Mañana se conocerá la inflación minorista y el viernes la mayorista de abril. Muchos analistas piensan que la tasa de política monetaria, que está en el 50% anual podría volver a bajar. El plazo fijo que está en el 40% anual, se hundiría un poco más en ese escenario. Sin embargo, la tasa implícita del dólar futuro al día viernes se ubicaba en el 46,5% anual y no da señales de que se ubique mucho más debajo de dicho nivel. Por ahora, parecería que la baja de tasas no está asegurada.
El Banco Nación bajo fuertemente sus tasas, el financiamiento en inversión productiva paso del 35% al 26% anual, para capital de trabajo del 40% al 33% anual. Es una bocanada de aire fresco para que las empresas puedan refinanciar y bajen sus gastos de estructura. Hay pocas inversiones genuinas y mucha refinanciación.
El gobierno no ha mostrado en sus primeros meses una buena gestión parlamentaria, no tiene una ley que le permita pensar en que la economía comenzará a crecer. No vale la pena hablar si viene una V, una L o una W, parecería que, sin leyes, no hay ninguna letra disponible. La ley bases no estaría para el 25 de mayo, seguimos perdiendo tiempo y la inversión no aparece.
La Argentina necesita inversión para incrementar los ingresos familiares en forma genuina, sin inversión es imposible crecer en la Argentina. El consumo público está a la baja y el consumo privado en clara retracción. Las exportaciones no parecen estar en su real dimensión, porque no hay un sendero claro en el precio del dólar futuro, las importaciones son bajas. En este escenario todo hace pensar que la reactivación hay que esperarla para el año 2025.
Abril será el cuarto mes consecutivo con superávit fiscal. También mostrará una inflación decreciente, dos buenas noticias, que de persistir en el tiempo deberían empujar a que los argentinos dejen de acumular dólares en su cartera de ahorros y pasen a invertir en el país. Por ahora, los argentinos siguen en modo canuto.
El superávit fiscal se logró por recortes en los gastos, no por mayores ingresos fiscales. La inflación baja por una caída en la demanda, no por una mayor oferta. El dólar no sube porque no hay pesos, no porque ingresaron más dólares a las arcas del Banco Central.
En este contexto, los bonos soberanos en dólares llegaron a US$ 60 y se tomaran un tiempo para ver si están en condiciones de llegar a los US$ 72 por lamina. Necesitan que se aprueben leyes, lleguen inversiones, que el blanqueo sea un éxito y la economía se reactive. Los bonos en pesos que ajustan por inflación siguen una ruta diferente.
Conclusiones
Semana decisiva para los mercados. Se conocerá la inflación de abril, se va a monitorear la venta de soja y maíz, las reservas podrían acercarse a los US$ 30.000 millones. Mercados expectantes.
Se necesita avanzar en el Congreso con la ley bases, estamos en la antesala del Pacto de Mayo, y sería necesario que el gobierno se muestre más unido que nunca.
El contexto internacional ayuda por el lado financiero, no vemos en el escenario inmediato una suba de tasas en Estados Unidos.
China y Brasil son dos socios comerciales muy importantes para Argentina, ambos no muestran un escenario de fuerte crecimiento. Si ambos países devalúan sería un gran dolor de cabeza para las autoridades argentinas. El mercado lo sabe y por eso hay un recorrido lateral en las cotizaciones. Alerta dólar.