Con el fin de incrementar las reservas del Banco Central, el gobierno implementó un nuevo tipo de cambio, conocido como “dólar soja 3”. También es denominado “dólar agro”, ya que, a diferencia de las experiencias anteriores, incluirá a otros 21 productos regionales, que recibirán como beneficio 300 pesos por cada dólar que exporten.
Para conocer la opinión de los productores, Ser Industria Radio consultó a Horacio Salaverri, presidente de Confederaciones Rurales de la provincia de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP).
El dirigente consideró que “el dólar soja 3 es una medida macroeconómica orientada a la recuperación de reservas, que no necesariamente busca beneficiar al sector agropecuario en su totalidad”. La versión 3 de esta norma transitoria amplía el espectro de productos beneficiados, aunque todavía está centrada en la soja.
Esto genera una situación compleja en el sector, especialmente en un año con una gran sequía que ha afectado a más de 176 millones de hectáreas. La alimentación animal se ha vuelto un tema crítico, generando un aumento significativo de costos y afectando la rentabilidad de la actividad ganadera y lechera, así como de otras actividades como la porcina y la avícola.
Ampliación del dólar soja 3
Se espera que el nuevo tipo de cambio se amplíe a otras producciones, como la pesca, limones, legumbres, miel, maní y lana, entre otras actividades. Sin embargo, “esto tendrá un efecto puntual y corto”, remarcó Salaverri.
Además, señaló que “es necesario analizar cómo afectará a los costos de otras producciones. Los costos que enfrenta el sector agropecuario son muy elevados y se deben a diversas causas, como el alto costo de la energía, la falta de infraestructura y la baja calidad de los caminos rurales. El sector necesita medidas que impulsen su desarrollo y generen una mayor competitividad”.
Citó como ejemplo el caso de la miel. “Es un producto que tiene un contenido muy fuerte en todo lo que es traslado y el costo del combustible aumentó nuevamente. Eso le empieza a comer todo lo que es performance que podía tener con un dólar de distinta característica”, indicó el presidente de CARBAP.
Asimismo, explicó que “el deterioro general de la economía y la pérdida de capacidad competitiva del sector viene por una brecha cambiaria que llega a más del 100%. Esto hace casi imposible la convivencia de este tipo de cambio de una característica y de otra. Es histórico en Argentina, cuando esta amplitud se da, realmente deteriora muchísimo toda la actividad productiva, no solo la agropecuaria sino también toda la industrial. Principalmente al sector exportador también pasa lo mismo”.
En ese sentido remarcó que en la actualidad hay mucha agroindustria que utiliza una gran cantidad de insumos “que está pagando ya al valor del dólar MEP porque el Banco Central no entrega dólares. Importar con el MEP y tener adentro un dólar de $210 o $215, realmente genera una situación muy compleja, no sólo al sector agropecuario sino a todo el sector industrial”.
Silobolsas
Ante las acusaciones de que los productores perjudican a la economía nacional reteniendo sus granos en silobolsas, provenientes de sectores afines al gobierno, el dirigente ruralista sostuvo que “generar versiones de esa característica muchas veces tienen una intencionalidad política. Me acuerdo que un ministro decía que en el campo hay silos con soja. Si uno va a una fábrica de tornillos, adentro va a encontrar tornillos, es básico que sea así. Si va a un campo se van a encontrar con animales en la producción tanto en leche, en carne o en existencia en grano”. Agregó que “decir que se encuentran silobolsas en el campo es una redundancia que no tiene ninguna consideración desde el punto de vista económico”.
Para finalizar, consideró que “el productor intenta mantener una reserva de granos, que es la mercadería de la que conoce su valor, cotización y cómo se comercializa. En un contexto de una inflación anual del 110% como el de Argentina, no es viable pedirle a un productor que se deshaga de su producción, ya que el ahorro se consume rápidamente y es necesario para invertir en la siembra nuevamente y pagar los costos de la cosecha”.