El impulso al comercio bilateral y la internacionalización de las pymes nacionales son herramientas para cumplir el objetivo diplomático de atraer mayor inversiones británicas a la Argentina.
“Hay que prestarle una especial atención a Londres”, enfatizó Sersale di Cerisano, haciendo referencia al potencial del Reino Unido como socio comercial, más allá del “Brexit”.
“El mercado de capitales de Londres es importante, en particular para planes de inversión en infraestructura”, definió el embajador argentino.
Esa lectura se verificó en la asistencia de un importante grupo de empresas británicas, el jueves pasado, ante la convocatoria de la Embajada argentina para la presentación del Plan de Infraestructura 2016-2019 a cargo de la titular de la Secretaría de Obras y Transporte, Manuela López Menéndez.
El nuevo embajador de Argentina ante el Reino Unido, Carlos Sersale di Cerisano, diplomático de carrera y economista, está imprimiendo una nueva dinámica a las relaciones bilaterales impulsando el comercio entre ambos países, algo que la última administración había dejado de lado como parte de su política internacional.
Como parte de esta nueva agenda de inversiones, el embajador argentino remarcó el caso de las energías renovables.
“Hay un tema bien concreto donde el gobierno ha avanzado muy rápido y ya se ha presentado un plan, hace dos semanas aquí en Londres, donde se apunta para que a fines del 2018, un 8% del total de la oferta de energía sea renovable, hoy es el 1%. Ya hay empresas británicas que han ido directamente a las provincias para interesarse sobre este tema en particular”, comentó Sersale di Cerisano.
Uno de los principales objetivos de Sersale para este año, implica posibilitar la convergencia de la mayor cantidad de capital privado y fondos de inversión británicos en la próxima cumbre internacional a celebrarse en septiembre en Buenos Aires, organizada por el Gobierno argentino.
El encuentro busca volver a colocar a la Argentina en el “radar” de las inversiones y atraer recursos para el desarrollo de diversos sectores económicos.
Consultado sobre cómo podría llegar a afectar el nuevo escenario financiero internacional originado por el “Brexit” a la República Argentina, de cara a potenciales inversiones u oportunidades de exportación, Sersale eligió una respuesta reflexiva.
“Cómo quedará el mercado financiero británico, en realidad no lo sabemos, ahora ellos tienen dos años para renegociar las condiciones de acceso al mundo a partir de los acuerdos que tenían con la UE”, dijo el embajador argentino.
“Para dar un ejemplo; si se va toda la banca extranjera que está operando desde acá, obviamente esto va a afectar el mundo de los negocios internacionales, en un panorama de Unión Europea cerrada a los negocios británicos, el Reino Unido va a tener que salir a buscar otros mercados de inversión para tratar de optimizar la pérdidas en materia de oferta de capitales”, analizó.
“Y aquí es donde la Argentina puede tener una oportunidad, si nosotros podemos exportar, no sólo saldos exportables, sino realmente manufacturas y productos agro industriales o cosas que tengan mucho valor agregado, como equipamiento médico, agrícola, desarrollo de software y todo lo que realmente pueda interesar acá”, detalló.
En esta misma dirección, apuntó “en la medida que Argentina baje sus niveles de riesgo, que ya estamos en ese camino, después de la salida del default, va ser atractivo al capital internacional, sobre todo cuando seamos capaces de crear el marco regulatorio adecuado para la inversión privada en obras de infraestructura, tarea en la que ya nos encontramos inmersos con el proyecto introducido en el Congreso por la actual administración de Mauricio Macri, la llamada Ley Marco de APP (Asociación Público Privada)”, explicó.
El nuevo embajador pretende, además, en esta etapa de relaciones entre los dos países, “contribuir en la internacionalización de las pymes de nuestro país”.
“Lo que queremos hacer nosotros es facilitarles no solamente la ayuda en la comercialización de sus productos, sino en la asociación con empresas locales para tener mayor representación en el exterior; facilitar los lazos económicos, y además entusiasmar a inversores de acá para que inviertan en nuestra economía”, dijo Sersale.
“Más allá de nuestras diferencias geopolíticas en torno a la soberanía sobre las Malvinas, el Reino Unido ha mantenido una posición internacional de apoyo a la Argentina en todo lo que refiere a la apertura de mercados internacionales, de hecho ellos han sido los que más apoyaron a la Argentina para cerrar el acuerdo entre la UE y el Mercosur”, recordó el embajador.
Por otro lado, Sersale dijo estar trabajando fuertemente en medidas que tienen que ver con la generación de confianza.
“Por ejemplo, el hecho de que la Argentina colaborara en la activación de la asistencia humanitaria en las Islas Malvinas para la identificación de los 123 cuerpos de los soldados británicos caídos durante el conflicto bélico” en el Atlántico Sur.
“Ambos países hemos pedido y organizado a través de la Cruz Roja una misión de identificación, que será llevada adelante por las dos partes, es una cuestión importante que permite a ambas partes salvar su posición en el reclamo de soberanía y avanzar en cosas concretas”, consideró.
“Avanzamos en todas las cosas que nos permitan, siempre manteniendo nuestro reclamo sobre la soberanía de las Islas Malvinas, tal como lo establece la Resolución 2065 de Naciones Unidas, trabajando además en generar las condiciones para que las contrapartes algún día digamos bueno “sentémonos a hablar”, explicó.
Entre otras actividades de la Embajada para este año, Sersale destacó el próximo arribo de la Fragata Libertad entre el 23 y el 26 de julio a Liverpool.
Sersale es un diplomático de carrera que viene de ocupar la sede diplomática argentina en Sudáfrica desde 2006.
El economista se unió al cuerpo diplomático argentino a fines de 1970.
A principios de la década de 1980 estuvo asignado a la dependencia argentina en Roma, Italia.
Luego, ya en 1980, fue trasladado a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, donde pasó buena parte de su carrera.
En el 2000, regresó al país, donde permaneció hasta 2005. En ese año solicitó el puesto de embajador en Sudáfrica y, al año siguiente, empezó a ejercer el cargo.