Mejora de la competitividad y más atención a los problemas sociales del campo son algunos de los ejes propuestos por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). América Latina posee el 36 % de las reservas de agua dulce del planeta, pero buena parte de esa riqueza se desperdicia.
El director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor Villalobos, dijo en Brasilia que América será el gran “granero del mundo” en las próximas décadas, pero alertó de que eso sólo será posible si se dota la agricultura de una mayor sustentabilidad.
“América es el continente que está mejor preparado para ser el gran proveedor de alimentos del mundo”, pero debe modernizarse para afrontar el cambio climático y dotar a la actividad agrícola de una mejor tecnología, declaró Villalobos en una rueda de prensa.
El dirigente mexicano explicó que, con la meta de colaborar con la necesaria modernización de la agricultura, sobre todo en América Latina, el IICA ha aprobado un plan para el período 2014-2018, que propone cuatro ejes que apuntan a garantizar esa sustentabilidad.
Estos son la mejora de la competitividad, una mayor atención a los problemas sociales que persisten en el campo latinoamericano, la gestión integral de los sistemas de riegos a fin de hacer un uso racional del agua y un mayor apoyo a la agricultura familiar.
Según Villalobos, el actual modelo de producción de América Latina empieza a dar señales de “agotamiento” y debe incluir un mayor aprovechamiento de recursos tecnológicos, a fin de disminuir el uso de fertilizantes tóxicos y racionalizar el consumo de agua.
En ese sentido, señaló que América Latina posee el 36% de las reservas de agua dulce del planeta, pero buena parte de esa riqueza se desperdicia por falta de sistemas de riego adecuados.
“El agua no durará para siempre”, alertó.
También indicó que los países latinoamericanos deben avanzar en materia de seguros agropecuarios, sobre todo porque el impacto del cambio climático modifica gradualmente los tiempos de las cosechas y obliga a darle mayores garantías a los productores.
El IICA pertenece a la Organización de Estados Americanos (OEA), tiene su sede en Costa Rica y esta semana celebra el cincuentenario de la apertura de su oficina en Brasil, país que Villalobos señaló como “ejemplo” de desarrollo agrícola, aunque indicó que también deberá adaptarse a las nuevas realidades.
Según Villalobos, tanto en el caso de Brasil como en el resto de los países latinoamericanos, “la respuesta es tecnológica” y deberá garantizar que “se sostenga la productividad, pero con una reducción del costo medioambiental”.