Con el fin de profundizar la protección de las reservas del Banco Central y priorizar el destino de los dólares a la importación de insumos industriales, el gobierno nacional emitió la Disposición 2120/ 22 y la Resolución 26/22.
Al respecto, Ser Industria Radio entrevistó a Joel Cavezzali, despachante de Aduana y Director de “J&C Comex”, quien explicó los alcances del RADAR creado por Aduana y las nuevas posiciones arancelarias. Indicó además que más allá de la intención de cuidar a la industria argentina, muchas empresas que dependen de la importación “podrían bajar sus persianas”.
Sostuvo también que las reiteradas modificaciones al régimen de importaciones hacen “muy engorroso” el día a día de los despachantes y que las trabas que debe sortear el comercio exterior, hacen perder mercados a los productos argentinos.
¿Qué cambia con estas medidas?
La disposición 2120/22 crea una base integral de fiscalizaciones destinadas a centralizar las denuncias de irregularidades en compras y ventas al exterior. El objetivo de esta denominada base de datos llamada RADAR es verificar el precio declarado de las mercaderías de exportación e importación, que concuerde con mercaderías idénticas o comparables, para detectar desviaciones en los valores declarados. En sí lo que hacen la Aduana y la AFIP es chequear que, por ejemplo, no haya subfacturación o sobrefacturación, tanto en importación como en exportación. Al mismo tiempo, se publicó la Resolución 26/22, que lo que hizo fue pasar muchas posiciones arancelarias que tenían licencia automática a no automática. Personalmente, creo que es más importante esta última medida.
¿Qué alcance tiene la Resolución?
Significa que del 70% estimado que tenían licencias automáticas, ahora bajó a un 59% y un 41% pasó a licencia no automática. ¿Qué hace esto? Un producto con posición de licencia automática, que se aprobaba en 24 o 48 horas, al pasar a no automática, puede demorar de una semana a tres o cuatro meses. Entonces, no hay previsión, tanto sea de aprobación de la SIMI como para el giro de divisas. Es decir, impide acceder al Mercado Único Libre de Cambios (MULC) por no contar con la SIMI aprobada.
¿Aplica a productos que compiten con otros de fabricación nacional o a bienes suntuarios?
El fin es proteger la industria nacional. Pero, vamos a suponer que tenemos como cliente a un importador que trae sillas metálicas que depende solamente del importado y esa posición arancelaria es licencia no automática. Le exigen que presente la SIMI, luego la licencia no automática que se solicita por medio de la página de AFIP ya que es el único medio que hay para contactar a la secretaría de Comercio. Hay casos en que, por las demoras, se han presentado solicitudes de reclamos, pedidos de audiencias que muchas veces no atienden y al importador no le queda otra que presentar una medida cautelar. Por ende, tiene pagar un abogado y si se la aprueban, directamente podrá importar. Esto puede demandar hasta seis meses y el importador se queda sin stock para salir a vender. Eso lo lleva a bajar la persiana con los empleados que tenga en la fábrica o en su depósito. Estos mecanismos hacen que no tengas una previsión de nada.
Esto se suma a otras trabas…
Sí, más allá de estas disposiciones y resoluciones, están los cupos del Banco Central. Me pasó hace poco con un cliente que importó una máquina cosechadora y quería traer un despalillador, que es una parte de esa máquina. El banco donde tiene su cuenta, no le dejaba girar los dólares, porque le decía que no era un bien de capital… Entonces, también tenés el tema de los bancos, que no están muy ágiles en el tema por las nuevas comunicaciones que van sacando prácticamente todos los jueves desde el Banco Central y mueven la previsión para poder girar. Por ejemplo, si tenés un bien de capital, vas a poder girar un 80% y el 20% contra el despacho de importación y a eso se le suma que está en auge el tema de las prórrogas de las SIMIS, que tienen 180 días de vigencia. A los 90 días hay que presentar una prórroga, que aprueba la secretaría de Comercio. Muchos colegas estamos en el mismo tema, porque se generan muchas idas y vueltas, inconvenientes que hacen que se paguen extra costos en la terminal o el depósito fiscal. Después tenemos problemas para coordinar los turnos con las terminales portuarias. Por ejemplo, la terminal 4 del Puerto Buenos Aires, atraviesa una coyuntura muy complicada.
Al momento de determinar la sobrefacturación de importaciones, ¿qué tan simple es? Recuerdo lo que sucedió con las placas para minar criptomonedas…
La Aduana tiene antecedentes de las posiciones arancelarias. Por ejemplo, eso va por la 8471, una posición arancelaria que habla de las placas. Esas placas, si querés importarlas, para la Aduana una marca tal con un determinado modelo, tiene antecedentes de importación. Entonces la tiene en un rango de precios, supongamos de 80 a 100 dólares. Si otro importador quiere traer ese mismo producto a 200 dólares, se prende una alarma. El RADAR va aplicado a ese tipo de operaciones, va a hacer foco más exhaustivo en la valoración de la mercadería, para que no haya sobre o subfacturación.
¿En este caso es complicado porque el precio depende de la oferta y la demanda?
Exactamente, ha habido muchos cambios en las criptomonedas. El precio de las placas de video ha bajado mucho porque la actividad dejó de ser tan rentable como antes. Entonces, los precios no eran los mismos hace seis meses. Pero Aduana también puede pedir un antecedente de otras importaciones que se hayan hecho sobre el mismo producto o la salida de exportación, que es el documento que emite China o el país de origen hacia Argentina.
¿Pasaron a “licencias no automáticas” productos de uso cotidiano?
Sí, varios. Lo que se está viendo ahora, son posiciones arancelarias como las hidrolavadoras, palos y pelotas de golf; esquíes, patines de hielo; freidoras, cacerolas; pilas, lámparas led, impresoras, netbooks, que hoy en día son esenciales para el teletrabajo. Se sacan nuevas resoluciones sin tener en cuenta mucho este trasfondo.
Quedé alarmado porque dijiste que hay gente que se queda sin stock y podría cerrar sus negocios…
Nos pasó con importadores de válvulas esféricas a quienes, por ejemplo, no le aprobaban una SIMI desde hacía nueve meses. Es simple imaginar que el empresario, tiene empleados, a los que debe pagarles los salarios a principio de mes. Dependen pura y exclusivamente de lo importado. No se pone el foco en estos detalles que son muy importantes, porque terminan con el cierre literal de las empresas. Hay varias cosas que se hacen por la falta de divisas. El Banco Central, lastimosamente, tiene muy pocas reservas y por eso sacan resoluciones continuamente para impedir el acceso al MULC.
Decías que todos los jueves hay nuevas medidas. ¿Cómo incide en tu trabajo diario?
Se hace difícil. Tenemos que estar continuamente leyendo el Boletín Oficial. A veces las resoluciones o comunicaciones son muy técnicas. Sin ir más lejos, tenemos consultas con el Centro de Despachantes de Aduana. Allí hay una asesora, Silvana Gómez, que baja a piso todas las comunicaciones del Banco Central. Se hace muy engorroso el día a día y hay muchas consultas que a veces no quedan claras porque no supieron redactar bien esas comunicaciones. El comercio exterior tiene una vorágine que hace que requiere actualizarse continuamente.
¿Estas modificaciones se dan en otros países?
Por lo que tengo entendido no, porque tienen diferentes mecanismos. Entiendo que aquí se quiere cuidar la industria nacional, pero está todo muy mal manejado, tanto las operaciones de importación como las de exportación. Es algo penoso porque se cortan muchos trabajos, ya que, siendo importador, no se pueden girar dólares o no aprueban la SIMI y se pierden operaciones. El trabajo del despachante también depende de eso. Si tenés muchos clientes importadores se corta un poco y si hacés exportaciones, no se complica tanto. En otros países no hay retenciones o derechos de exportación, es más, existen subsidios a los exportadores. Esto hace que, por ejemplo, no seamos competitivos con Brasil porque el mismo producto hecho en ese país, al no tener retenciones o derecho de exportación, se vende al exterior mucho más barato. En esa competencia salimos perdiendo y se van cortando mercados.