrada en cuatro provincias que abarcan unas 86.000 hectáreas. Sin embargo, unas 19.000 hectáreas se han perdido o reconvertido a otros cultivos en los últimos años debido a factores climáticos y de rentabilidad. Aproximadamente el 50% de la producción se destina a la elaboración de aceite, el 30% a aceitunas de mesa y el resto a usos mixtos.

Gracias a su producción a contraestación con respecto al hemisferio norte, Argentina tiene una ventaja competitiva para abastecer mercados internacionales con productos de alta calidad. El desarrollo de productos diferenciados, como aceites aromatizados o fortificados, y la valorización de subproductos como el orujo, ofrecen oportunidades significativas para el crecimiento de la industria olivícola nacional.

El mercado global de aceite de oliva está en una etapa de transformación, con un énfasis creciente en la calidad, la sostenibilidad y la innovación. Argentina, aunque pequeña en escala global, tiene un potencial considerable para consolidar su posición en mercados internacionales, diversificar sus destinos de exportación y capitalizar las tendencias hacia productos premium y orgánicos.