Aspectos fiscales y penales de las criptomonedas, fueron analizados por calificados especialistas

11 julio, 2022

En el auditorio de la Confederación General Económica (CGE), se realizó una Jornada de Capacitación sobre “Activos digitales, cuestiones penales y fiscales”, con las disertaciones de Javier Isasa, director de Infraestructura Tecnológica del SINTyS, Pablo Porporatto, juez del Tribunal Fiscal de la Nación y Maximiliano Scarimbolo, especialista en cibercrimen de la Policía de la Ciudad. La actividad fue organizada por la Asociación de Judiciales (AEF- PJN) y la Unión del Personal Superior de la Administración Federal de Ingresos Públicos (UPS- AFIP).

En primer lugar, Isasa expuso sobre “Introducción a las criptomonedas y activos digitales” y explicó que “el primer cambio que experimentó la sociedad fue pasar del archivo analógico al soporte digital” precisando que “en Argentina este proceso comenzó hace 35 años”.

 “Desde entonces comenzó a guardarse toda la información en un servidor personal, público o de una institución”, modalidad fue trasladándose a todos los ámbitos de la vida.

Dijo además que “llegó el momento de hablar y entender las diferencias entre una moneda de papel y otra digital. El activo digital es un concepto mucho más amplio que la moneda y es el que tiene más valor en el mundo. Es parte de la evolución, para lo bueno y lo malo”.

Tras definir que las criptomonedas, se guardan en una blockchain, sostuvo que ese soporte “hace que todos los registros digitales queden guardados, sean intangibles, transparentes, descentralizados. A diferencia del papel, son monedas que no emiten los estados, sino mineros que pueden estar en cualquier espacio que les provea energía eléctrica”.

Para cerrar su participación, Isasa indicó que “las criptomonedas no son de curso legal, ni tienen respaldo de los bancos centrales. Más allá del riesgo del valor, dada su evidente volatilidad, su uso entraña riesgos tecnológicos, cibernéticos y de fraude inherentes a su uso y naturaleza”.

Seguidamente, Porportatto, se refirió a los “Aspectos fiscales de los activos digitales” y destacó en sus primeras palabras que “impositivamente, existen más dudas que certezas”.

“La regulación siempre va detrás, porque la evolución tecnológica es muy rápida. Hoy el dato es clave y millones de datos se mueven todo el tiempo en el ciberespacio, lo podemos ver simplemente al analizar los ingresos a Google, donde el dato es el insumo vital que lo financia”, manifestó.

En el mismo sentido, explicó que “las normas tributarias están pensadas para un mundo físico y ahora las empresas son digitales. Las criptomonedas son representaciones digitales, intangibles. Hay que indagar si son sólo especulación o tienen posibilidades de aplicación, porque se transfieren contra prestaciones o el pago de bienes y servicios”.

Insistió en que “el dato vale cada vez más” y subrayó que “deben cambiarse las reglas tributarias, porque las monedas digitales se vinculan a negocios globales que exceden a los estados. Existen pocas formas de controlar, el ciberespacio no tiene fronteras”. Anticipó que “La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), está trabajando para que los países se pongan de acuerdo e intercambien información” sobre esta temática.

Tras indicar que “Córdoba ya cobra ingresos brutos sobre las criptomonedas y otras provincias avanzan en la misma línea”, agregó que “hay que pensar en gravar ganancias, IVA y bienes personales. Por ahora para este tributo son activos intangibles, no gravables”.

Al cerrar, dijo que “el principal problema del criptoactivo es su naturaleza jurídica” y que “el activo financiero fuerte es el emisor, el minero”.

En tercer orden, Scarimbolo, abordó el tema “Criptoactivos y criminalidad organizada”, aclarando que sus conceptos sobre cibercrimen y ciberterrorismo se expresaron a “título personal, sin representar el pensamiento de la policía de la Ciudad”, basándose en sus conocimientos y experiencia laboral.

Para contextualizar, afirmó que “los usuarios de Microsoft: crecieron de 200 millones en 2005 a 751 en 2015 y la pandemia aceleró toda la digitalización. El 57% de los habitantes del planeta está digitalizado, el 67% tiene telefonía móvil y el 62% internet y redes sociales. La red digital integra al 92% de la población de Estados Unidos, el 75% de Sudamérica, el 86% Europa del Este y 98% de Europa occidental, con una tasa de crecimiento de 4% anual”.

Hizo referencia que “las personas pasan en promedio siete horas diarias en las redes, que tienen una dimensión global dada la inexistencia de barreras digitales. De este modo se exponen a las actividades delictivas”.

“Hoy los celulares, contienen a todos nuestros activos digitales: contactos personales, archivos de textos, fotos y videos, cuentas bancarias, billeteras digitales, documentos…de ahí la importancia de protegerlos de los robos y ciber delitos”, sostuvo.

Agregó que en la actualidad “todo delito tiene un elemento tecnológico y vivimos bajo la amenaza permanente de robo de identidad y de nuestra información. Estas acciones las ejecutan los hackers, pero también existen el cibercrimen organizado y el ciberterrorismo, porque en el mundo digital no hay fronteras ni regulación”.

Scarimbolo, manifestó que muchos de estos delitos remiten al uso de criptomonedas, aprovechando que son intangibles y que se mueven velozmente. Para graficar la forma de proceder de la delincuencia, hizo referencia a un secuestro extorsivo producido en Buenos Aires. “El rescate se pidió en criptomonedas. Logramos detectar que el negociador estaba en Colombia y el servidor en Africa. Este tipo de triangulaciones se está haciendo habitual en el mundo”.

Dijo además que “organizaciones terroristas como al qaeda, hamas e isis,usan criptomonedas para sus operaciones financieras” y aseguró que “bitcoin es utilizado por el ciber crimen y el lavado de dinero”.

Finalmente, diferenció distintas modalidades delictivas, entre ellas ransomware, definida como el robo y secuestro de datos o de activos digitales, extorsiones, secuestros, que termina en el pedido del pago de rescate. BEC (Business Email Compromise), sofisticadas estafas dirigidas a las personas desde direcciones de email que simulan ser legítimas y solicitan una transferencia de dinero desde cualquier parte del mundo. Hawala, que es mundo paralelo, un sistema de transferencia informal de fondos.

“Debemos estar prevenidos de este tipo de ataques, que tienen en común el pedido de rescate y el uso de criptomonedas, concluyó.

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