Antonio “Tony” Solimeno es un hombre que dedicó su vida a la industria pesquera. Por ese motivo es reconocido como uno de los principales referentes de la actividad y su palabra es tan requerida como respetada. Actualmente es el gerente general de la empresa creada por Luis, su padre, que llegó desde Italia, a mediados de la década del 30. Solimeno S.A., trabaja en la captura, industrialización y comercialización de la pesca a nivel nacional e internacional.
Con su habitual amabilidad, dialogó con Ser Industria en la ciudad de Mar del Plata, para hacer un repaso del año recientemente concluido. En se sentido destacó “estuvimos bien con los volúmenes, pero no con la facturación, por los dólares que nos liquidan” y que “la inflación nos va devorando”.
Asimismo, reconoció la existencia del diálogo con el gobierno nacional, pero consideró que el mismo “está agotado”. Sostuvo que todas las autoridades conocen los problemas y que la expectativa se centra en la adopción de buenas medidas.
En referencia a 2023, señaló que, pese a la persistencia de serias dificultades, es optimista. En ese sentido dijo que espera una mejora del tipo de cambio y la concreción de dos nuevas embarcaciones para sumar a su flota.
¿Cómo fue 2022 para el sector pesquero?
Durante 2022 se pescaron volúmenes iguales a los de años anteriores. La cuota de merluza estimo que se va a llegar al 95%, también fue buena la campaña del calamar y el langostino tuvo buena temporada tanto en invierno como en primavera, sobre todo en esta etapa para la flota fresquera de Chubut. El volumen no faltó, el trabajo en las plantas tampoco. El problema es que tenemos el tipo de cambio muy deteriorado. Estamos cobrando con un dólar de un poco más de 170 pesos y gastamos por más de 300, porque el costo de los insumos se ha disparado. Estamos muy limitados, los poteros no podemos traer insumos. Tenemos barcos parados a los que les faltan repuestos que no podemos importar, no se pueden girar divisas… Es un problema serio, que corresponde resolver a la administración. No puede ser que un sector como el nuestro, que exporta el 90% de la captura, no pueda importar. Exagerando, traer los insumos, requiere un 10% de la facturación global de la pesca. Volviendo a la pregunta, el año pasado estuvimos bien con los volúmenes, pero no con la facturación por los dólares que nos liquidan. La inflación nos va devorando, en 2021 tuvimos el dólar anclado y en 2022 pasó lo mismo. Con una inflación casi del 105%, el dólar se movió casi el 60%. Además, hay alta carga impositiva. Las empresas como la nuestra, que tiene todo el personal en relación de dependencia, tiene que juntar el dinero para pagar las cargas sociales. La gente se enoja cuando les retenemos el impuesto a las ganancias y tienen razón en quejarse.
¿Hay diálogo con el estado para explicar estas dificultades?
Sí, el diálogo lo tenemos, está agotado, necesitamos medidas. Para nosotros el reloj es regresivo, el 22 se fue… Lo más grave es que nos vamos comiendo el capital de trabajo. El ministro de Economía, el subsecretario de Pesca y las demás autoridades, saben lo que estoy diciendo.
¿Siguen invirtiendo a pesar de ello?
Las inversiones en marcha fueron pensadas y se vienen ejecutando desde hace cuatro años. Si en el desarrollo me cruza el mal tiempo, no puedo ir para atrás. Estamos terminando dos barcos de 40 metros. Uno de ellos estará listo en el lapso de 90 a 120 días y el otro para fin de año. Son inversiones que se planifican con tiempo, hasta años, porque vivimos en un país donde nos complican las cosas y lo que podemos hacer en un año se demora dos o tres. Hoy tenemos que importar los motores, las maquinarias, los guinches… No es fácil, a veces parece que tenemos muchos palos en la rueda.
¿Podemos decir que no piensan bajar los brazos?
Sí, fundamentalmente porque tenemos en relación de dependencia a 850 trabajadores y reconocemos una obligación con ellos. Seguimos remando en el medio del mal tiempo. Somos optimistas, seguimos funcionando al ritmo que nos permiten los tiempos.
¿Han atravesado tiempo de crisis y dificultades similares?
Ya viví todas, hace 50 años que paso crisis. Desde el gobierno militar, la transición a la democracia, inflación e híper de Alfonsín, híper de De la Rúa… no faltó una. Conocimos los pesos, australes, patacones… Siempre se sale trabajando, pero es cierto que mucha gente baja los brazos. Nosotros seguimos haciendo inversiones, no solamente en flota, también en fábricas. Tenemos 30.000 metros cuadras en la planta de Mar del Plata y no hay que mirarlo solamente como actividad comercial. También tenemos una responsabilidad social, debemos cuidar a nuestra gente. Este es un país hermoso, pero necesitamos mejores políticas para incentivar la producción.
¿Esperan que la situación mejore este año?
Hay que ver qué decisiones toma la política. Esperamos que en 2023 mejore el tipo de cambio. También hay que pensar, que con toda la problemática que hay en el mundo, cayó el precio de las commodities. El langostino bajó más del 30%, el filet de merluza quedó estancado, ya no son los valores que manejábamos hace algunos meses.
