Raúl Hutin, miembro de la Fundación Pro-Tejer que nuclea a más de 5000 empresas, expresó, tal cual lo hiciera el año pasado en vísperas del encuentro entre Argentina como parte del Mercosur y la Unión Europea, en el marco de la reunión de la OMC que se llevo a caso en Buenos Aires en diciembre pasado, su preocupación por el impacto negativo que dicho acuerdo provocará a la industria textil.
Hutín enfatizó la necesidad de “establecer cláusulas que permitan a los países del Mercosur suspender o elevar temporariamente las preferencias arancelarias para proteger las industrias nacientes, estratégicas y/o en proceso de reestructuración”.
“Los industriales argentinos no aspiramos a que el mercado esté cerrado, pero queremos que se pueda competir en condiciones similares, sobre la misma carga impositiva, sobre el mismo tarifario energético, el costo de la financiación del dinero y créditos para el re equipamiento”, explicó.
Hutin se refirió a la certificación de origen. “Si los productos llegan como europeos pero fueron hechos en China, es como firmar el certificado de defunción de la industria nacional y ya Estados Unidos declaró que no está en condiciones de probar el origen de cada producto”.
A su vez exigió, en referencia al tratado Mercosur-UE, “absoluta transparencia ya que nadie sabe lo que se está negociando, qué concesiones se dieron y cuales son los beneficios y perjuicios para la sociedad. Todo es secretismo”, resaltó.
Y agregó “exigimos un estudio de impacto ambiental consensuado con las partes, tanto sectorial como regionalmente, teniendo en cuenta además las zonas geográficas y sus distancias a centros de consumo masivos como también saber cuál será el impacto sobre el empleo y las cuentas fiscales”.