En Argentina, se escuchan muchas quejas en relación al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), ya que dificulta la llegada de insumos para la producción y retrasa la actividad industrial y genera desempleo. Para conocer detalles y evaluar la dinámica de la normativa, Ser Industria Radio dialogó con Joel Cavezzali, despachante de aduana y director de JyC Comex.
Al respecto, señaló que “son pocas las SIRAs que se están aprobando desde que comenzó el sistema en octubre de 2022. La realidad del comercio exterior es complicada y ni que hablar para las empresas que necesitan insumos para la producción”.
De las 318.526 solicitudes presentadas entre octubre de 2022 y febrero 2023, se aprobaron el 78%, es decir, 280.991, informaron desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “El acceso al Mercado Único Libre de Cambio (MULC), varía según el rubro. Las de las terminales de vehículos, por ejemplo, pueden tardar hasta 120 días en ser aprobadas. Esto significa que los importadores sólo pueden acceder al MULC después de ese período, lo cual dificulta la producción y el comercio”, explicó Cavezzali.
Consideró que, en la práctica, la situación contiene un abanico de implicancias y perjuicios. “Como consecuencia de no haber logrado que se aprueben sus SIRAs, muchos colegas están sintiendo que se genera desempleo y afecta a toda una cadena de producción. Si una SIRA no se aprueba, el proveedor no envía la mercadería, ya que necesita un anticipo para producir. Si el acceso al MULC tarda 60, 90 o 120 días, el proceso se complica aún más”.
SIRA un sistema con limitaciones que genera desempleo
La gravedad de la situación obedece a que no hay suficientes divisas en el Banco Central. “Hay pocas exportaciones, las retenciones al campo desincentivan y reducen las liquidaciones de divisas. Esto hace que sea más difícil para los importadores obtener las SIRAs necesarias para traer los insumos que requieren sus clientes”, expresó Cavezzali.
A pesar de que el sistema SIRA fue diseñado para ordenar el comercio exterior, manifestó que, en la práctica, no siempre se cumple ese objetivo. Los especialistas, recomiendan que, ante la presión que genera no obtener la aprobación, insistir repitiendo SIRAs no es conveniente, ya que esto colapsa el sistema y dificulta la identificación de las solicitudes. Satura al sistema. “Además, presentar muchas SIRAs puede afectar la capacidad económica y financiera del importador, que es controlada por el Estado”, recordó.
En ese sentido, explicó que “cada importador tiene una Capacidad Económica Financiera (CEF). Tomemos el ejemplo de un importador que tenga de CEF $ 10 millones. Para redondear, al tipo de cambio oficial, son US$ 50 mil. Si presenta SIRA de US$ 50 mil y después, ante la demora, intenta presentar una nueva SIRA US$ 50 mil, el sistema lo va a rebotar porque supera el cupo, aunque la primera no se haya aprobado”, dijo el director de JyC.
Finalmente, sostuvo que la situación de las importaciones en Argentina es muy compleja y preocupa a muchas empresas argentinas, especialmente a las PyMEs que no tienen oficinas ni equipos de profesionales dedicados al comercio exterior.
Concluyó que para poder dar un vuelco a este panorama “es necesario fomentar las exportaciones y reducir las retenciones al campo, de manera que se incrementen las liquidaciones de divisas, que facilitarían la normal importación de insumos para la producción”.