El Estado está mal administrado, tiene pocos dólares y muchas deudas. Los privados se llevan su dinero al exterior, y los extranjeros no vienen. Debemos revertirlo.
La Posición de Inversión Internacional (PII) es un estado contable estadístico que representa el saldo financiero del país frente al resto del mundo en un momento dado y surge de la diferencia entre el valor de mercado de los activos financieros y pasivos externos de residentes.
La PPI del Estado
Si medimos los activos del Estado, nos encontramos que en los últimos 17 años tuvieron una variación mínima, dado que las reservas del país crecieron muy poco. La sucesión de muchos años con déficit fiscal, generaron escasez de divisas en las arcas de la tesorería y el banco central. La falta de confianza hizo que el país se descapitalizara durante todos estos años, desde Néstor a Alberto sin escala.
Los pasivos del Estado generados por el Banco Central y la Tesorería crecieron en US$ 65.850 millones, producto de querer cubrir con deuda el déficit fiscal crónico y la falta de reservas.
La posición de inversión internacional del Estado paso de un negativo de US$ 32.234 millones a US$ 97.987 millones, con el agravante que al día de hoy no contamos con superávit fiscal para afrontar esta situación y la balanza de pagos nos muestra que hay más salida de dólares que ingresos. Argentina no es sujeto de crédito y tampoco un lugar elegido para realizar inversiones que permitan revertir este escenario.
La PPI del sector privado
En lo que respecta al sector privado, los activos de los argentinos en el exterior se incrementaron en US$ 246.928 millones en 17 años, lo que nos indica claramente que hubo una fuga masiva de dinero del país, con una aceleración en el año 2018. En el año 2006 los activos de argentinos en el exterior eran de US$ 138.157 millones, a diciembre del año 2017 sumaban US$ 272.309 y en la actualidad se ubican en US$ 385.083 millones. En los últimos 5 años crecieron a mayor velocidad que en los primeros 11 años.
Los pasivos de los privados en Argentina aumentaron notablemente, en especial impulsados por la inversión extranjera directa que paso de US$ 56.838 millones en el año 2006 a US$ 129.278 millones en 2023.
El saldo de la posición de inversión internacional de los privados es positivo en el año 2023 por US$ 190.915 millones.
PPI total
La posición global de la posición de inversión internacional, medido el estado y el privado, muestra que Argentina tiene una posición acreedora con el mundo. Es decir, los argentinos tenemos más activos afuera del país que pasivos. Esto denota que no hay confianza en el gobierno, ya que esto ocurrió sistemáticamente desde el año 2006 a la fecha y se profundizó en los últimos 5 años.
Argentina es el único país de Latinoamérica y el Caribe que tiene una posición acreedora de la posición de inversión internacional. El resto de los países tienen menos activos afuera, y mucho dinero del exterior invertido en sus tierras.
Conclusiones
La Argentina, desde el año 2006 en adelante, no logró generar la confianza necesaria para que los argentinos realicen inversiones en el país. Todo lo contrario, han retirado dinero y lo han colocado en el exterior.
Desde el exterior no nos ven como un país confiable para invertir, producto de que el Estado tiene pocas reservas y mucha deuda. En los últimos 23 años hemos recurrido a muchas reestructuraciones de duda, lo que implica que hemos violado muchos derechos de propiedad.
Argentina ha abusado de cubrir su déficit fiscal con emisión monetaria, lo que ha generado una escandalosa inflación y devaluación del signo monetario. Por ejemplo, en el año 2006 el dólar mayorista valía $3,05 mientras que en la actualidad el dólar mayorista vale $ 350, lo que implica que aumentó 114,75 veces, o 11.375%.
El país deberá cambiar este patrón de comportamiento si quiere revertir el escenario de decadencia que atravesamos. Para ello, sería necesario lograr superávit fiscal, capitalizar el Banco Central y generar condiciones para que lleguen capitales al país, levantado el cepo y dando incentivos fiscales a la inversión.
Argentina es un país dormitorio, aquí los privados desarrollan sus actividades, ahorran en moneda extranjera y se llevan el dinero al exterior.
Necesitamos ser un país para vivir, en donde el Estado deje de violar derechos de propiedad, sea bien administrado, deje de emitir, baje la inflación y tenga una moneda estable. De esta forma los privados podrían volver a creer y tal vez algo del dinero que se fue regrese para cambiar la historia económica.
La política de Estado del conjunto de los partidos políticos debería ser revertir este escenario, ya que pocos hablan de estos dramáticos números. Debatimos el corto plazo, sin mirar que hace 17 años que los capitales huyen del país y si tomáramos un período mayor los resultados serían probablemente más escandalosos. Nos merecemos otro presente y le debemos a nuestros hijos un mejor futuro.